Señor, tu voz sigue resonando en nuestros oídos: "La mies es mucha... pero escasos los obreros..."; "Id y haced discípulos... bautizándoles..., enseñándoles..."; "Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo...".
Confíamos en tu palabra, abrimos nuestro corazón a tu mensaje misionero y te suplicamos con la fuerza de la fe recibida.
Haz que el Día del DOMUND sea un "nuevo Pentecostés del amor", que nuestra diócesis y nuestra comunidad cristiana sean misioneras y rechacen la tentación de encerrarse en sí mismas, que las Iglesias nacientes en la misión cooperen con otras más necesitadas y den de su pobreza, que los jóvenes, enfermos y personas consagradas participen en el compromiso misionero, que los llamados a la vocación misionera respondan a ella con generosidad, que los bautizados participemos en la actividad misionera de la Iglesia como responsables de tu encargo misionero.
Dios Todopoderoso y Eterno, mira con amor el rostro de tu Hijo y por amor a Él que es el Sumo y Eterno Sacerdote ten misericordia de tus sacerdotes.
Acuérdate, oh compasivo Señor, que ellos no son sino frágiles y débiles seres humanos. Remueve en ellos el don de la vocación que de modo admirable se consolidó por la imposición de las manos de tus Obispos.
Mantenlos siempre cerca de ti. No permitas que el enemigo les venza, para que nunca se hagan participes de la más mínima falta contra el honor de tan sublime vocación.
Señor Jesús, te pido por tus fieles y fervorosos sacerdotes, así como por los sacerdotes infieles y tibios; por los sacerdotes que trabajan en su propia tierra o los que te sirven lejos, en lugares o misiones distantes; por tus sacerdotes tentados; por los que sienten la soledad el tedio o el cansancio; por los sacerdotes jóvenes o por los que estén a punto de morir así como por las almas de sacerdotes en el purgatorio.
Pero, sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que más aprecio: el sacerdote que me bautizó o me ha absuelto de mis pecados; los sacerdotes a cuyas misas he asistido y me han dado Tu Cuerpo y Sangre en la Comunión; los sacerdotes que me han aconsejado, me han consolado o animado y aquellos a quienes de alguna forma les estoy más en deuda.
Oh, Jesús, mantenlos a todos cerca de tu Corazón y bendícelos abundantemente en el tiempo y en la eternidad.
El Señor nos llama y nos reúne, somos su pueblo, signo de unidad. Él está en medio de nosotros, sirve a la mesa, nos reparte el pan.
Por todos los caminos nos sales al encuentro, por todos hemos visto señales de tu amor. Tu pueblo se reúne Señor a bendecirte,
a celebrar con gozo tu paso salvador.
Revélanos al Padre oh Cristo, nuestra fiesta, aumenta la esperanza de nuestro caminar. Tu Espíritu divino nos dé la fortaleza, los bienes que esperamos
Reunidos en el nombre del Señor que nos ha congregado ante su altar celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad, celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.
Tu, Señor, das sentido a nuestra vida, tu Presencia nos ayuda a caminar, tu Palabra es fuente de agua viva que nosotros a tu mesa venimos a buscar.
Purifica con tu gracia nuestras manos, ilumina nuestra mente con tu luz, que la fe se fortalezca en tu Palabra y tu Cuerpo tomado en alimento nos traiga la salud.
Ángel Santo de la Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal. Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
Ángel Santo de la guardia, tesoro del Señor, que del cielo fuiste enviado para ser mi guardador. Yo te rego Ángel bendito que me libres y me guardes de los lasos del maldito, ahora y siempre Amén.
El Ángel Guardián Es verdad, no es un cuento; hay un Ángel Guardián que te toma y te lleva como el viento y con los niños va por donde van.
Tiene cabellos suaves que van en la venteada, ojos dulces y graves que te sosiegan con una mirada y matan miedos dando claridad. (No es un cuento, es verdad.)
El tiene cuerpo, manos y pies de alas y las seis alas vuelan o resbalan, las seis te llevan de su aire batido y lo mismo te llevan de dormido.
Hace más dulce la pulpa madura que entre tus labios golosos estruja; rompe a la nuez su taimada envoltura y es quien te libra de gnomos y brujas.
Es quien te ayuda a que cortes las rosas, que están sentadas en trampas de espinas, el que te pasa las aguas mañosas y el que te sube las cuestas más pinas. Gabriela Mistral