"Si hay alguna congregación humana que pueda merecer la eterna perdición y el
más absoluto rechazo, tanto en la Tierra como en el Infierno, es esta compañía
de Loyola. Nuestro sistema de libertad religiosa les servirá, indudablemente,
como asilo. Sería una sorpresa, no obstante, si ello no pone a prueba la pureza
de nuestro sistema electoral".

Carta de John Adams a Thomas Jefferson.

Los actuales acontecimientos en que se encuentra sumido el mundo tras el 11 de
septiembre, encuentran en la obra de Tupper Saussy, Rulers of Evil (Harper
Collins, 1999), una inquietante explicación.
No podemos engañarnos más, los ideólogos del "Nuevo Orden Mundial" (George Busch
senior, tras la Guerra del Golfo) y del "Choque de Civilizaciones" (descarada
aportación académica a la génesis de los conflictos, realizada por un conocido
científico social al servicio de la Trilateral), enmascaran un proyecto de
dominación, que a nadie que haya leído un poco de Historia le parecerá extraño.
Nos encontramos ante una reedición en clave de farsa, como todo lo que es
retorno en la Historia, de lo que fueron las Cruzadas Medievales.
Ya el Fin de la Guerra Fría (simulacro lamentable del que algún día la Humanidad
conocerá los intríngulis) se arropaba ante la opinión pública con el manto de la
hegemonía USA y las prácticas muy drásticas y policíacas de la Santa Alianza
post Napoleónica.
Proyecto teocrático vinculado al Papado de Roma, dirigido contra el Cristianismo
Ortodoxo encarnado en Bizancio, con fines de dominación a largo plazo que aun no
han culminado, las Cruzadas Medievales se reciclan hoy cuidadosamente en clave
de "lucha antiterrorista".
Recientemente, en un viaje que he realizado a Lisboa, pude observar en los
escaparates de una librería lusitana un trabajo publicado sobre el OPUS DEI,
obra de un periodista británico (Robert Hutchison).
En la portada del libro en cuestión, se señalaba que la búsqueda de un conflicto
con el Islam y la reedición de la vieja idea de Guerra Santa, eran los
auténticos objetivos de la peculiar Prelatura Personal, tan cara a Juan Pablo
II. Tupper Saussy, en su extraordinario trabajo sobre la Historia Invisible de
los Estados Unidos de América, aclara de modo inquietante el panorama.
¿Cuál es el sustrato católico de la Historia Norteamericana? ¿Está el mundo
controlado por el Pontifex Maximus, vía USA? ¿A través de quién o de quiénes?
¿Esa situación provoca las nuevas cruzadas de EE.UU.?
Trataré de responder a estas importantes cuestiones, a lo largo y ancho de las
páginas del presente artículo.

EE.UU.: Vaticano-Opus Dei

En el año 1984, el 10 de Enero, se produce el establecimiento de relaciones
diplomáticas entre el Vaticano y los EEUU, a pesar de las protestas de
diversas instancias (American Jewish Congress, Iglesias Protestantes varias y
grupos defensores del laicismo). La decisión judicial sobre esta causa habla de
que: "nos encontramos ante una cuestión de política pública, no una cuestión
religiosa". Corre la época de Ronald Reagan y la CIA está dirigida por William
Casey, católico convencido como tantos otros miembros de las burocracias
estadounidenses. Cuando las trece colonias se independizaron de Inglaterra en el
siglo XVIII, el número de católicos era inferior al diez por ciento, pero no hay
que olvidar que hoy en los USA la religión mayoritaria es la católica. Louis
Freeh, el recientemente dimitido Director del FBI (enmascarador de los crímenes
de Waco), era un conspicuo simpatizante del OPUS DEI, del que su hermano es
supernumerario. Robert Hanssen, agente del FBI recientemente condenado a cadena
perpetua por espiar para la Rusia post soviética, es miembro de la cofradía del
Beato Escrivá.
¿Cuántas personas saben que el territorio que hoy ocupa la ciudad de Washington
se denominaba, además, "Rome" y que era propiedad de una poderosa familia
católica, los Carroll, que tomaron parte decisiva en la lucha contra los
británicos? El sustrato católico y la presencia del Vaticano y el OPUS DEI en
EE.UU. es demasiado evidente.

El origen: los jesuitas

Lorenzo Ricci, Superior General de los jesuitas entre 1758 y 1775 durante una de
las etapas más difíciles para la Compañía, pues fue suprimida en 1773 por el
Papa, es el responsable de haber traído a Occidente Los Trece Libros sobre el
Arte de la Guerra, atribuidos a Sun Tzu, manual de instrucciones para el
conflicto que los jesuitas aplicaron minuciosamente. "Divide et impera", es una
de sus cláusulas genéricas, que Tupper ve aplicada en la búsqueda de la guerra
entre la metrópoli y las colonias. La Guerra de los Siete Años con Francia, en
la que los jesuitas jugaron un papel fundamental, preparó el terreno para la
Revolución del 76.
Los jesuitas nacen como reedición de los Templarios, en el siglo XVI, con la
finalidad de luchar contra el protestantismo. El Concilio de Trento y la matanza
de San Bartolomé son algunas de sus realizaciones más conocidas. Espíritus
sibilinos, expertos en la
infiltración y la manipulación, vía la confesión y la educación de los poderosos
de su tiempo, tratan de implementar el programa teocrático de los Templarios, de
los que se consideran legítimos sucesores. "Cum finis este licito, etiam media
sunt licita." Para entendernos, que el fin justifica los medios. Si hay que
mentir, se miente; si hay que matar, se mata; si hay que embaucar o robar, se
roba. Todo "ad maiorem dei gloriam".
Según Tupper Saussy, la desestabilización de la Compañía de Jesús constituyó
parte de un plan que permitió la diseminación de sus miembros por el mundo
entero y la puesta en práctica clandestina de su programa.
Recursos financieros en abundancia, personas bien entrenadas y obediencia
ilimitada. Estos son sus activos. Parece patético que hoy se ande hablando de
los "lavados de cerebro" de las sectas más raras e ínfimas y no se hable de los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio, herramientas psicológicas de control,
feroces donde las haya. El Quinto Ejercicio, por poner un ejemplo, trabaja con
el desencadenamiento del miedo y el sentimiento de culpa, con fines posteriores
de programación. Se pide la obediencia, no sólo del cuerpo, sino del intelecto.
En fin, algo repulsivo y peligroso que goza del aprecio de intelectuales, que no
ven otra cosa que "mística" en estas aberraciones.
Maestros de la desinformación, ahora se presentan como "defensores de los
pobres" e izquierdistas y utilizan como herramienta de despiste a organizaciones
pantalla como los Legionarios de Cristo o el mismo OPUS DEI, que se han cuidado
mucho de acreditar como "adversario", en su afán de copar todo el poder con
asociaciones sectarias católicas. Debe quedar claro que los jesuitas tienen como
cómplice al OPUS DEI, en su deseo de poder. ¿Recuerdan lo dicho sobre esta
organización en EE.UU. y las nuevas cruzadas?
Es el cuento de nunca acabar, una amenaza que, aliada con los despojos más
corruptos del capitalismo norteamericano y los sectores más conservadores de
nuestra globalizada sociedad mundial, postulan para la Humanidad un futuro de
esclavitud y de oprobio sin igual, bajo el patrocinio del Pontifex Maximus y la
reconstrucción neoimperial de la Roma teodosiana.
"Los Padres Fundadores deseaban edificar un 'Nuevo Orden' que asegurara la
justicia y la libertad para todos... El principio subyacente de este nuevo orden
es el hecho irrebatible de la naturaleza pecaminosa del hombre. Construir una
república diseñada para pecadores, entonces era una tarea indispensable... No
tiene sentido construir un sistema social para santos. Hay demasiados pocos de
ellos. Y con aquellos que existen, es imposible convivir... Cualquier sistema
social efectivo debe ser diseñado únicamente para la mayoría moral, tal y como
es: pecadora."