Una chica esquiaba en el mar, sujetada por una lancha. No sabía nadar, aunque traía puesto el chaleco salvavidas. De repente, la mujer perdió el equilibrio y cayó al mar. Alcanzó a sujetarse de una de las cuerdas que la jalaban.
Se aferró a ella y fue arrastrada por el mar, al más puro estilo vaquero.
Los ayudantes le decían que soltara la cuerda, porque de lo contrario no podrían ayudarla.
La chica no lo hacía, porque tenía miedo de que le pasara algo si se soltaba. Pero a medida que pasaba el tiempo, se hacía más daño.
Finalmente la chica comprendió que se estaba lastimando. Soltó la cuerda. Y fue entonces cuando la pudieron ayudar.
¿Cuántas veces nos aferramos a algo, con la misma fuerza que la chica se aferraba a la cuerda y nos hacemos daño?
Lo que resistes, persiste en tu vida.
Cuando alguien te hace daño y lo sigues trayendo contigo, te sigue lastimando.
“Suficiente para cada día es su propia maldad” dijo Jesucristo. Esta frase encierra una gran verdad.
Quizás un día cayó una lluvia que te mojó y te enfermaste. Y te sentiste molesto por unos días. Pero imaginate recordando con molestia esa lluvia el día de hoy, después de 10 años que pasó el aguacero…
¿No tiene sentido verdad? Se que este ejemplo es claro de entender. Pero no lo es cuando se aplica a nuestras experiencias emocionales del ayer.
Traemos una y otra vez la lluvia de desprecios e insultos del pasado. Nos seguimos torturando con la tormenta de desamor del ayer.
Seguimos culpando de nuestros fracasos a personas que… ¡ya se han ido de este mundo!
Lo que resistes, persiste en tu vida.
Eres esclavo de aquel que te inmoviliza y te hace sufrir. Al resistirte y dar mil vueltas al ¿Por qué me trató así? No es diferente a cuando un gato da vueltas sobre sí mismo, buscando alcanzar su cola. Nunca lo logra y se detiene hasta que se cansa.
La naturaleza del amor es incomprensible y caprichosa. No te lamentes porque se ha ido. Agradece que por un instante llegó a tu vida, llenándola de emociones y nubes de color de rosa.
Busca las flores más bellas, en la montaña tapizada de desamor y espinas de tu vida. Y te garantizo que le encontrarás sentido.
Hay personas que cargan sus costumbres del ayer a la vida del hoy y no pueden ser felices.
Anónimo