BODA NEGRA
Oye la historia que contóme un día el viejo enterrador de la comarca: era un amante a quien por suerte impía su dulce bien le arrebató la parca.
Todas las noches iba al cementerio a visitar la tumba de la hermosa; la gente murmuraba con misterio: es un muerto escapado de la fosa.
En una horrenda noche hizo pedazos el mármol de la tumba abandonada, cavó la tierra... y se llevó en los brazos el rígido esqueleto de la amada.
Y allá en la oscura habitación sombría, de un cirio fúnebre a la llama incierta, dejó a su lado la osamenta fría y celebró sus bodas con la muerta.
Ató con cintas los desnudos huesos, el yerto cráneo coronó de flores, la horrible boca le cubrió de besos y le contó sonriendo sus amores.
Llevó a la novia al tálamo mullido, se acostó junto a ella enamorado, y para siempre se quedó dormido al esqueleto rígido abrazado.
JULIO FLOREZ |