A PESAR DE TU VUELO
Enardecidos mis labios te respiran agitadamente como paloma herida en los hielos profundos de la noche. Fuiste mi lirio adolescente donde deshojarte sobre mi vaso fresco lleno de esperanza, era desprender mi piel en los cristales transparentes de tus risas.
Cuánta mudez y sin embargo, tu voz es fecundo grito dentro de mi corazón que danza soledades y fracasos. Recuerdo los oscuros nombres que a pesar de tu vuelo, dejaron plantadas las visiones para la muerte de nuestro idioma secreto.
Hoy, en la tiniebla de un amor ciego, las ruinas de este dolor adelgazan la absoluta soledad que acampaba en la espalda de mi alma.
Blanca N. García González (TARDE GRIS) 10:30 a.m. 24 de enero de 2013 |