¿Cómo hacer para luchar contra la maldad y la risa de ironía del corazón amargo de la gente? ¿Cómo luchar contra el dolor de los corazones pequeños que aún no saben por qué les han producido tanto tortura? ¡Ay, avergonzada de mí! de no luchar, de no ayudar... Culpable de sentir miedo ante un alma vagabunda que sólo pide pan, culpable de ver pasar frente a mí a una criatura sin hogar y no tomarla en mis brazos para ofrecerle un refugio. Sí soy culpable de hacer caso omiso a cada sonido de angustia buscando siempre algo que distraiga mi mente y mi furia ante esta vida tan deprimente. No deseo desahogarme con nadie y mucho menos demostrar mi debilidad tan vergonzosa, pues nadie es responsable de este sentimiento más que yo misma por no buscar solución y ser parte de la mayoría que antepone su indiferencia al dolor ajeno. Ya no deseo pensar más y ahogar cada mal pensamiento para que nazca uno nuevo con ideas positivas... Deseo respirar profundamente y empezar de nuevo... Siempre viendo hacia delante. Pero claro, voltear a ver a mi prójimo y darle una mano para que se levante y de la misma forma alimentar mi alma... ¡Ay, mente y sentimientos débiles! ¿Por qué me pertenecieron? No haber sido lo suficientemente fuerte para no caer y sentirme rendida... Deseo frenar el tiempo por un segundo, tomar aire y levantarme. Muchos somos culpables de no hacer nada por el prójimo...