Creer en mi triunfo fallido,
no me deja más dormir,
mi mundo está confundido,
mi alma desea desistir;
si sigo durmiendo soñando,
te sueño soñándome a mí,
en el insomnio delirando,
que tú deliras por mí.
Ansias necias viviendo lento,
y a mi mente colapsando,
me arrebatan el argumento,
e ingenua sigo pensando.
Las calles están cansadas
de mostrarme la dirección,
creyendo a mis ganas atadas
a una simple convicción.
Aun sabiendo que en el intento,
podría conseguirlo todo,
tu sombra abruma el pensamiento,
y me perturba de cualquier modo.
Mi pluma es un espejismo,
que devora mi corazón,
que consume y saborea mis neuronas,
dejándome sin razón.
Y aún en el olvido,
dibuja un puñal en tu pecho,
creyendo que no te has ido,
partiendo del daño hecho.
Tu recuerdo envenenado,
no quiere dejarme ir,
a mi corazón desolado,
disfruta robarle el sonreír.