En un bosque lejano había un castillo mágico que solo aparecía los meses de octubre cuando la luna lanzaba sus más bellos rayitos plateados sobre la arboleda,
La razón de su encantamiento nadie la conocía , y por ello la princesa Lizz la hija
del rey salía a jugar por los alrededores sabiendo que el tiempo era corto.
Pero una noche, un joven príncipe llamado Ubaldo que había extraviado su mascota (un perrito dálmata) cruzó el bosque y al pisar el jardín creyó ver a su perrito entre las manchas y sombras de los arboles. Fue entonces que se percató de aquel bello palacio que jamás había visto antes. La princesa mientras tanto se divertía en un estanque con los rayitos de luna y jugaba a tratar de atraparlos entre sus dedos. De pronto, se volteó al escuchar entre la hojarasca unos pasos cercanos, fue tremendo susto al ver cerca de ella un desconocido. Asustada empezó a correr y atravesó corriendo el jardín del palacio, se alejó tropezando por el suelo hasta desaparecer entre las sombras del palacio.
El príncipe asombrado no acertó a decir nada, pero le impactó la cara tan bella pese al miedo de aquella joven decidió dormir cerca de aquel castillo, y cruzo vetustos muros para cubrirse del frio, acurrucado con su caballo dormito sentado esperando ver la luz del día y aclarar el misterio de aquella joven .
A la mañana siguiente apenas acariciaba el sol a la tierra se despertó el joven caminó hacia el rio para lavarse la cara y al mirar hacia donde había estado sentado, cerca de la pared, descubrió que no había nada, ni jardines, ni palacio ni princesa, solo el eco de los pajaritos al despertar. Desconcertado camino y camino y siempre terminaba en el mismo lugar.
No entendía lo que pasaba, porque él conocía muy bien ese bosque. Decidió esperar nuevamente a que llegara la noche, y cuando el sol caía lentamente tras la arboleda, una niebla espesa cubrió el paraje, y al voltear con los rayos débiles de la luna se observaba el palacio blanco y precioso, y lentamente desapareció la niebla para dejarlo ver majestuoso y real.
El joven príncipe Ubaldo, no creía ver lo que miraba…
Y admirado como estaba entonces vio como la joven salía del palacio y caminaba hacía el estanque, entonces el joven mozuelo, cruzó la tapia y desde lo alto admiraba la belleza de aquella joven que se miraba triste. La joven empezó a jugar en el agua y de repente miro una cara, una cara que le sonreía, quiso tocarla y…
¡Zazzz!, el rostro desapareció entre las ondas del agua, fue entonces que volteó hacia arriba y miró al joven que embelesado la miraba..
— ¿Pero qué te sucede? —preguntó el príncipe con extraña voz
—He… he—No debes seguirme
—¡Espérame! —dijo el joven, brincando tras ella—. ¡No puedo alcanzarte!
Pero la princesa no lo escucho y corrió más veloz.
Aquella noche, la princesa se asomaba por la ventana del palacio
—¿Por qué no me esperaste? —preguntó el príncipe a la princesa.
La princesa bajó la mirada , guardó silencio y desapareció tras las espesas cortinas.
—¡Espérame! —gritó nuevamente el príncipe decidido a no dejarla escapar esta vez. Empezó a subir por una enredadera que daba a la ventana de la joven, eran tantas las espinas que la subida se hacía cada vez más difícil. Así pasaron las horas, y el frío de la madrugada no impedía al joven seguir en su empeño de descifrar el misterio, mas cuando iba a llegar, casi tocaba con la punta de sus dedos el balcón, el castillo nuevamente desapareció y con ello la enredadera los arboles, el jardín la princesa…todo… todo. El joven príncipe cayó sobre la hojarasca y no acertaba a creer lo que había visto, quizás todo fuera un sueño, quizás mejor debía marcharse de allí. Eso pensaba pero se miró las heridas cortantes de las espinas, y supo que no era un sueño.
Dormitó nuevamente cerca del rio y esperó a que llegara la noche, esa noche
Sería la última noche de luna llena..pero el príncipe no lo sabía…entonces sintió una cosa húmeda cerca de su mano, y al percatarse observó que era una rana, quizo arrojarla al rio y la rana le dijo:__ no, no me arrojes, ten piedad de mí.
El príncipe enternecido y asombrado le pregunto :_¿quién eres tú?
_ soy la reina, y éste sapo es el rey, fuimos engañados por la hechicera kharwyzz
Nos invitó fingiéndose amiga a este rio a disfrutar de un paseo matinal. Si no nos crees estaremos perdidos por una año más, porque el castillo aparece y desaparece solo los días llenos de luna de octubre, y la única forma de lograr que ya no desaparezca es logrando que la princesa hable conmigo toda la noche bajo la luz de la luna, hasta que se llegue el día, solo así se podrá romper el hechizó, pero también es cierto que nadie debe comentarle, porque si ella sabe que somos sus padres todo desaparecerá para siempre.-dijo la rana.
__y ¿cómo puedo ayudarle?-dijo el príncipe
__Es lo que no sé. --Respondió la rana.
__creo que hay esperanzas…ire a ver a la princesa y la atraerá hacia ustedes sin decirle la verdad, ojala pueda lograrlo, dijo esperanzado el príncipe que ya se estaba enamorando de la princesa Lyyz.
Apenas declinaban los rayos del sol cuando el príncipe atento espiaba la aparición del palacio, y cuando la luna se asomaba por el oriente, raudo cruzó el jardín, y con enormes zancadas esperó a que saliera la princesa.
__no temas, no temas soy amigo.-dijo Ubaldo.
__Yo no sé, -dijo la princesa bajando la mirada._¿ sabes a dónde vas de día?
_¿por qué lo dices?- pregunto el príncipe.
_porque ¿sabes lo que se siente estar perdida, sin poder tocar el suelo, vagando en la nada?. Dijo la princesa
__No, no me lo imagino…¿puedo invitarte al rio?
_me encanta el agua, mirar el reflejo de la luna en ella me tiene fascinada…
--ven, no temas, vamos a mirar los rayitos en el agua…
Tomándola de la mano el príncipe la llevó hacia el rio,y allí le contó su vida de aventurero, mientras unos sapos llegaban hasta ellos, empezaron a croar cantando una bella melodía, sus ojitos empezaron a llorar de tan lastimosa canción que encerraba toda la tristeza del mundo guardado por varios años.
La princesa de repente intento entenderles lo que decían en su canto, y el príncipe con su ternura le trasmitía: esperanza, paz y amor. Tan emocionados estaban escuchando la sinfonía que la princesa esta vez se olvido de escapar, y mientras la luz del nuevo día aparecía, los reyes fueron tomando forma original, mientras el palacio frente a sus ojos desaparecía …
Lyzz emocionada se soltó llorando al ver después de cinco años a sus padres , ellos a su vez la abrazaban también llorando, después de un largo rato, le dieron las gracias al príncipe.
, Él les pidió la mano de Lyyz, pero el rey le dijo que ella ya no era una princesa porque el castillo había desparecido y ya no tenían nada.
Eso no impidió que Ubaldo nuevamente les ofertara casase con Lyyz
la princesa, enamorada, miró a sus padres, y tocando la mejilla del joven príncipe dijo: has roto el maleficio. ¿Querrás casarte conmigo, tú?
—Sí, acepto. Dijo Ubaldo __ahora mismo iremos a mi reino y nos casaremos.
A la mañana siguiente, mientras el sol se levantaba sobre el palacio, el príncipe y Lyzz. Se unian para siempre bajo la bendición de DIOS.
Partieron hacia el bosque mágico y…vieron nuevamente el palacio blanco pero esta vez para siempre y vivieron felices el resto de su vida.
Colorín colorado
Este cuento se ha acabado
Celeste.