Hoy no duermes a su lado, por primera vez en 45 años duermes sola hasta que se reúna contigo, en ese silencioso lugar.
Y a él le costara el resto de su vida acostumbrarse a estar sin ti, sin conseguirlo, porque han sido muchos años viviendo por y para ti, sobre todo en este último, en el que tu enfermedad te iba deteriorando a pasos agigantados, sin que el con su inmenso amor y toda la dedicación del mundo haya podido evitarlo, se que gustosamente se hubiese cambiado por ti.
La fe en algo mejor después de esto, hace que sienta envidia de tu descanso, porque su dolor es tan grande como tu ausencia y tu ausencia es tan grande como el tiempo incalculable que le queda para poderse reunir contigo.
Los hombres somos los seres vivos mas infelices de la tierra, porque somos los únicos que tenemos conciencia de que la vida es solo un rato y que nuestro fin es la muerte, da igual lo que hagamos, seamos o sintamos, da igual si somos ricos o pobres, nuestra condición no evitara su visita irrefutable .
No se la puede engañar, ni esquivar, ni sobornar y no podemos escondernos, ni cerrar la puerta para evitar su encuentro, porque ella nos encontrara en el momento en que llegue nuestra hora, estemos donde estemos.
Y no te deja dialogar, ni darle explicaciones, no vale de nada intentar hacerle comprender, que tenemos muchas cosas por hacer, que queremos ver crecer a nuestros hijos o nietos, que aún no se han hecho realidad todos nuestros sueños, que necesitamos mas tiempo para poder lograrlos.
Ella es inmune a todas estas cosas, sorda a todas nuestras suplicas y ciega ante el dolor que siembra en las vidas de los que aún quedamos aquí.
Tu hora llego ya, o ¿fue tan solo un segundo lo que necesito para amarrarte de su mano? sabíamos que te andaba rondando y enamorando desde hacia meses, pero no queríamos resignarnos a lo inevitable, todos hemos peleado y tú mas que nadie contra ella, pero es fuerte, dura y no tiene piedad ni compasión, ella nunca pierde.
Y ¿sabes? No se que me duele mas, si la impotencia ante tu muerte injusta o el vació que has dejado en el corazón de los que te queremos.
Necesito creer que estas bien, que por fin descansas de todo ese padecimiento en el que estabas sumida estos últimos días y quiero creer también que nos esperaras en ese sitio que llamamos paraíso, junto con todos los que se fueron antes de ti y todos los que se irán antes que yo.
No hace falta que te diga todo lo que sentimos, porque tu ya lo sabes, así que solo me queda despedirme de ti hasta que venga a buscarme, hasta entonces.