Se te calienta la sien, los órganos se te comprimen, forjando batallas por espacio. Nace instintivamente, como volcán en erupción y te ves impotente, consternado. Ya la sentí, ya la sentiste, ya la sentimos. Se adueña de tus acciones, si te dejas llevar por los impulsos y no rompes su ciclo perverso. Es egocéntrica y ambigua, consume atención en exclusiva, no responde a la coherencia. Carece de objetivo, lo desconoce.
Es reactiva. Destructiva.
Habla alto, chilla, ininteligible. Indescifrable. Impide ver con claridad, reflexionar con lucidez y argumentar con cordura. Te conserva en el sendero del aislamiento y la soledad, de la miseria afectiva. Irrefutable penuria humana.
Colaboración de Aline Ribeiro
Argentina