DIGRESIÓN 9: LA DESTRUCCIÓN DE LOS CIELOS Y LA TIERRA (Ap. 21:1; 2 P. 3:6-12)
Como el propósito de Dios es establecer su reino aquí en la tierra (véase el Estudio 5), es inconcebible que Él quisiera destruir este planeta; el Estudio 3.3 ha demostrado que Él ha prometido invariablemente no hacer semejante cosa. Por lo tanto las referencias ya citadas acerca de la destrucción de los cielos y la tierra se deben entender figurativamente.
El pasaje de Pedro muestra las similitudes entre los juicios sobre la tierra en los días de Noé y lo que ocurrirá en el futuro, en "el día del Señor". "El mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados... para el fuego en el día del juicio" (2 P. 3:6,7).
Pedro está señalando un contraste entre el agua usada como agente de destrucción en los días de Noé, y el fuego que será usado a la segunda venida. "Los cielos y la tierra" de los días de Noé no fueron destruidos literalmente – lo que fue destruido fue "toda carne" pecaminosa (Gn. 7:21 compárese con 6:5,12). Por lo tanto, la expresión "los cielos y la tierra" se refiere a un sistema de cosas o de organización humana. Aquellos que entienden mal este pasaje suelen no darse cuenta de cuáles son los ‘cielos’ que se dice que serán destruidos. Esto no se puede entender literalmente – ellos son la morada de Dios (Sal. 123:1), donde no hay pecaminosidad (Hab. 1:13; Sal. 65:4,5) y declaran la gloria de Dios (Sal. 19:1). Si se refieren a algo figurado, así también la ‘tierra’.
Los siguientes pasajes demuestran cómo en otras partes de la Biblia la expresión ‘los cielos y la tierra’ no se ha de entender literalmente, sino que se refiere a un sistema de cosas en la tierra.
-"Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz... Porque así dijo Jehová: Toda la tierra [de Israel] será asolada ... Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán" (Jer. 4:23-28). Esta es una profecía acerca de los juicios que vendrán sobre ‘los cielos y la tierra’ del territorio y pueblo de Israel, por lo cual ellos (no el cielo y la tierra literales) se enlutarán.
-Años antes, Moisés se había dirigido a todo Israel: "Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca" (Dt. 32:1). Se recalca que había dos categorías de gente a las cuales habló: 1) "Los ancianos de vuestras tribus" y 2) "toda la congregación de Israel" (Dt. 31:28,30). Entonces a los ancianos se les igualaría con los ‘cielos’ y a la gente común con la ‘tierra’.
-Isaías dio principio a su profecía en un estilo similar: "Oíd, cielos, y escucha tú, tierra... Príncipes ... oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo" (Is. 1:2,10). De nuevo hay un paralelo entre los cielos y los gobernantes; y entre la tierra y el pueblo.
-"Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo" de Israel (Sal. 50:4). Esto habla por sí mismo.
-" Y haré temblar a todas las naciones ... Yo haré temblar los cielos y la tierra" (Hag. 2:7,21). Igualmente.
-"Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom... Llena está de sangre la espada de Jehová... Porque Jehová tiene... grande matanza en tierra de Edom" (Is. 34:5,6). Aquí al ‘cielo’ se le iguala con Edom; la profecía anterior de que "todo el ejército de los cielos se disolverá" (Is. 34:4) se refiere, por lo tanto, a la disolución de Edom.
-Los cielos y la tierra que en Isaías 13 se menciona que serán disueltos se refiere al pueblo de Babilonia. En una serie de declaraciones acerca de Babilonia leemos que Dios hará "estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar... como gacela perseguida... cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra" (Is. 13:13,14). De este modo se hace un paralelo entre la huida de los cielos y la tierra con la huida del pueblo. Hebreos 9:26 habla de "la consumación de los siglos" como un hecho que ocurriría en el primer siglo de nuestra Era, en el sentido de que en aquel tiempo el mundo judío estaba llegando a su fin.
Con todo esto establecido firmemente en la mente, se ha de entender que las referencias en el Nuevo Testamento a un nuevo cielo y nueva tierra al regreso de Cristo se refiere al nuevo sistema de cosas que se verá cuando se establezca el reino de Dios.
Un examen más atento de 2 Pedro 3 confirma esto. Después de describir cómo llegarán a su fin "los cielos y la tierra" actuales, el versículo 13 continúa: "Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia". Aquí se cita la promesa de Dios anotada en Isaías 65:17: "Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra". El resto de Isaías 65:17 continúa describiendo este nuevo sistema de cosas como una situación perfecta que se establecerá aquí en esta tierra:
"He aquí que yo traigo a Jerusalén alegría... El niño morirá de cien años [es decir, aumentará la duración de la vida]... No edificarán para que otro habite... El lobo y el cordero serán apacentados juntos" (Is. 65:18-25).
Estas bendiciones están claramente relacionadas con el venidero reino de Dios que se establecerá en la tierra – los nuevos ‘cielos y tierra’ que reemplazarán al desdichado sistema del presente.