Mi niño(a):
Yo sé; yo entiendo por lo que estás pasando. Sé que en estos momentos no lo sientas, pero estoy obrando en tu vida, aunque lo que ves te haga pensar todo lo contrario. Cree y confía en que lo mejor está por venir a tu vida, y que a veces es necesario que pases por tormenta para que puedas ver al final del trayecto el arcoíris. Quiero fortalecer tu carácter; quiero hacerte cada día más maduro(a), y por eso permito que algunas cosas pasen en tu vida. Pero sé que me amas y ten la certeza de que en tu vida todo obrará para bien. Sólo no te sueltes de mi mano, sigue luchando por llegar a la meta, porque muy pronto haré tal obra en tu vida que, cuando la cuentes a otros, no lo creerán. Sólo sigue manteniendo tu mirada fija en mí y agárrate de mi mano; ya falta muy poco para que veas el regalo que te tengo, y si sientes que ya no tienes fuerzas, no dudes en llamarme, que yo las renovaré y te tendré en mis brazos para llegar juntos a esa gran recompensa. No olvides que te amo y quiero lo mejor para tu vida.
Con amor,
Dios.
‘’Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo corazón en ti persevera, porque en ti confía. ‘’ Isaías 26:3.
Colaboración de Jovana Alcántara
México