EL CIENTÍFICO Y EL EGO Había una vez un científico que descubrió
el arte de reproducirse a sí mismo
de manera tan perfecta,
que resultaba imposible distinguir
el original de la reproducción.
Un día, se enteró de que lo andaba buscando el ángel de la muerte,
entonces decidió hacer doce copias de sí mismo. Al llegar a la tierra, el ángel no pudo identificar
cuál de los trece ejemplares
que tenía ante sí era el científico,
de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo,
pero no por mucho tiempo…
Como era un experto en la naturaleza humana,
se le ocurrió una ingeniosa estrategia para identificarlo.
Regresó de nuevo a la tierra y dijo: - "Debe de ser usted un genio señor,
para haber elaborado tan perfectas
reproducciones de sí mismo.
Sin embargo, he descubierto que su obra
tiene un defecto, un único y minúsculo defecto". El científico pegó un salto y gritó: - "¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?". - "Justamente aquí", respondió el ángel
mientras tomaba al científico
de entre sus reproducciones
y se lo llevaba consigo. Todo lo que hace falta para descubrir al "ego",
es una palabra de adulación o de crítica.
"¡Te haré insignificante entre las naciones,
serás tremendamente despreciado!
Tu carácter soberbio te ha engañado.
Como habitas en las hendiduras de los desfiladeros,
en la altura de tu morada,
te dices a ti mismo:
¿Quién podrá arrojarme a tierra?
Pero aunque vueles a lo alto como águila,
y tu nido esté puesto en las estrellas,
de allí te arrojaré -afirma el Señor-". Abdías 2-4
(A.D.)
Bendiciones!!!
.Alex & Odris .
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