Me senté
en el porche para tomar un poco de aire, y se me vinieron a la mente recuerdos,
muchos recuerdos. Por la reja miraba el cielo y te sentía muy lejos. Miraba la
calle y recordaba cada minuto que juntos vivimos. Momentos hermosos que me
hacen llorar por no tenerlos más.
Lloraba sola y me consolaba tener tu imagen en mi mente. Muchas
lágrimas, caían sobre mi rostro. Lo único que pedía era tenerte a mi lado, que
me sonrías una vez más. Quería que la luna te trajera de repente y verte pasar.
Sólo soñaba y recordaba.
Cada minuto lo tengo guardado en el alma como un gran tesoro,
momentos que jamás se borrarán, que la calle lo guarda en silencio y a mí me
encantaría gritarlos. Gritar lo feliz que era, gritar cuánto te amé, y cuánto
te amo. Esta noche me llenó de emociones, lloraba y reía. Recordarte alegre me
hace feliz.
Hoy no sé de tu vida, espero y pido a Dios que seas feliz, que
sigas teniendo ese don de alegría y diversión que te caracterizaba.
Quisiera que algún día sepas que nunca te dejé de esperar, que mi
corazón y mi vida te pertenecieron, y que siempre te amé. Con estas simples
palabras, me despido de vos para siempre. Ya eres parte de mi olvido.