Bastó un palabra y un beso brotó de la emoción;
causando caricias en el garuar de estos veranos,
en esos paréntesis por la memoria de una ilusión
y este sentimiento que es un eslabón tobiano
La ausencia de la semántica, produce susurros
que galopan carrasqueando indecisos aforismos,
acompasados en el paradigma sobre cuscurros
de un viejo bajel que naufraga en el antagonismo
Hoy zigzagueas por sendas sin ángeles en el río,
donde sólo ves agua dentro de los abecedarios
en un gran vacío, donde rebotan los vientos alisios
rebasando la elusiva bitácora con renovados bríos
Aunque se extravíen los suspiros de la abrasión;
siempre brotará la voluntad por la lúcida pasión,
en torrentes babélicos expandidos por asirme
de tu figura aunque sea en silencios en firme
El epicentro poético sólo demuestra al amor
en silencio o silabeado, que es una medicina
desembocada en la dulzura de ese candor
aterciopelado, por palabrear como la encina
Nelson