Una de las manifestaciones más fructíferas del amor es la gratitud.
Podemos sentirnos agradecidos por vivir en este mundo que desborda nuestra comprensión,
y por vivir en este momento histórico, con sus retos y oportunidades.
Los valores que sirven de antídotos a las dinámicas insostenibles de hoy son tambíen los que contribuyen a la verdadera felicidad personal y a la cohesiòn social.
No se trata de escoger entre sostenibilidad ambiental, armonía social y plenitud personal.
Nos encontramos en una encrucijada en la que todo lo que contribuye a la responsabilidad global,
social y ecològica contribuye también al bienestar personal.
El verdadero bienestar es estar bien, contigo y con el mundo. Y fluir con lo que pide cada momento.
Apuntes basados en el libro de Jordi Pigem “Valores para un mundo en transformación"