*SI PUDIERA VIVIR DE NUEVO* Me habría quedado en la cama cuando estaba enferma, en vez de pensar que el mundo se derrumbaría si no fuera a trabajar ese día. Hubiera encendido la vela rosa tallada en forma de flor, antes de que se derritiera por estar guardada. Habría dicho menos y escuchado más. Hubiera invitado amigos a cenar, aunque mi alfombra estuviera manchada o el sofá estuviera desteñido. Hubiera comido palomitas en la sala ′′ buena ′′ y me hubiese preocupado mucho menos la mugre, cuando alguien quisiera encender la chimenea. Habría escuchado con más atención las historias que mi madre contaba sobre su juventud. Hubiera compartido más responsabilidades con mi marido. Nunca insistiría en que las ventanas del auto fueran cerradas en un día de verano porque mi cabello estaba bien peinado. Hubiera reído y llorado menos frente a la televisión y más mientras observaba la vida. Me habría sentado en el pasto, aunque tuviera la ropa manchada. Nunca habría comprado algo solo por ser práctico, disfrazar la suciedad o con garantía de duración de toda la vida. En lugar de desear que pasaran pronto los nueve meses de embarazo, habría apreciado cada momento y comprendido que la maravilla que crecía dentro de mí, era mi única oportunidad en la vida de ayudar a Dios a hacer un milagro. Cuando mis hijos, familiares, amigos me besaran con fuerza, nunca diría: ′′Después. Ahora ve a lavarte las manos para la cena". "Luego, se nos hace tarde". Habría más ′′Te amo". "Eres mi mundo". Más ′′Lo siento". "Perdona". "Gracias". Muchos "Vamos a pasear". "Eres maravilloso". "Gracias por tú compañía"... Sin embargo, más que nada, si tuviera otra oportunidad, aprovecharía cada segundo, cada minuto, cada hora... prestaría atención a todo, a todos, viviría intensamente sin prejuicios, sin juzgar, amándome, respetándome, dándole valor a cada ser y oportunidad que Dios me da. Deja de preocuparte, molestarte por cosas insignificantes. No le des importancia a quien no le gustas, a quien tiene más, o a quien está haciendo qué. En cambio, aprecia y valora las relaciones que tienes con los que te quieren bien, con tus padres, hijos, nietos, esposo, amigos del alma, familia. Aquellos que siempre están contigo en las buenas y las malas. La vida es un ir y venir. En cualquier momento o lugar, se nos escapa de las manos. Crédito a su autor.
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