Amargura
Qué amargura es vivir
con tanto muerto ya en uno;
y esa suma de segundos
que aún están por venir;
si esto no es sufrir,
que me lo explique quien sepa;
si hasta la risa es siniestra
pues que es tan solo fingir.
Amores en los que fui
el único aportante;
terminaron por secarse
igual que un simple alelí;
menuda rosa de abril
de mi mente enfebrecida,
pues fue más rastro la espina
que el olor que conseguí.
En ese marco tan gris
de la cuita acontecida;
fui supurando la herida
que me dejara el querer;
¿he sido yo, o quién fue,
culpable de mi fracaso?...
solo sé que en estos brazos
va eternizada la sed.
A/D