Suplica
Señor, eterno Dios divino
ante tu altar yo vengo a suplicarte,
en la noche obscura en que batallo
y las olas que amenazan con ahogarme.
Te suplico Señor no me abandones
porque tú eres la fuerza de mi vida,
porque tú eres el ancla de mi fe
y la luz que me guía hacia adelante.
Cuando en angustia se encuentra mi alma
y mis ojos se cierran de tristeza,
cuando el dolor llega a mi vida
y se agotan todas mis fuerzas,
encuentro en ti mi refugio
y la paz que mi alma desea.