Hoy vi tu rostro,
pobreza,
y en tus platos vacíos he llorado.
Hoy vi, como subías los cerros llena de polvo,
con un pan frío bajo el brazo,
con el corazón hecho un manojo,
y tus hijos esperando hambrientos...
Hoy voltee la cara,
¡Allí estabas!
Tan callada, y sola,
habitando en los estómagos vacíos de un niño del África.
En unas manos hambrientas de cariño.
¡Cuánto frío en tus casas de madera y cartón!
Tus zapatos rotos hablan,
por ti,
tus lágrimas enfermas viviendo en un hospital,
tu cuerpo en las frías aceras durmiendo entre cartones.
Hoy te vi pobreza.
Te escondías de mí,
pero te reconocí,
¡Sí eras tú!
La misma de siempre,
antojando muchas cosas en las vitrinas de las tiendas,
mascullando el hambre en una olla vacía.
Te vi, regateando precios en el mercado,
durmiendo con tu perro,
o con una botella de alcohol.
Hoy te vi,
pobreza
y quise acercarme a ti,
paliar tu hambre
con unas monedas,
pero no pude;
quise llenarte el estomago,
con mis platos finos,
y tampoco pude.
Tus ojos fijos solo me pedían,
un poco de cariño,
un poco de consideración y respeto.
Algún día dejarás de existir
pobreza,
y el mundo
será más justo...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú