Cuando abraces el dolor y lo hagas parte de ti desaparecerá…
Al sentir dolor la mayoría nos resistimos… es como que nos
resulta imposible asumir ese sentir… entonces nos ahogamos
en la desesperación, lo ocultamos, tratamos de que no se note
y allí nuestro interior se quiebra, se desborda, y una sensación
de ahogo nos invade… y la tristeza se apodera de nosotros…
Abrazar el dolor… no rechazarlo… sentirlo… asumir que es
parte de nosotros en algunos momentos de nuestra vida…
Cuando el dolor nos invade es el momento de decidir entre
pegar el salto al salvavidas o hundirse abrazado al peso del
sufrimiento.
Hoy recuerdo parte de un texto de Mateo Bautista que leí
hace años y que decía: “Todo sufrimiento trae un mensaje
de crecimiento, si es escuchado”.
Conviene identificar verdaderamente las causas que lo provocan
y encontrar nuevas fuentes de sentido: buenas relaciones
humanas, sanas reconciliaciones, nuevos intereses vitales,
motivaciones altruistas…
Sufrir sanamente para dejar de sufrir es utilizar el sufrimiento
para pasar del apego al amor, de la manipulación a la libertad,
del vacío a la felicidad, del sin sentido al sentido.
Es poner amor en todo sufrimiento para que me purifique.
Así desaparecerá el sufrimiento, el dolor, dejando como herencia:
“El secreto de la vida…”
Por eso abrazar el dolor es importante, estamos enseñados para
combatir el dolor, y es nuestro desafío elaborar sanamente el
sufrimiento.