Canción que denunció tu
piel morena
de volcanes en erupción,
de negra y ensortijada
cabellera
donde anida el halcón.
Mujer de puertos hermosos
de copioso sudor y sinuosas
laderas,
déjame rosar tus cantos
déjame dibujar en tus
caderas
Vienes y compartes tu
fértil tierra,
de profundas hondonadas y
espesa maleza
tus movimientos felinos, de
fiera,
cuerpo y mente en realeza.
Canto que me pondrá en lo
alto
de tu hermosa y fina
cordillera,
mujer, que como un gato
a andar sus caminos me
lleva.
Extraña nostalgia he
recibido,
del beso siempre anhelado
del sentirte sin estar
conmigo
de la mano en la mano
recorriendo el camino.
Sea pues el canto
la mano guía en el camino,
sea el alma en lo alto
que
pudo haberlo recorrido