Te veía tan gris, tan borrosa, que simplemente solo quería pasar
vivir un rato y luego partir, como la vida que se marchita y deja de estar.
No es tan solo pintar de color una ilusión o dibujar de pasión un simple recuerdo,
era solo poder comenzar a ser el fuego del corazón, ese que nos enlazaba, solos tú y yo en mutuo acuerdo.
Esperar que en las horas solo mueran cada una de las lágrimas que nunca vieron el brillo del amanecer
al paso que el sueño perdiera esa magia, que envolvía nuestros seres en el arte de querer.
Es así como pesa, esta ausencia que marca el ardor de la soledad
fundirme en esos sentimientos hermosos a la vez dolorosos del primer amor, esos que tienen sello de eternidad.
Autor:"Solrac"