La rabia y el rencor, como todos sabemos, son emociones muy fuertes que desgastan nuestra energía de muchas maneras. Cuando hayamos quitado las capas, probablemente descubriremos que esa rabia en realidad es un sentimiento superficial. No nos referimos a que sea algo trivial o falso, sino en el sentido de que hay muchos otros sentimientos y dinámicas por debajo de él.
Cuando nos perdemos en la rabia nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más profundos. Hemos aprendido a escuchar sólo aquellos que saben gritar más fuerte.