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Elipando de Toledo (717 — †808) fue arzobispo de Toledo a finales del siglo VIII, y el principal defensor del adopcionismo.
Sostuvo, quizás por influencia del Islam y por el pasado visigodo arriano, que Cristo es Hijo de Dios no por naturaleza, sino por adopción del Padre. Defendió sus tesis en el Sínodo de Frankfurt (794), en una memoria dirigida a los obispos españoles, y en el Concilio de Aquisgrán (800). En este último se le enfrentó Alcuino de York, quien entabló debate con Elipando y le derrotó.
Contra él escribieron Beato de Liébana y Eterio de Osma el Apologeticum, un texto contra el adopcionismo cabiendo señalar, como curiosidad que, según la tradición, el Beato de Liébana le llamó «Testiculum anticristi» ("pequeño testigo del Anticristo").
Murió en la llamada Jornada del Foso.