No habrá de ser fugaz tu paso por mi tiempo tu tiempo y el mío se unieron hace tanto que no recuerdo los crepúsculos sin tu nombre ni paisajes de otoño sin cuidarme con tus ojos
No habrá rosales magníficos ni glicinas perfumadas ni un lirico silencio de miradas entre la gente nada se parece a lo que fuimos, todo es distinto aunque los profetas proclamen un nuevo tiempo.
El tiempo, siempre el tiempo recurrente vuelve como vuelven las bandadas a las tierras bajas acompañadas , siempre juntas, nunca solas para que todo se repita, para que todo se parezca.
Y de ese tiempo nosotros somos un pedazo un mundo con un cielo con aire diáfano una tierra donde amanecen todos los sueños un techo tan grande como nuestro anhelo.
Y que nadie se atreva a invadir las costas, que nadie ambicione nuestros cuerpos, no hay grietas donde se filtre el perverso ni promesas que nos hundan en la zozobra.
Carlos Brid Derechos reservados
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