EL CUENTO SIN TERMINAR
Al niño todos los días le gustaba esperar la llegada del abuelo para que le pudiera contar El cuento de un soldadito de plomo que sin poder quería andar
Recordó como su abuelo le enseñó a hablar, a caminar por el campo, a bicicleta montar, a leer las primeras letras, y las tareas terminar amar y conocer el mar, y cuando podían a pescar
Pero el cuento seguía sin acabar
Recordaba las risas que siempre le acompañaban Al decir sus primeras palabras Que pronunciaba muy mal Era feliz con su abuelo pensaba al mirar Esos ojos tristes que apagados están Esas manos sin fuerza que enlazadas están Esa voz sin vida que no sabe hablar
A su memoria volvió el cuento del soldadito que nunca acabó
La enfermedad se cebó en ese rostro que vio No conocía a nadie, lloraba sin cesar Yo le haré recordar, pensó el niño que era un chaval Le enseñó a andar, lo paseó por el mar, A todo lo que en su día de su abuelo aprendía
Era un soldadito de plomo que quería ser normal
Cuando contaba el cuento el notó una ilusión En los ojos del abuelo que por fin entendió Balbuceó el final del cuento que un día empezó.
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