Nadie sabrá, donde mis pensamientos
me llevan, cuando la noche me inunda,
de soledad y silencio, cuando el frío
me hiela poco a poco hasta el alma.
En estas cuatro paredes, donde me
escondo del mundo, donde nadie puede
verme, donde la poca luz, se funde entre
las sombras.
Aquí donde yo, puedo ser el que soy,
sin fingir y sin mentiras, sin esconderme
de nadie, detrás de una sonrisa.
Que huya los fantasmas, que acosan a
mi alma, que no vengan esta noche,
y me llenen la cabeza de recuerdos ya
pasados.
Que se queden en la sombra y no salgan
a mi encuentro, que yo despeje mi
mente para escribir, mis versos.
Que la senda del recuerdo se pierda en
el pasado y que el tiempo la borre, para que
no vuelvan ellos, en noche de soledades,
donde me hago poeta, donde mis sentimientos,
me hacen escribir versos.
Que no vengan esta noche, los fantasmas
del recuerdo, que mi nostalgia se duerma,
que mi cabeza olvide y que no vuelvan a mí,
esos recuerdos malditos.
Que no regresen esta noche los fantasmas
del pasado, que me ahogan poco a poco
y me falta hasta el aliento.
Que no castigue a mi alma, y dejen libre a
mi espíritu, que vaya por los caminos
de la paz y del amor, y que mis pensamientos
sean buenos, libre de sufrimiento, para escribir mis
versos, juntos con mis poemas.
Deja que mi alma vuele, donde el viento
la lleve, donde la vida sea vida y no una
condena a muerte, espíritu de poeta que vague
por los caminos.
Y que los fantasmas se alejen, y no acosen
a mi vida, que deje a este poeta, con su
pequeña locura, de creer que soy poeta
y de escribir mis poemas, en noches oscuras
y frías.
Julián cobo