Señor mío, Jesucristo,creo firmemente que estás aquí;en estos pocos
minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y
me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y
renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas:
¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?
ORACIÓN
No me mueve, mi Dios, para quererteel cielo que me tienes prometido,ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte.Tú me mueves, Señor; muéveme el verteclavado en la Cruz y escarnecido.Muéveme ver tu cuerpo tan heridomuévenme tus afrentas y tu muerte.Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,que aunque no hubiera cielo, yo te amara,y aunque no hubiera infierno, te temiera.No me tienes que dar porque te quiera;pues aunque lo que espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera
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