1. Comunicación
Decir las cosas y saber cómo decirlas es primordial en cualquier relación. Expresar lo que sientes, mostrar cariño, hacer un cumplido, comunicar lo que te gustaría, decir lo que te molesta, pedir perdón, saber hacer una crítica, saber decir que no…
Porque ser sincero es la única manera de evitar conflictos, malentendidos, expectativas mal gestionadas y poder, así, construir relaciones que nos hagan sentir felices, satisfechos, conectados y en armonía con el otro.
2. Generosidad
Generosidad no es esperar a que el otro mueva ficha para que algo cambie, sino tener la generosidad de moverla yo (siempre y cuando tenga claro que esa persona me importa o que merece la pena, esto no vale para las personas tóxicas ;-).
Es decir, una persona generosa en su relación, por ejemplo de pareja, se pregunta qué necesita el otro, en vez de estar pensando en lo que necesita ella y en cómo puede obtenerlo.
Es dar incondicionalmente. No a cambio de algo, no porque el otro te haya dado algo antes, no porque creas que es tu obligación darlo, como si comerciáramos con el cariño y los favores… “Yo te hice este favor, así que tú ahora me debes uno…”.
3. Respeto por las diferencias
Así que ahí está el tercer secreto para que una relación funcione: respetar que el otro sea diferente a ti. Que entienda las cosas de forma diferente. Que haga las cosas de forma diferente. Que piense distinto y valore cosas que tú no valoras, o al revés
¿Cómo se hace? Pues reduciendo nuestro juicio y nuestro hábito de juzgar lo que es correcto y lo que no. Porque nada está bien ni está mal, nada es mejor o peor, sencillamente es diferente.
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