Segunda Ofensiva Romana del 67 AD
Neron estaba en Achaea cuando le llegaron las nuevas sobre la derrota de Cestius Gallus. Él transfirió el comando de supresión de la revuelta judía al experimentado Vespasiano. El derrotado Gallus murió poco tiempo mas tarde.
El aprovisionamiento para la campaña se hizo durante el invierno.
Vespasiano marchó a Antioquía y formó su ejército allí, y mandó a su hijo Tito a Alejandría para traerle la 15ta Legión estacionada allí
Tan pronto como posible, al término del invierno, él marchó a Ptolemais donde calculaba esperar a Tito, pero antes que Tito arribara llegaron emisarios desde Sepphoris en Galilea y pidieron una guarnición romana. Vespasiano inmediatamente marchó 6,000 tropas bajo Placidus para guarnecer a Sepphoris. Sin asestar un sólo golpe los romanos conquistaron uno de los lugares más importantes y mejor fortificados en Galilea.
Con el arribo de Tito, el ejército ahora al mando de Vespasiano ,consistía de tres Legiones completas: las Legiones 5ta, 10ma y 15ta ;veinte y tres cohortes auxiliares, seis alas de caballería, y los auxiliares provistos por los Reyes Agripa, Antíoco de Commagene, Soemus de Emesa, y Malchis II de Nabatea, en total alrededor de 60,000 hombres.
Vespasiano partió de Ptolemais y acampó en el límite de Galilea.
Las tropas judías al mando de Josefo habían acampado en Garis, 20 estadios de Sepphoris para esperar a los romanos (Vita 71 (395)).
El coraje de las tropas judías se esfumó aún antes de la aparición de los romanos, y se dispersaron. Las tierras bajas de Galilea cayeron en poder de los romanos sin siquiera desenvainar una espada.
Josefo se vio forzado a retirarse a Tiberías. Vespasiano ahora simplemente tenía que vencer los fuertes uno por uno.
Josefo mandó a pedir a Jerusalén, un ejército de la misma calidad del romano. El pedido fue demasiado tarde.
La parte principal del ejército de Josefo ocupó Jotapata. Josefo dijo que los romanos tendrían que, construir la ruta para hacer cruzar a la caballería, lo cuál hicieron entre el 17 el 21 Iyyar. Josefo supuestamente llegó allí el 21 de Artemesius (Iyyar) del 67AD. (este tiempo era al final del periodo de la segunda Pascua en lo que sería la sección de los Panes sin Levadura). Vespasiano llegó a la ciudad en el atardecer del siguiente día. Josefo dice que el sitio duró 47 días (B.J. iii, 7, 33 y 8, 9 y finalizó el 1 de Panemus (B.J. iii, 7, 36).
Josefo es sumamente claro en cuanto a que la ciudad cayó el 1 Panemus. También es claro en que el sitio duró 47 días. También afirma que las obras viales fueron llevadas a cabo cuatro días antes de su arribo el 21 Iyyar. Por lo tanto, la guardia de avanzada romana para el sitio tiene que haber arribado el 14 Iyyar o sea nuevamente a tiempo para la Segunda Pascua. Una vez construida la ruta la maquinaria de sitio podía ser movida avanzando con el cuerpo principal de Vespasiano. La importancia del uso de la Segunda Pascua en Iyyar para ambas operaciones principales no debería pasar desapercibido para ningún estudiante bíblico. Dios está permitiendo el desenvolvimiento de esta situación para tratar con Judá.
La ciudad de Jotapata fue tomada en la Luna Nueva de Tammuz en el 67 AD. Había sido una ciudad amurallada en Israel desde los días de Josué (rf. Misná, Arak. 9:6).
El primer asalto fue repelido. Los romanos entonces comenzaron el sitio. Josefo lo describe en gran detalle en Guerras de los Judíos.
Al final, no obstante el uso de la astucia de mandar personas de noche cubiertas en cueros de animales para traer provisiones, y el uso de aceite hirviendo y fenogreco para hacer resbaladizas las maquinarias de sitio y puentes y meterse bajo la armadura de los soldados , y la constante y bravía resistencia, la ciudad cayó. Las valientes salidas en este sitio llegaron a ver incluso a Vespasiano mismo herido. La ciudad fue traicionada por un desertor, quién reveló a los romanos el real estado de fatiga. La guardia matutina a duras penas podía mantenerse despierta. Tito y una pequeña fuerza entraron sigilosamente y asesinaron a los guardias y la ciudad no pudo repeler a sus atacantes una vez estos adentro.
Los hombres fueron muertos y muchos se ocultaron en cuevas. Fueron asesinados por los romanos o se suicidaron. Josefo registra que él sobrevivió, supuestamente por haber sacado la suerte de ser el último en su cueva a suicidarse, y luego se rindió. El actuó como un profeta y esto fue confirmado por otros testigos que él en verdad había predicho cuanto duraría el sitio. Josefo predijo que Vespasiano asumiría al trono, y por esa razón se lo trató con mayor consideración.
Los romanos mataron a todos los hombres salvo algunos cautivos y dejaron con vida a unos pocos niños y algunas mujeres como esclavos. Arrasaron la ciudad. Josefo fue dejado con vida para registrar los eventos. La ciudad fue redescubierta en 1847 por E. G. Schultz en Jefat al norte de Sepphoris.
En el 4 Panemus, Vespasiano marchó a Cesarea por el camino a Ptolemais donde permitió al ejército tomar un descanso mientras él iba a Agripa en Cesarea Philippi. Ellos tuvieron festividades allí por veinte días. Luego a Tito se le ordenó que trajera las Legiones de Cesarea Marítima y ellos marcharon sobre Tiberias. La ciudad se rindió y fue tratada con consideración a causa de Agripa.
Ellos marcharon sobre Tarichea. Una osada carga por Tito tomó la ciudad a los comienzos de Gorpiaeus o Elul.
Las Nuevas Lunas y Segundas Pascuas forman eventos de tiempo importantes en esta guerra. Dios le está hablando a Judá y este no está escuchando.
Así, en Galilea, sólo Gischala y Mte. Tabor (Itabyrion) permanecían bajo los rebeldes quienes también tenían a la importante y fuertemente fortificada Gamala en Gaulanitis.
Los romanos, acto seguido atacaron Gamala, al principio parecía que habían tenido éxito y entraron en la ciudad. Sin embargo, el contra ataque fue tan determinado y cruento que los romanos se retiraron con grandes pérdidas y se requirió toda la autoridad de Vespasiano para restaurar el orden y la moral (Schürer, ibid., p. 495).
El 23 Tishri (Hyperberetaeus), Gamala finalmente cae. Mte Tabor también había sido tomada por un destacamento enviado allí durante el sitio a Gamala.
Tito fue enviado a Gischala con un destacamento de caballería de 1,000. La ciudad se rindió a Tito el segundo día. Juan y sus Zelotes habían escapado y huido a Jerusalén la noche anterior.
Vespasiano llevó al ejército a cuarteles de invierno. El y las Legiones 5ta y 15ta acamparon en Cesarea. La 10ma estaba estacionada en Scythopolis.
Por lo tanto, para el invierno del 67 AD, toda Palestina del norte estaba en manos de los romanos.
La Guerra Civil del 67 AD
Los líderes de los rebeldes en primera instancia fueron los líderes que habían estado poco comprometidos o parte del partido de paz. Los fieramente nacionalistas, llamados Zelotes, los culpaban por el desastroso primer año de la guerra. Fueron acusados de no presionar la guerra con suficiente vigor. Ese comentario parece justificado.
Los zelotes entonces comenzaron a tomar el control y a desembarazarse de los líderes anteriores. Estos no quisieron abandonar el poder voluntariamente de manera que en el invierno 67-68 AD comenzó la sangrienta guerra civil
Juan de Giscalla era el líder de los zelotes. Él se escapó de Tito y se fue con su tropa a Jerusalén alrededor del comienzo de Noviembre.
El reunió a los hombres jóvenes y los estimuló a mayor acción. Los Zelotes refugiados del norte entraban a raudales a Jerusalén como así también refugiados de otras partes. Pronto los Zelotes tenían el control de Jerusalén.
Su primera acción fue librarse de todo sospechoso de simpatizar con los romanos Varios de los más prominentes, incluido Antipas de la Casa Herodiana, fueron encarcelados y asesinados en prisión.
Otro Sumo Sacerdote fue escogido por suertes, ya que los previos habían pertenecido al partido aristocrático. Esto fue un duro golpe para los Saduceos, y eventualmente vio el surgimiento del sistema rabínico post-Templo de los fariseos.
El Sumo Sacerdote elegido fue Phannias, de Apthia (también Phanni, Phanasus, Pinhas). Josefo dice que él no tenía la más mínima comprensión acerca del oficio Sumo Sacerdotal, pero era un hombre del pueblo y eso era lo principal (B. J. iv, 3, 6-8).
Las autoridades en Jerusalén, Gorion ben Joseph, Simon ben Gamaliel el Fariseo, y los dos Sumo Sacerdotes, Ananus ben Ananus y Jesus ben Gamaliel intentaron liberarse de los Zelotes por la fuerza. Como estaban en minoría fueron forzados al atrio interno delantero del Templo y, como nadie quería avanzar sobre las puertas sagradas, fueron encerrados allí.
Los Zelotes enviaron mensajes a los belicosos Idumeos. Estos hijos de Essaú habían sido derrotados por Juan Hyrcanus y convertidos al judaísmo aproximadamente dos siglos y medio antes. Un gran porcentaje de Judea era idumea, tal como lo eran los Hasmoneos mismos.
Los idumeos aparecieron ante los muros de Jerusalén pero no se los dejó entrar. Esa noche, una feroz tormenta fue usada por los zelotes como cobertura para abrir las puertas y las fuerzas combinadas comenzaron de inmediato a robar y asesinar en la ciudad. El gobierno establecido era demasiado débil para resistir y comenzó un reino de terror. Los zelotes dirigieron sus asesinos a las autoridades establecidas, declarándolas pro romanas. El Sumo Sacerdote Ananus y Jesus fueron asesinados.
Incluso escenificaron la farsa de juicio para dar credibilidad a los asesinatos, pero la corte reunida para el juicio absolvió al acusado Zacarias ben Baruk, y entonces los zelotes simplemente lo mataron diciendo: “Nosotros también tenemos nuestro voto” (Schürer, ibid., p. 497-498).
Para entonces los Idumeos se dieron cuenta de que la tal llamada traición sólo implicaba a ciudadanos honestos .Ellos entonces se retiraron.
Los zelotes continuaron su reinado de terror con aun menor impedimento. Ellos mataron a Gorion y la parte del bien hacer, y las autoridades estaban tan intimidadas que ya no había resistencia alguna. Juan de Giscalla fue un tirano en Jerusalén.
Protección de la Iglesia en Pella
La Iglesia había sido advertida de este trauma a través de Daniel. Antes de la guerra, y después de la muerte de Santiago, bajo Simón primo de Cristo había huido a Pella mucho antes de la Pascua del 66 AD.
Eusebio registra desde Josefo (HE III, V-VI) los terribles detalles de las acciones del pueblo en la ciudad. A la Iglesia le había sido ahorrada el horror de los Zelotes y la terrible hambruna que destruyó la ciudad y su estructura moral.
Los generales romanos consideraban que Jerusalén debía ser atacada inmediatamente. Con la lucha desarrollándose en la ciudad esta podía ser tomada fácilmente.
Vespasiano consideró que era más sabio dejar que la ciudad diese rienda suelta a sus hostilidades internas, y dejarla que se agotara a sí misma.
Dios le había dado 40 años a Jerusalén bajo la Señal de Jonás, y se les daría cada día del tiempo que se les asignó (ver el papel La Señal de Jonás y la Historia de la reconstrucción del Templi [013]).
Ellos podían haberse arrepentido, aún hasta en el último instante, y Dios los habría salvado.
En lugar de eso, Vespasiano dirigió su atención a Perea, lo cuál era donde estaba ubicada Pella. El área era gentil pero tenía elementos anti-romanos especialmente en la ciudad de Gadara.
Gadara había solicitado una guarnición de tropas como protección de estos elementos.
Vespasiano marcho hasta allí a marcha forzada desde Cesarea aún antes del comienzo de la primavera. Arribó allí el 4 Dystrus, o Adar del 68 AD y ocupó la ciudad. Luego retornó a Cesarea. Vespasiano dejó un destacamento de infantería de 3,000 y 500 de caballería bajo Placidus, y eso concluyó la subyugación de Perea tan lejos como hasta Machaerus. Esto tuvo el efecto de asegurar que a la Iglesia se la dejó en paz y que no presenció ninguno de los horrendos exterminios que tuvieron lugar en Judea, Galilea e Idumea.
Cuando la primavera estaba ya en plena marcha, Vespasiano nuevamente se fue de Cesarea. Su objetivo era subyugar toda la campiña de manera que Jerusalén fuese el último bastión y cuando una vez destruida, toda resistencia se iría con ella.
El ocupó Antipatris, capturó Lydda y Jamnia. Envió la 5ta Legión fuera de Emmaeus. Luego llevó a cabo incursiones por toda Idumea. Girando al norte, camino a Emmaeus, él marchó a través de Samaria a Neapolis (Shechem) vía Corea. Arribó en Corea en el 2 Sivan (Daisius) y luego fue a Jericó. Guarneció a Jericó y a Adida. Destruyó completamente a Gerasa con un destacamento bajo Lucius Annius.
Judea estaba completamente subyugada. Vespasiano podía ahora dirigir su atención a Jerusalén (cf. Schürer, ibid., pp. 498-499). Él volvió a Cesarea e inició las preparaciones, pero la muerte de Nerón el 9 Junio 68 AD lo obligó a una completa revisión de planes. Todo el imperio podía quedar en caos así que tuvo que dirigir su atención allí. De ese modo Dios intervino en la situación, forzando a Judá a evaluarse a sí misma por todo el período de 40 años.
Vespasiano esperó las nuevas, y en el invierno del 68/9 AD llegaron nuevas de que Galba había sido proclamado emperador. El envió a su hijo Tito a Roma para rendir homenaje al nuevo emperador y esperar órdenes. Sin embargo, Tito sólo alcanzo a llegar a Corinto cuando le fue informado del asesinato de Galba el 15 Enero del 69AD.
Tito entonces retornó a su padre en Cesarea. Vespasiano continuó jugando el juego de la espera.
Segunda Occupación de Judea
Los eventos obligaron a Vespasiano a nuevamente ingresar a Judea cuando un Simón Bar-Giora (hijo del prosélito) quien se comportaba de una manera muy similar a Juan de Gischala –ferozmente intolerante y un zelote – comenzó a reunir una banda de seguidores durante el cese de fuego. Él y sus seguidores comenzaron a vagar por el sur de Palestina robando y pillando en cuanto lugar llegaban.
Como langostas, destruían todo a su paso. Después de haber llevado a cabo un ataque sorpresa a Hebrón, se fueron con un valioso botín de pillaje (Schürer, ibid., p. 499 cf B. J. iv, 9, 3-8).
Vespasiano fue forzado a actuar. En el 5 Daisius, o Sivan 69 AD, después de todo un año de descanso, él nuevamente marchó a Cesarea. Subyugó los distritos de Gophna y Acrabata y las ciudades de Bethel y Ephraim. Se aproximó a Jerusalén mientras su tribuno Cerealis conquistó y destruyó Hebron, después de que ellos se resistieron. Con la excepción de Jerusalén, y los tres fuertes de Herodium, Masada y Machaerus, toda Palestina estaba sujeta a Roma (ibid., pp. 499-500).
Dos Tiranos en Jerusalén
Jerusalén se había cansado en extremo de Juan de Giscala, y en Simón Bar-Giora vieron el medio para librarse de Juan. Así, aún antes de que Vespasiano había subyugado el sur, Simón se dirigió a Jerusalén y fue invitado a entrar a Jerusalén por sugerencia del Sumo Sacerdote, Matías. El entró a Jerusalén en Xanthicus, o Nisan del 69 AD.
En lugar de ser liberados de la tiranía de Juan, ellos tenían ahora dos tiranos quienes consideraban como enemigo común a cualquiera con dinero.
El Imperio Dividido
Dios actuó nuevamente para dar a Jerusalén su periodo de tiempo completo y darle a Judá una oportunidad de ser perdonado.
Al retornar Vespasiano de Cesarea, le llegaron nuevas de que las legiones en el oeste habían proclamado como emperador a Vitelio. Las legiones en el este decidieron que preferían a Vespasiano que al glotón Vitelio.
El 1 Julio 69 AD, Vespasiano fue proclamado emperador en Egipto. Unos días más tarde las legiones Palestinas y Sirias le siguieron los pasos. Antes de mediados de Julio era emperador en todo el este.
Vespasiano entonces fue forzado a consolidar su poder y tuvo que dejar para más adelante a los rebeldes judíos. Esta vez sería de acuerdo al propósito y calendario de Dios.
Vespasiano recibió embajadas en Berito y fueron a Antioquía. Desde allí envió a Muciano con un ejército, por tierra a Roma, él fue a Alejandría. Durante su permanencia allí le llegaron noticias de que había triunfado en Roma y que Vitelio había sido asesinado el 20 de Diciembre del 69 AD.
Permaneció en Alejandría hasta el verano del 70 AD, pero envió a Tito con un ejército a Palestina para ponerle fin a la guerra judía.
Jerusalén y los Tiranos
En los años intermediarios la situación en Jerusalén había empeorado, como si eso fuese posible.
En lugar de dos partidos de tiranos, ahora había tres. Eleazar, hijo de Simón, se había escindido del partido de los zelotes de Juan. Ahora la ciudad esta dividida en tres secciones. Simón dominaba la Ciudad Superior y gran parte de la Ciudad Inferior. Juan dominaba el Monte del Templo, y Eleazar la parte interior del atrio delantero del Templo. Los tres estaban en un conflicto continuo y toda la ciudad era un campo de batalla sin descanso.
Antes que permitir que cada uno ganase acceso a las provisiones de alimentos a expensas del otro, prendían fuego a grandes almacenes de grano en Jerusalén y sumergieron la ciudad en una hambruna. Se aseguraron que la ciudad no podría sobrevivir al inminente sitio de Roma merced a un conflicto interno insensato y mezquino.
Merecían ser pasados por las armas cada uno de ellos, y esa arma pronto descendió sobre ellos en la forma del ejército de Tito.
La Caída de Jerusalén
El ejército bajo Tito se componía de cuatro legiones. Aparte de las Legiones 5ta, 10ma y 15ta de Vespasiano, él también tenía la Legión 12ma, la cuál había sido la legión en Siria bajo Cestio que comenzó el primer sitio.
Los comandantes de las Legiones de Vespasiano fueron:
Sexto Vettuleno Cerealis 5ta Legion
A. Larcio Lepido Sulpiciano 10ma Legion
M. Tittio Frugi 15ta Legion
Comandante de la 12ma desconocido.
El anterior procurador de Judea, Tiberio Iulio Alexander, asistía a Tito.
El dio órdenes al resto del ejército para encontrarse con él en Jerusalén y él y el cuerpo principal partieron de Cesarea. La 5ta fue por Emmaus y la 10th fue por el camino de Jericó. Como así también todas las fuerzas, las cuales habían sido reforzadas, Tito tenía consigo 2,000 hombres de Egipto y 3,000 extraídos del ejército sobre el Eufrates.
Schürer dice que Tito llegó a los muros de Jerusalén pocos días antes de la Pascua del 70 AD (ibid., p. 502); otras autoridades dicen el 1 Abib 70 AD. Esto concuerda con el marco de tiempo. No tiene consecuencia alguna que haya sido el 1 o 13 de Abib. La Pascua era el juicio de Dios.
Tito se había adelantado con una fuerza de caballería de 600 y se vio en seria amenaza de ser capturado por los judíos, únicamente su propia bravura lo salvó.
La bravura fanática de los judíos era bien respetada por los Romanos. La 10ma Legión arribó y montó el campamento en el Monte de los Olivos. En el proceso fue atacado con tal fiereza que casi sufre la derrota total. La intervención personal de Tito hizo que se mantuviese firme y desbaratar el ataque.
La lucha intestina de la ciudad continuaba sin mengua. Con los romanos a las puertas, otra masacre tuvo lugar en la Pascua del 70 AD en Jerusalén. Los hombres de Eleazar abrieron las puertas del primer atrio a los fieles para la Pascua. Los hombres de Juan Gischala usaron esta oportunidad para entrar armas de contrabando y mataron a los hombres de Eleazar y tomaron todo el Monte del Templo. Esta acción volvió la situación al estado de dos partidos, los de Juan y Simón.
Schürer da una descripción de la ciudad en el Volumen 1 página 503 y usando también a Josefo (B. J. v 4) del siguiente modo:
“Para comprender el sitio que ahora siguió, es necesario tener una idea general de la distribución de la ciudad. [B. J. v 4] Jerusalén se extendía sobre dos colinas, una mas alta al oeste, y una mas pequeña al este, dividida por una profunda hondonada que corría de norte a sur, la llamada Tyropoeon. Sobre la colina occidental la más grande estaba la alta ciudad, sobre la colina mas pequeña del este, la baja ciudad. La última también es llamada ‘Acra’ porque era aquí que el fuerte de Jerusalén construido por Antíoco Epífanes había estado anteriormente [c.f. Schürer pp. 154-5] Al norte del Acra estaba el sitio del Templo, cuya extensión había sido agrandado considerablemente por Herodes el Grande. Junto al área del Templo sobre su lado norte estaba el fuerte de Antonia. El lugar del Templo estaba rodeado por sus cuatro lados de una fuerte muralla y así constituía un pequeño fuerte por derecho propio. Las ciudades alta y baja estaban rodeadas por una muralla común la cuál se unía al muro occidental del área del Templo, que iba hacia el oeste, que en una gran curva hacia el sur rodeaba a las ciudades baja y alta, y terminaba finalmente en el rincón sud-este del sitio del Templo. Aún más, la ciudad alta debe haber estado separada de la ciudad baja por un muro de norte a sur a lo largo del Tyropoeon. Porque Tito, cuando ya en posesión de la ciudad baja , aún tuvo que dirigir sus arietes contra los muros de la ciudad alta .Al oeste, sur y este, el muro externo estaba sobre grandes precipicios; solo hacia el norte era el terreno razonablemente parejo. Aquí, había un segundo muro formando una curva hacia el norte y rodeando el antiguo suburbio; y entonces, en un giro hacia el norte aún más amplio, un tercer muro comenzado por Agripa I y solo completado durante la revuelta cuando la necesidad lo demandaba. Este tercer muro encerraba la llamada Nueva Ciudad o suburbio de Bezeta (el lector recordará que Bezeta fue quemada por los Romanos antes, en la primera acción de Cestio. cf Schürer p. 488) Tal como el trazado mismo de la ciudad demandaba, Tito dirigió su ofensiva contra el lado norte, por lo tanto contra la tercera externa, o primer muro desde el punto de vista de los atacantes .Fue solo entonces, cuando los arietes comenzaron su tarea en tres puntos diferentes, que se terminaron las luchas internas y ambos partidos, los de Juan de Giscala y Simón Bar-Giora, unieron fuerzas. En uno de sus ataques, lucharon con tanto éxito, que solo por la intervención de Tito (quién él mismo mato a doce de los enemigos) que se salvaron las máquinas. [B. J. v 6, 2-5] Después de quince días de trabajo, uno de los poderosos arietes golpeó un agujero en el muro, los Romanos entraron, y el 7 Artemisius (Iyyar, Abril/Mayo) lograron el control del primer muro[cf. Josephus B. J. v,7,2] ”
Cinco días después de la captura del primer muro, el segundo muro cedió al ariete romano. Tito entro con una fuerza selecta pero fue repelido por los judíos.
Cuatro días más tarde la tomó nuevamente, esta vez permanentemente. Nuevamente tenemos el 12 y 16 Iyyar como fechas decisivas alrededor de la secuencia de la Segunda Pascua.
El próximo paso de Tito fue construir dos terraplenes contra la ciudad y dos contra el fuerte de Antonia.
Cada una de las cuatro legiones estaba encargada de construir uno de los terraplenes. Simón Bar-Giora mandó defender la ciudad alta y Juan de Giscala mandó defender el fuerte Antonia (B. J. v 9,2).
Los romanos entonces le encomendaron a Josefo que llamara a la ciudad a rendirse, sin resultado alguno.
El alimento escaseaba y los pobres que iban en busca de alimentos eran capturados y a plena vista de la ciudad crucificados. Algunos fueron mutilados y arreados de vuelta a la ciudad (B. J. v 10, 2-5).
Los romanos completaron los terraplenes el 29 Iyyar 70 AD.
Los judíos, bajo Juan y Simón, habían estado aprovechando el tiempo propicio hasta la finalización de los terraplenes antes de demolerlos.
Juan había cavado un túnel debajo del terraplén contra el Antonia y le prendió fuego a los postes en la hora oportuna. El resultado fue que el túnel colapsó y el terraplén cayó al fuego y se destruyó. Dos días más tarde Simón Bar-Giora prendió fuego y destruyó el terraplén de la Ciudad Alta (B. J. v 11, 4-6).
Tito entonces rodeó la ciudad completamente con un muro de piedras antes de comenzar nuevos terraplenes. Esto era para impedir que la ciudad pudiese re aprovisionarse para que se rindiese por hambre. Fue completado en el asombroso tiempo de tres días y guardia armada continua impedía escape alguno (B. J. v 12, 1-32)
Los horrores de la hambruna descendieron sobre la ciudad tal como Dios había prevenido (Lev. 26:29; Deut. 28:29; Jer. 19:9; Eze. 5:10) y como históricamente registrado (2Re. 6:28-29; Lam. 2:20; 4:10; Bar. 2:3). Maria de Beth-Ezob es una de las registradas como haber comido a su propio hijo (B. J. vi 3, 4; Euseb. HE iii, 6; & Jerome ad Joel 1:9 ff (CCL lxxvi, p. 170; cf. Schürer fn. 102, p. 504).
El aceite y vino sagrado del “Recinto de la Casa del Aceite” situado en el rincón sudoeste del Atrio de las Mujeres fue entonces violado para ser usado para propósitos profanos. Este acto criticado por Josefo, es perfectamente comprensible (B. J. v 13, 6).
Nuevos terraplenes fueron construidos en veinte y un días y esta vez cuatro fueron construidas contra el Antonia. Esta vez la madera tuvo que ser cargada hasta el sitio por alrededor de 90 estadios (4.5 horas de viaje) ya que el área había sido talado.
Juan de Giscala los atacó el 1 Panemus o la Luna Nueva de Tammuz pero el ataque fracasó a causa de la falta de vigor en la ejecución y estando los romanos doblemente alertas (B. J. vi 1, 1-3).
Los judíos se replegaron y comenzaron los arietes. Al comienzo sin éxito pero más tarde los muros colapsaron espontáneamente, por haber sido dañados tan seriamente. Sin embargo, Juan de Giscala ya había erigido un segundo muro detrás de la sección que estaba dañada y era por lo tanto muy difícil de escalar.
El de 3 Panemus (Tammuz) Tito exhortó las tropas a la acción, y un soldado Sirio llamado Sabino y once camaradas escalaron el muro pero Sabino y tres camaradas cayeron (B. J. vi, 1, 3-6). El 5 de Panemus, entre veinte y treinta soldados escalaron el muro de noche y mataron a los primeros centinelas. Tito atacó tan rápido después de ellos que hizo retroceder a los judíos hasta la zona del Templo.
Los romanos fueron expulsadas nuevamente pero capturaron el Antonia e inmediatamente se dedicaron a arrasarlo hasta el suelo (B. J. vi 1, 7-8).
Los judíos habían sido capaces de mantener los sacrificios de la mañana y la tarde aún cuando habían cesado de sacrificar por los gentiles en el 66 AD al comienzo de la revuelta.