El Proyecto Huemul
En la Isla Huemul, ubicada en el Lago Nahuel Huapi, provincia de Río Negro, Argentina, se desarrolló un proyecto científico a cargo del austríaco Ronald Richter desde 1948 hasta 1952, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón.
El HUEMUL (Hippocamelus bisulcus): es un ciervo que habita exclusivamente en los bosques de la cordillera patagónica andina de Argentina y Chile. Actualmente se encuentra en peligro de extinción ya que quedan aproximadamente unos setecientos ejemplares
El proyecto Huemul fue un proyecto secreto financiado por el Gobierno de Juan Domingo Perón y que llevó a cabo el científico austríaco Ronald Richter, entre 1948 y 1951. El proyecto intentaba generar una forma de energía a través de la fusión controlada de energía nuclear
Es de público conocimiento que al terminar la Segunda Guerra Mundial, muchos militares nazis o simpatizantes del partido nazi, lograron escaparse y se refugiaron en la Argentina. Uno de ellos fue el ingeniero Kurt Tank (piloto de prueba que había desarrollado aviones para la Alemania nazi). Tank se radicó en Córdoba para desarrollar, a pedido de Perón, el prototipo aéreo “Pulqui II”, junto a otros doscientos ingenieros alemanes. Este ingeniero Tank fue quien le sugirió a Perón que se convocara a Richter.
Ronald Richter llegó a Buenos Aires en agosto de 1948 y fue recibido por Perón. Para lograr su hazaña científica se montó en la provincia de Córdoba un laboratorio pero, debido al estado paranoico de Richter, que creía que lo espiaban y lo perseguían, el laboratorio secreto se mudó a una isla en el lago Nahuel Huapí, llamada Huemul (en la provincia de Río Negro).
Los montos de los gastos reservados que demandaba el proyecto eran tan elevados que ya no se los podía disimular más, por eso, el presidente Perón tuvo que firmar el decreto Nº 10.936 que creaba la Comisión Nacional de Energía Atómica, cuyo presidente era el mismo Perón y secretario general el coronel Enrique González, muy allegado a Perón.
Durante todo el año 1950 Richter mandó construir un reactor de 12 metros de alto por 12 metros de ancho, de hormigón, que luego hizo demoler por tener una grieta. A continuación mandó a reconstruirlo a 20 metros de profundidad.
La primer falla de comunicación ocurrió cuando, en febrero de 1951, el nuevo jefe de la guardia militar de Bariloche, coronel Fox, decidió inspeccionar la isla. Debido al aspecto paranoico de Richter que mencionamos antes, el científico austríaco echó a Fox a punta de pistola generando un momento de tensión.
Perón ya estaba preocupado porque había apostado todo a este proyecto. Y de repente llegó la mejor noticia: en marzo de 1951 Richter le cmunicó a Perón que había tenido el primer éxito. Se habían llevado a cabo reacciones termonucleares bajo condiciones de control en escala técnica. En palabras del propio Perón a la prensa: “Es un nuevo sistema que trata como dice Richter de encender soles artificiales en la tierra”.
La comunidad científica mundial miraba con mucha cautela y descreimiento estos adelantos.
Ese mismo mes, marzo de 1951, Perón y su mujer, Eva, le entregaron a Richter el Doctorado Honoris Causa.
Luego de este anuncio, pasaron meses sin que se supiera algo el proyecto. Viendo su credibilidad amenazada, Perón creó una comisión para que investigara y auditara a Richter. Uno de los integrantes de esta comisión fue el doctor José Balseiro. La comisión, luego de presenciar aproximadamente doce experimentos, dio resultados negativos. El informe explicó que se observaban radiaciones pero no de origen nuclear, sino producidas por campos eléctricos. Balseiro y el Ingeniero Bancoira, otro de los integrantes de la Comisión, calificaron los experimentos de Richter como farsa.
Richter no aceptó esta sentencia y pidió otra comisión conformada por científicos que trabajaban en el exterior. Estos científicos opinaron lo mismo que los anteriores: farsa.
Así, en noviembre de 1952, Perón le quitó apoyo a Richter y el proyecto se canceló. Ronald Richter se mudó a Monte Grande, en la provincia de Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte, en 1991.
Lo positivo de esta gran farsa fue que en 1955 se creó el Instituto Balseiro, reducto académico que nuclea a los mejores científicos del país.
The History Channel, canal de documentales históricos, preparó un documental muy interesante y de gran calidad llamado “Proyekt Huemul”