EL RASTRO DEL CARACOL
- ¿Adónde vas, caracol? – Preguntó la lombriz al caracol.
- Voy a construir un mundo mejor.
- ¿Y este rastro que dejas?
- Lo dejo por si alguien quiere seguirme. ¿Tú quieres seguirme?
La lombriz lo pensó unos instantes; después, contestó:
- Yo estoy bien aquí: éste se mi mundo mejor.
El caracol se despidió de la lombriz y siguió caminando. Al pasar bajo la sombra de un avellano, el caracol se encontró con una cigarra. La cigarra preguntó al caracol:
- ¿Adónde vas, caracol?
El caracol respondió:
- Voy a construir un mundo mejor.
- ¿Y qué llevas en esa concha?
El caracol hizo un gesto de fatiga y contestó:
- Llevo el dolor del mundo. ¿Quieres ayudarme a desterrarlo?
- No,-dijo la cigarra.-. Me encuentro muy bien aquí comiendo y cantando.
El caracol bajó entristecido la cabeza y siguió caminando.
En la tapia de un huerto se le acercó otro caracol y le preguntó:
- ¿Adónde vas, caracol hermano?
- Voy a construir un mundo mejor. ¿Quieres seguirme?
- Sí, te sigo, te estaba esperando.
Los dos caracoles siguieron caminando. Iban dejando un rastro cada vez más marcado. A ellos se fueron uniendo otros caracoles que siguieron su rastro.
Ahora están llamando a tu puerta. Tú abres y preguntas:
- ¿Adónde vas, caracol?
Los caracoles al unísono te responden:
- Vamos a construir un mundo mejor. Llevamos en nuestras conchas el dolor del mundo. Y tú, ¿quieres ayudarnos a desterrarlo?
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MENSAJE DEL DALAI LAMA