La vida no acaba en una mirada triste sin esperanza,
el tiempo cura todas las heridas, porque Dios no cura
mi dolor, tengo tanta tristeza que las esperanzas se van,
cuánto sufrimiento hay en mi alma sin poder resignarme.
Mi corazón llora sin descanso, mi vida es un abismo sin
fondo, me siento a la deriva, el sol ya no me abriga, la
luna oscurece mi cuarto, las estrella se perdieron en el
firmamento, mis lágrimas formaron un río muy largo,
lleno de penas y dolor.
Dios mío qué puedo hacer para terminar con este sufrimiento,
los seres que más quiero se van, quedando en los misterio de
la muerte, cuántos caminos debe recorrer la vida para tener
paz y fe en mi corazón.
La vida no acaba aquí, hay que seguir viviendo para tener
paz interior y resignación al perder un ser querido que
queremos que esté presente, Dios dame fuerza para seguir
este camino de espera que me hace doler el alma...
MARÍA AHUMADA BARRAZA...