VIVIENDO EN EL INFIERNO
Con la llegada de cada amanecer
mi mundo se transforma,
se colapsa,
se enmudece.
.
Como un autómata,
debo recoger
los pedazos caídos
del día anterior,
que a su vez,
son los pedazos
del génesis de mis días.
.
Mi plan es recolectar
y acomodar los escombros.
Cimentar con ellos,
antes que nada,
un refugio.
.
Uno que me proteja
del naciente día,
de sus mentiras,
de sus pretextos.
.
Cada mañana
debo luchar en contra de ellos,
los recuerdos que se aferran,
que se incrustan
y se mezclan entre el aire ardiente
y mis agotados pulmones.
.
Cada mañana
es un simulacro,
donde mecanizo mis pasos,
y disimulo mis respiros
aparentando que mis pedazos
y mi refugio
se mantienen de pie,
cuando en realidad
mi cuerpo yace,
sepultado
calcinado
bajo esos escombros
sin saber
si todavía
existo.
Iván Alatorre Orozco