PALABRAS BENDECIDAS
Las Bienaventuranzas son palabras de bendición y de esperanza.
Eran palabras agraciadas pronunciadas por el Hijo de la gracia.
Asumían los mejores deseos y las más bellas esperanzas de los
hombres, porque Él era el Hijo del hombre. Pero en cada palabra
ponía el sello divino, porque Él era el Hijo de Dios. Ponía eficacia
en el deseo, transcendencia en la temporalidad, plenitud en la
limitación.
Son las palabras más consoladoras que se hayan pronunciado.
Manaban de un manantial vivo y llegaban derechas a los corazones.
Quien las escucha ya no las puede olvidar. Quien se abra a ellas se
sentirá transformado, como si un río de vida y de dicha regara su alma.
Ser bienaventurado es sentirse definitivamente salvado y gozar
de una dicha inagotable.
D/A
|