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La advertencia final al mundo cristiano .
El mensaje del tercer ángel debe darse con poder. El poder de la proclamación del primer y segundo mensajes debe intensificarse en el tercero. En Apocalipsis Juan se expresa del mensajero celestial que se une al tercer ángel, como sigue: “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible”. Apocalipsis 18:1, 2. Corremos el peligro de dar el mensaje del tercer ángel de forma tan indefinida que no impresione a la gente. Se introducen tantos otros intereses que el mismo mensaje que debiera proclamarse con poder; llega a ser débil e ineficaz. Se ha incurrido en una equivocación en nuestros congresos campestres. Se ha presentado el tema del sábado, pero no como la gran prueba para este tiempo. Mientras las iglesias profesan creer en Cristo, están invalidando la ley que Cristo mismo proclamó desde el Sinaí. El Señor nos pide: “Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1. La trompeta debe emitir un sonido auténtico. 6TPI 67.1
Cuando tenéis una congregación delante de vosotros por solamente dos semanas, no pospongáis la presentación del tema del sábado, hasta que se presente todo lo demás, suponiendo que con eso preparáis el camino para ello. Elevad las normas, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Haced esto el tema principal. Luego, mediante vuestros sólidos argumentos, haced de él una fuerza aún mayor. Basaos más en el Apocalipsis. Leed, explicad y poned en práctica sus enseñanzas. 6TPI 67.2
Nuestra lucha es agresiva. Cosas terribles están delante de nosotros; sí, más bien sobre nosotros. Que nuestras oraciones asciendan a Dios para que los cuatro ángeles puedan retener aún los cuatro vientos, que no soplen para hacer daño y destruir, hasta que la última amonestación se haya dada al mundo. Trabajemos entonces en armonía con nuestras oraciones. Que ninguno disminuya la fuerza de la verdad para este tiempo. Nuestra preocupación debe ser la verdad presente. El mensaje del tercer ángel debe cumplir su obra de separar de las iglesias a un pueblo que se sostendrá sobre la plataforma de la verdad eterna. 6TPI 68.1
Nuestro mensaje es de vida o muerte, y debemos permitir que aparezca tal como es: el gran poder de Dios. Debemos presentarlo en toda la fuerza de su expresión. Entonces el Señor lo hará efectivo. Es nuestro privilegio esperar grandes cosas, aún la demostración del Espíritu de Dios. Este es el poder que convertirá el alma. 6TPI 68.2
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Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo debemos advertir a la gente del peligro en que se encuentran. No permitáis que las escenas solemnes que han revelado las profecías sean dejadas sin tocar. Si nuestro pueblo estuviera sólo medio despierto, si se percatara de la cercanía de los acontecimientos descritos en el Apocalipsis, se efectuaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje. No tenemos tiempo que perder; Dios nos llama a preocuparnos por la gente como quienes tendrán que rendir cuenta. Llamad la atención sobre nuevos principios e insistid en la verdad inequívoca. Será como una espada de dos filos; pero no os apresuréis a asumir una actitud controversial. Habrá ocasiones cuando tendremos que mantenernos quietos y ver la salvación de Dios. Permitid que hable Daniel, que hable el Apocalipsis, y decid lo que es verdad. Pero, cualquiera que sea el contenido del tema que se presente, elevad a Jesús como el centro de toda esperanza, “la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Apocalipsis 22:16.
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Vesica piscis
TAURO/TORO/PLEYADES/7 COLINAS DEL VATICANO
Fermentation - nigredo - bread and wine of Christ La vesica piscis (vejiga de pez en latín) es un símbolo hecho con dos círculos del mismo radio que se intersecan de manera que el centro de cada círculo está en la circunferencia del otro. Esta forma se denomina también mandorla (que significa "almendra" en italiano). Era un símbolo conocido en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, África y Asia.
CATOLICO/CAT-OLICO/CAT-EDRAL/CAT/GATO-EL OJO DEL GATO TIENE LA MISMA FORMA QUE LA DEL SEXO FEMENINO "VESCICA PISCIS"
13/5 (PRIMERA APARICION DE FATIMA)-8/8 (LION S GATE))=88 DIAS EXACTOS
13/5-31/5=19 DIAS
JUNIO=30 DIAS
JULIO=31 DIAS
AGOSTO=8 DIAS
19+30+31+8=88 DIAS EXACTOS
INCLUSO EL PERIODO FATIMA 13/5-13/10=153 DIAS=JUAN 21:11=VESICA PISCIS=OJO DE GATO
DE TERROR
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La Tierra huye de su hacedor a su segunda venida los impíos. Apoc 19: .11 Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y juzga y combate con justicia.
12 Sus ojos, llama de fuego; sobre su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce;
13 viste un manto empapado en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios.
14 Y los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos.
15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos; él los regirá con cetro de hierro; él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios, el Todopoderoso.
16 Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores.
Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Isaías 13:13, 14.
Densas nubes cubren aún el firmamento; sin embargo el sol se abre paso de vez en cuando, como si fuera el ojo vengador de Jehová. Fieros relámpagos rasgan el cielo con fragor, envolviendo a la tierra en claridad de llamaradas. Por encima del ruido aterrador de los truenos, se oyen voces misteriosas y terribles que anuncian la condenación de los impíos. No todos entienden las palabras pronunciadas; pero los falsos maestros las comprenden perfectamente. Los que poco antes eran tan temerarios, jactanciosos y provocativos, y que tanto se regocijaban al ensañarse con el pueblo de Dios observador de sus mandamientos, se sienten presa de consternación y tiemblan de terror. Sus llantos dominan el ruido de los elementos. Los demonios confiesan la divinidad de Cristo y tiemblan ante su poder, mientras que los hombres claman por misericordia...
Por un desgarrón de las nubes una estrella arroja rayos de luz cuyo brillo queda cuadruplicado por el contraste con la obscuridad. Significa esperanza y júbilo para los fieles, pero severidad para los transgresores de la ley de Dios. Los que todo lo sacrificaron por Cristo están entonces seguros, como escondidos en los pliegues del pabellón de Dios. Fueron probados, y ante el mundo y los despreciadores de la verdad demostraron su fidelidad a Aquel que murió por ellos. Un cambio maravilloso se ha realizado en aquellos que conservaron su integridad ante la misma muerte. Han sido librados como por ensalmo de la sombría y terrible tiranía de los hombres vueltos demonios. Sus semblantes, poco antes tan pálidos, tan llenos de ansiedad y tan macilentos, brillan ahora de admiración, fe y amor. Sus voces se elevan en canto triunfal: “Dios es nuestro refugio y fortaleza; socorro muy bien experimentado en las angustias. Por lo tanto no temeremos aunque la tierra sea conmovida, y aunque las montañas se trasladen al centro de los mares; aunque bramen y se turben sus aguas, aunque tiemblen las montañas a causa de su bravura”. Salmos 46:1-3 La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, y escaparon muy pocas personas” . “El terror del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina.
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Satanás y la triple unión mundial la falsa adoración .Apoc 12:9,13:2,7cap16,17,,14:8,11
Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia. Apocalipsis 13:4. MSV 197.2
“Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”. Apocalipsis 13:11. Aunque profesan ser seguidores del Cordero de Dios, los hombres se llenan del espíritu del dragón. Profesan ser mansos y humildes pero hablan y legislan con el espíritu de Satanás, demostrando con sus actos que son todo lo contrario de lo que afirman ser. Este poder semejante a un cordero se une con el dragón para hacer guerra contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Y Satanás se une con los protestantes y los papistas, obrando en armonía con ellos como príncipe de este mundo, e imponiéndose a los hombres como si ellos fueran súbditos de su reino y él estuviera facultado para manejarlos, gobernarlos y controlarlos a su antojo. Si los hombres se oponen a pisotear los mandamientos de Dios, entonces se revela el espíritu del dragón. Se los encarcela, se los lleva ante los tribunales y se les imponen multas. “Hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente”. vers. 16. “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase”. vers. 15. Así usurpa Satanás las prerrogativas de Jehová. El hombre de pecado se instala en el sitial de Dios, proclamándose Dios y obrando por sobre Dios. MSV 197.3
Existe un marcado contraste entre los que tienen el sello de Dios y los que adoran a la bestia y a su imagen. Los fieles siervos del Señor tendrán que soportar la más encarnizada persecución por parte de falsos maestros que no prestarán atención a la Palabra de Dios y pondrán piedras de tropiezo en el camino de los que deseen oírla. Pero el pueblo de Dios no debe temer. Satanás no podrá trasponer su límite. El Señor será el amparo de su pueblo. Considera el daño hecho a sus siervos por causa de la verdad, como inferido a él mismo. Cuando se haya tomado la última decisión, cuando todos se hayan puesto de parte de Cristo y sus mandamientos o de parte del gran Apóstata, Dios se levantará en su poder y los labios de quienes han blasfemado contra él serán acallados para siempre. Todo poder opositor recibirá su castigo.—
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EL CANTO DEL REMANENTE Y LA LEY DEL CIELO SINAI .
Salmos 119-> Ver. 1
Dichosos los que van por camino perfecto, los que proceden en la ley de Yahveh.
[V.1-> INTRODUCCIÓN.- EL Sal. 119 expone la alegría y el gozo que experimenta el que sigue la ley de Dios como su guía. Este es un salmo acróstico compuesto de 22 partes, cada una de las cuales consta de 8 versículos. Las 22 partes corresponden a las 22 letras del alfabeto hebreo (ver pág. 15). En hebreo todos los versículos de la primera sección comienzan con ‘álef, primera letra del alfabeto hebreo. Todos los versículos de la segunda sección con bet, segunda letra de ese alfabeto, etc. Encuanto a que David sea el autor del Sal. 119. ver El primer versículo presenta el tema en torno del cual gira todo el salmo. Salvo el Sal 119:122, todos los demás contienen alguna referencia inequívoca a la revelación de Dios a la humanidad. En la primera sección del salmo, aparecen las siguientes palabras: “ley”, “testimonios”, “caminos”, “mandamientos”, “estatutos” y “juicios”, las cuales indican los diferentes aspectos de la revelación divina (ver com. Sal 19:7). El uso de estos diferentes vocablos embellece el salmo y evita la monótona repetición de una misma palabra. Bienaventurados. Heb. ‘ashre (ver com. Sal 1:1). El salmo comienza con una bendición para los que obedecen la ley del Señor. Perfectos. Heb. temimim, plural de tamim, “completo”, “sin culpa”, “intachable”; se traduce también como “perfecto” (Gen 6:9). Que andan. Una vida santa equivale a vivir de acuerdo a la ley. Ley. Heb. torah, “enseñanza” o “instrucción” (ver com. Deu 31:9; Sal 19:7; Pro 3:1). ]
Salmos 119-> Ver. 2
[V.2-> Testimonios. Ver com. Sal 19:7. Todo el corazón. No se puede servir al Señor con el corazón dividido (Deu 6:5; Mat 6:24; Mat 12:30; Luc 16:13). ] SALMO 91:1 El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday,
Salmos 91-> Ver.
[V.1-> lNTRODUCCION.- El Sal. 91 contiene un mensaje de consuelo para todos los que pasan por momentos de angustia, especialmente para “el pueblo de Dios que observa los mandamientos divinos del cielo Sinaí ” (8T 120), y para los que experimentarán el “tiempo de angustia” y los peligros de los últimos días la gran persecución inquisición mundial que tendrán los que salen de la Madre de las rameras y no aceptan la marca de la Bestia (Ed 177; PP 101; PR 395; CS 688; 8T 120, 121). El tema del salmo gira en torno de la seguridad de quien deposita su confianza en Dios. Es probable que el cambio de pronombres en los Sal 91:1-13 se deba al uso litúrgico de este salmo. Sus diversas partes quizá eran cantadas en el culto por solistas u otras voces que se respondían alternadamente (“antifónicamente”). Este salmo puede compararse con la descripción que presenta Elifaz de la vida del hombre bueno (Jnb 5:17-26), pero es más sublime (ver Pro 3:21-26). Habita. Da la idea de un tranquilo reposo como en una morada. Abrigo. Cuando somos “admitidos a la intimidad y comunión más estrecha con Dios” (DMJ 111) puede decirse que habitamos al “abrigo del Altísimo”. Altísimo. Heb. ‘Elyon. Ver t. 1, págs. 179-181, un estudio de este nombre divino y de los otros tres nombres empleados en los Sal 91:1; Sal 91:2: “Omnipotente” (Shaddai), “Jehová” (Yahweh), “Dios” (‘Elohim). Bajo la sombra. Ver com. Sal 17:8. Los Sal 91:1; Sal 91:4 serán motivo de especial consuelo en “el día de Jehová” (PP 164) para los que acaten la advertencia de Dios. ]
La música del cielo
El nuevo canto que pronto se cantará—Hay un día que pronto ha de amanecer en que los misterios de Dios serán comprendidos, y todos sus caminos vindicados; cuando la justicia, la misericordia y el amor serán los atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado, y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés, el siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de gracia y redención. Este canto será más alto, y se entonará en estrofas más sublimes, resonando por los atrios celestiales. Así se canta el cántico de la providencia de Dios, que relaciona las variadas dispensaciones; porque todo se ve ahora sin que haya un velo entre lo legal, lo profético y el evangelio.
La historia de la iglesia en la tierra y la iglesia redimida en el cielo tienen su centro en la cruz del Calvario. Este es el tema, éste es el canto—Cristo el todo y en todo—, en antífonas y alabanzas que resuenan por los cielos entonadas por millares y por diez mil veces diez mil, y una innumerable compañía de la hueste de los redimidos. Todos se unen en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el cielo.Los ángeles reciben al Rey y sus redimidos con un canto de triunfo—En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano.—
Música celestial—El profeta percibe allí sonido de música y de canto, cual no ha sido oído por oído mortal alguno ni concebido por mente humana alguna, a no ser en visiones de Dios. “Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: y retendrán el gozo y alegría, y huirá la tristeza y el gemido”. “Hallarse ha en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cantar”. “Y habrá cantores con músicos de flautas”. (V.M.) “Estos alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová” Isaías 35:10; 51:3; Salmos 87:7; Isaías 24:14.—
¡Qué canto será aquel cuando los rescatados del Señor se encuentren en las puertas de la Santa Ciudad, que girarán sobre sus resplandecientes goznes, y las gentes que hayan guardado su Palabra—sus mandamientos—entrarán en la ciudad, cuando la corona del vencedor sea colocada sobre la cabeza de cada uno y sean puestas arpas de oro en sus manos! Todo el cielo resonará con preciosa música y cantos de alabanza al Cordero. ¡Salvados, eternamente salvados en el reino de la gloria! Tener una vida que se mide con la vida de Dios: esa es la recompensa.
Los 144.000 cantan sobre su experiencia—Sobre el mar de cristal ese mar de vidrio que parece revuelto con fuego por lo mucho que resplandece con la gloria de Dios—hállase reunida la compañía de los que salieron victoriosos “de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre”. Con el Cordero en el monte de Sion, “teniendo las arpas de Dios”, están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; se oye una voz, como el estruendo de muchas aguas y como el estruendo de un gran trueno, “una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas”. Cantan “un cántico nuevo” delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un canto de liberación. Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia—una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás. Son “éstos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere”. Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el Cordero”. Apocalipsis 15:2, 3; 14:1-5.—
“En su templo todo proclama su gloria”, el canto que cantarán los redimidos, el canto de su experiencia, declarará la gloria de Dios: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo”.
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EL REPOSO SAGRADO DE ADORACION DEL REMANENTE DE CRISTO .
Hebreos 4-> Ver. pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras.
[V.4-> En cierto lugar. Una cita de Gen 2:2. Séptimo día. Ver com. Gen 2:1-3. Reposó. Gr. katapáu, “cesar”, “descansar”. Este verbo y el sustantivo afín katápausis denotan cesación de trabajo u otra actividad y el estado o condición de inactividad que se produce (ver com. Heb 3:11). La palabra hebrea equivalente, shabath, que se traduce “reposó” en Gen 2:2, el pasaje que aquí se cita , literalmente significa “cesar” de trabajo o de actividad. Por lo tanto, katapáu y shabath incluyen tanto cesación de actividad previa como el estado de inactividad que sigue a dicha cesación. Ambos aspectos de ese significado fueron reales en el “reposo” de Dios en ese primer día sábado Génesis 1:1,2Genesis 2:1,4 . Cesó de crear y después continuó en un estado de inactividad en lo que respecta a nuevos actos de creación. las “obras” de la creación estuvieron completas en todo respecto, y en aquel primer día sábado -que el Señor estableció como un recordativo de la creación- Dios comenzó su “reposo” de la creación de la tierra. En lo que respecta a nuestro mundo, Dios nunca ha reiniciado la obra de crear de la cual cesó entonces, y tampoco ha anulado o modificado las leyes que estableció para gobernar el mundo natural. El autor de Hebreos enfoca la atención sobre la creación -incluso del mundo natural, de las leyes que lo gobiernan, del hombre, y del propósito de Dios para él y para el mundo- como un acto completo no sujeto a revisiones posteriores. El énfasis que se hace aquí es en la cesación de Dios de una actividad creadora posterior. El sábado de la semana de la creación fue también el primer día completo de la vida de Adán. Sus experiencias en ese día fueron un anticipo del “reposo” eterno que le estaba reservado si permanecía leal a Dios. Nuestra observancia del séptimo día de la semana como día de reposo, testifica de nuestra fe en el Dios verdadero como el Creador de todas las cosas, y es una expresión visible de esa fe. También testifica de nuestro deseo de vivir en armonía con su gran propósito eterno para este mundo implícito en la creación de esta tierra y del hombre para que viviera en ella- y del propósito divino para nosotros como individuos. Ver com. Exo 20:8; Eze 20:12; Eze 20:20; Isa 58:13. Así como permanece inmutable el propósito original de Dios para este mundo -su “reposo”-, de la misma manera permanece inmutable el día de reposo o séptimo día, el día de “reposo” que él estableció como un recordativo de la creación para que no olvidáramos su propósito al crear este mundo. Por eso la observancia del reposo del séptimo día testifica no sólo de la fe en Dios como Creador de todas las cosas, sino también de la fe en su poder para transformar la vida y hacer idóneos a los seres humanos para que entren en ese “reposo” eterno que originalmente fue para los habitantes de esta tierra. De modo que el sábado da testimonio tanto del poder creador como del poder santificador de Dios, y su observancia es un reconocimiento de fe en su poder para crear y volver a crear, o santificar la vida de los seres humanos. Todas sus obras. En Gen 2:2 se hace referencia a las “obras” creadas en el mundo natural como se describen en el capítulo anterior. El séptimo día. Ver com. Gen 2:1-3. ]
Hebreos 4-> Ver. 9
[V.9-> Por tanto, queda. Ver com. Heb 4:6. En el Heb 4:9 se presenta la conclusión a la cual se aludió en el Heb 4:6, la cual se dedujo de una serie de razonamientos que comienzan en el Heb 4:3 con el fin de probar la premisa de los Heb 4:1 y Heb 4:3. Esos razonamientos pueden resumirse así: 1. El “reposo” de Dios como originalmente le fue prometido al antiguo Israel, incluía: (a) un establecimiento permanente en la tierra de Canaán, (b) una transformación de carácter que haría de la nación un adecuado representante de los principios del reino de Dios, y (c) haría de ellos el agente escogido de Dios para la salvación del mundo (ver t. IV, pp. 28-32; com. Heb 3:11). 2. La generación a la cual originalmente fue hecha la promesa del “reposo”, fracasó; no entró en Canaán debido a “incredulidad” (ver com. Heb 3:19) y “desobediencia” (Heb 4:6). 3. Josué presidió a la siguiente generación en la entrada a la tierra que se les había prometido (ver com. Heb 3:11), pero como eran espiritualmente duros de cerviz no pudo hacerlos entrar en el “reposo” espiritual que Dios quería que disfrutaran (ver com. Heb 4:7-8). 4. La misma promesa fue repetida en los días de David (Heb 4:7). Esto demuestra que Israel aún no había entrado en el “reposo” espiritual, y también que su fracaso en los días de Moisés y de Josué no había invalidado la promesa original. 5. Es seguro el cumplimiento final de los propósitos de Dios a pesar del fracaso de sucesivas generaciones (ver com. Heb 4:3 y Heb 4:4). 6. El autor suplica fervientemente al pueblo de Dios de los días apostólicos que entre “en aquel reposo” (Heb 4:11; Heb 4:16). Es una comprobación más de que continuaba la validez de la invitación y de que el pueblo de Dios no había entrado en conjunto en ese “reposo” ni aun en los tiempos apostólicos. 7. En conclusión, continúa la validez de la promesa de entrar en el “reposo” espiritual de Dios (Heb 4:6 y Heb 4:9), y los cristianos deben procurar “entrar en aquel reposo” (Heb 4:11). Debe notarse que el “reposo” que queda en los tiempos del cristianismo es el mismo “reposo” espiritual prometido originalmente a Israel (ver com. Heb 4:3). Es evidente que si “queda” es porque antes existió. Reposo. Gr. sabbatismós, “descanso de sábado”, “reposo sabático”. Esta es la única vez que aparece esta palabra en la Biblia. No aparece en los escritos extrabíblicos sino en una obra de Plutarco (Moralia, 166ª) y en escritos de los siglos II y III. Por esto algunos han pensado que el autor de Hebreos pudo haber acuñado la palabra. Sin embargo, el sentido no es discutido. La derivación de Sabbatismós es clara. En el AT se emplea 70 veces el verbo shabath, “cesar” o “reposar”. De esas veces, 7 tienen que ver con reposar el día sábado; las restantes 63 se refieren a otras formas de cesar o reposar Como ejemplos de este segundo uso, pueden citarse: Gen 8:22; Jns 5:12; Neh 6:3; Lam 5:14; Isa 14:4; Isa 24:8; Isa 33:8. El sustantivo shabbath, derivado del verbo shabath, significa “reposo” o “día de reposo”, y aparece en el AT 101 veces. Generalmente designa el día de reposo semanal, el séptimo de la semana, o sea sábado. De tener un sentido general, “reposo”, pasó a tener un sentido específico, “sábado”. También se emplea la palabra shabbath para referirse a la semana, un período de siete días que concluye con el sábado. En algunos casos, se usa shabbath como designación del año sabático, el año cuando la tierra debía descansar (Lev 25:6; Lev 26:34; Lev 26:43; 2Cr 36:21). Un derivado de shabbath, la palabra shabbathon, se usa 10 veces, generalmente en la construcción shabbath shabbathon, a veces traducida como “sábado de reposo” en la RVA. Designa por lo general a las “fiestas sabáticas”: el día de la expiación (Lev 16:31; Lev 23:32); la fiesta de las trompetas (Lev 23:24); al primero y último día de la fiesta de los tabernáculos (Lev 23:39). También se aplica al año sabático (Lev 25:45) y al día de reposo semanal (Exo 16:23; Exo 31:15; Exo 35:2). La LXX, en idioma griego, emplea la palabra sábbaton para designar al sábado, día de reposo semanal. También se usa sábbaton en el NT, aunque a veces tiene la forma plural sábbata con sentido singular (ver com. Mat 28:1 y Col 2:16). Siempre se refiere al día sábado o a la semana, período de siete días que culmina con el sábado. El verbo griego sabbatíz, “sabatizar”, si se quiere, o mejor, “guardar el sábado”; deriva de sábbaton. No aparece en el NT. Se usa siete veces en la LXX como traducción de shabath, “cesar”, “descansar”. Una vez se refiere a reposar el sábado semanal (Exo 16:30); una vez a reposar el día de la expiación (Lev 23:32); cinco veces se relaciona con el reposo de la tierra durante el año sabático (Lev 26:34-35; 2Cr 36:21). La palabra sabbatismós, “descanso sabático”, deriva de sabbatíz. Es evidente su derivación del original hebreo shabath, “cesar”. Pero su derivación más cercana es de sábbaton, “sábado”, por lo cual refleja mejor el contenido de esa palabra que el del original hebreo shabath. Por esto, el sentido de sabbatismós es claro: “descanso de sábado” o “reposo sabático”. Hasta aquí, el autor de Hebreos ha usado el verbo katapáuo y el sustantivo katápausis para referirse al descanso al cual deben aspirar sus lectores (Heb 4:1; Heb 4:3-4; Heb 4:5; Heb 4:8). Este es el reposo de Dios, al cual los israelitas bajo Josué no entraron, pero que todavía está abierto a los que creen. Katapáuo y katápausis se usan en el AT como traducción de shabath, “cesar”. Son palabras ricas en sentido. Pero en el Heb 4:9, se usa una nueva palabra: sabbatismós, “reposo sabático”, que aunque sinónima de la primera, tiene un contenido más amplio que el de katápausis. Sabbatismós, que se refiere específicamente al descanso “sabático”, sugiere un reposo especial, no sólo la cesación de las actividades. Este reposo que Dios promete a los fieles tiene, como el día sábado, ribetes de bendición (Gen 2:2-3; Isa 58:13-14), de redención (Deu 5:15) y de santificación (Eze 20:20). El descanso que ofrece Dios es el que cada semana miran por la fe los que observan el día de reposo ordenado por Dios. Este texto sugiere la importancia cósmica del día sábado, como símbolo del reposo eterno que Dios quiere que tengan los suyos. Corresponde notar que en el Heb 4:3, el autor insta a que “entremos” al descanso, como si no hiciera falta esperar a la eternidad para gozar del reposo que Dios ofrece. El reposo 438 simbolizado por el “reposo sabático” es el reposo de la gracia (ver Material Suplementario de EGW, com. Heb 4:9; cf. CS 295). Ese es el “verdadero reposo de la fe” (DMJ 9). Entramos en el “reposo” de Dios cuando consideramos a Jesús (Heb 3:1) y escuchamos su voz (Heb 3:7; Heb 3:15; Heb 4:7), cuando depositamos nuestra fe en él (Heb 4:2-3), cuando desistimos de nuestros propios esfuerzos para ganar la salvación (Heb 4:10), cuando retenemos nuestra profesión (Heb 4:14) y cuando nos acercamos al trono de la gracia (Heb 4:16). Los que quieran participar de esta experiencia deben librarse de un “corazón malo de incredulidad” (Heb 3:12), deben dejar de endurecer su corazón (Heb 3:8; Heb 3:15; Heb 4:7), y deben esforzarse por entrar en el “reposo” de Dios (Heb 4:11). Los que entren en el “reposo” de Dios retendrán su “profesión” (Heb 4:14). Se acercarán “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb 4:16). Algunos han pensado que en este pasaje Pablo indica que los cristianos deben dejar de guardar el sábado semanal, propio de los judíos, y pensar, en cambio, en entrar en el reposo cósmico y espiritual de Dios. Esta interpretación carece de base. El pasaje simplemente emplea una figura, la del reposo de sábado, con todas sus bendiciones y símbolos, para ilustrar la idea del reposo de Dios. La epístola a los Hebreos está dirigida a quienes observaban el sábado y gozaban de sus bendiciones. Este texto contiene una invitación a los cristianos hebreos de darle al reposo sabático semanal una amplitud mayor, a saber, reconocerlo como un símbolo claro del reposo eterno que Dios promete. Esta misma invitación es para los cristianos observadores del sábado en el siglo XX. Pueblo de Dios. Es decir, los cristianos que ahora son el pueblo escogido de Dios como lo fue antiguamente el pueblo de Israel (Exo 19:5-6; 1Pe 2:9-10; ver t. IV, pp. 37-38). ]
Hebreos 4-> Ver.
[V.10-> El que ha entrado. Mejor “quien entró; es decir, cualquiera del “pueblo de Dios” (Heb 4:9). La sintaxis griega aclara que algunos ya entraron en el “reposo” de Dios. Reposo. Gr. katápausis (ver com. Heb 3:11), que es diferente de sabbatismós (Heb 4:9); sin embargo, el contexto demuestra que ambos vocablos se refieren a lo mismo (ver com. Heb 4:9). Es evidente que el “reposo” que queda (Heb 4:9) es el mismo “reposo” del Heb 4:10, en el cual entra el creyente cristiano. La conjunción causal “porque” del Heb 4:10 une dos oraciones o elementos análogos, hace que el Heb 4:10 dependa del Heb 4:9 y también la conclusión a la cual se llega. También. Es decir, además de Dios o en la misma manera. Ha reposado. Gr. katapaú, el mismo verbo que se traduce como “reposó” en el Heb 4:4 y “dado el reposo” en el Heb 4:8 (ver com. Heb 3:11). Aunque la traducción “ha cesado” (VM) oscurece la relación entre esta afirmación y otros casos en que aparecen katapaú y katápau, y katápausis en los cap. 3 y 4, sin embargo corresponde con más propiedad con el pensamiento del Heb 4:10 porque destaca la idea de cesación de “obras” más que de continuar en un estado de “reposo” después de esa cesación. Sus obras. Al entrar en el “reposo” de Dios -que significa confianza en la gracia salvadora de Jesucristo-, el cristiano necesariamente ya ha “cesado” de tratar de alcanzar la justicia por sus propias obras. El autor también puede tener en cuenta el “reposo” cristiano de las “obras” del pecado, obras que impidieron que entraran en la tierra prometida los israelitas que fueron liberados de Egipto, y que más tarde le cerraron el paso a otras generaciones para que no entraran en el “reposo” espiritual de Dios (ver com. Heb 3:8-9; Heb 4:8). ]
Hebreos 4-> Ver.
[V.11-> Procuremos. ”Seamos celosos”, “hagamos todo esfuerzo”. Para entrar en el “reposo” de Dios es necesario hacer esfuerzos diligentes, determinados. Pues. Los Heb 4:11-16 equivalen a una aplicación práctica del principio establecido en el tema presentado en los Heb 3:7 a 4:10 que “queda un reposo para el pueblo de Dios” (Heb 4:9). Esta aplicación práctica a la vida cristiana consta de una triple exhortación: (1) a trabajar para entrar en el “reposo” de Dios, Heb 4:11; (2) a retener “nuestra profesión”, Heb 4:14; y (3) a acercarnos “confiadamente al trono de la gracia”, Heb 4:16. El que haga caso de esta admonición disfrutará del “reposo” del alma que Dios quiere que experimente en esta vida cada cristiano sincero. Reposo. Gr. katápausis (ver com. Heb 3:11). Para que ninguno. El que se esfuerza de todo corazón para “entrar en aquel reposo”, evita el abismo de incredulidad en que cayó el antiguo Israel. Caiga. Lo opuesto a entrar. Si los antiguos 439 israelitas “cayeron en el desierto” (Heb 3:17), quiere decir que habían salido de Egipto con el propósito de entrar en la tierra prometida. Cuando un hombre no alcanza el “reposo” de Dios, se deduce que una vez tuvo el propósito de entrar en él. Los cristianos tibios de hoy día son los que caen ahora “en semejante ejemplo de desobediencia”. En la parábola del sembrador hay claras advertencias acerca de esta dificultad (ver com. Mat 13:5-7). Semejante ejemplo. Es decir, el ejemplo de elección del antiguo Israel y su destino: primero en Cades-barnea y posteriormente cuando se estableció en la tierra prometida. Desobediencia. Ver com. Heb 3:19. ]
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papa numero 266
9 MESES LUNARES=266 DIAS
FR-ANC-ISCO / J-ANUK-A
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SALID DE ELLA PUEBLO MIO CRISTO ADVIERTE LA MARCA DE LA BESTIA FALSA ADORACION DOMINGO CATECISMO LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO INMORTALIDAD DEL ALMA SANTIDAD DEL DOMINGO Apoca. 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen 18:4 Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 13> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino catecismo ” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón satanás . Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos los muertos María santos , y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta PROTESTANTISMO apóstata hijas del domingo . Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia Vaticano de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus inmundos” delante de Dios. EL PUEBLO QUE DIOS CRISTO LLAMA ES A LOS QUE ESTAN EN BABILONIA PARA NO SER MARCADOS .
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ESCRITO ESTA EN LA SANTA BIBLIA ESCRITO CON EL DEDO DE DIOS CRISTO Y EL SELLO CARACTER DEL PUEBLO DE CRISTO PARA RECIBIR LA VIDA ETERNA. EXODO 20:1,17 ,31:12,18 APOCAL 14:7,14:12,7:2,3,22:14,15:2
Éxodo 20-> Ver.
[V.1-> Habló Dios. El escenario ya se había alistado para la proclamación de la ley moral que, siempre, de allí en adelante, ha permanecido como la norma fundamental de conducta para incontables millones. Nadie negará que éste fue uno de los sucesos trascendentales y decisivos de la historia. Tampoco puede nadie negar la necesidad vital que tienen todos los hombres de un código tal de conducta debido a sus imperfecciones morales y espirituales y su tendencia a hacer lo que es malo. El Decálogo descuella por encima de todas las otras leyes morales y espirituales. Abarca toda la conducta humana. Es la única ley que puede controlar con eficacia la conciencia. Es un manual condensado de la conducta humana que abarca todo lo que atañe al deber humano en todos los tiempos. Nuestro Señor se refirió a los mandamientos como el camino por el cual se puede alcanzar la vida eterna (Mat 19:16-19). Son adecuados para toda forma de sociedad humana; son aplicables y están en vigencia mientras dure el mundo (Mat 5:17; Mat 5:18). Nunca pueden volverse anticuados pues son la expresión inmutable de la voluntad y del carácter de Dios. Con buena razón Dios los entregó a su pueblo tanto oralmente como por escrito (Exo 31:18; Deu 4:13). Aunque fue dado al hombre por la autoridad divina, el Decálogo no es una creación arbitraria de la voluntad divina. Más bien es una expresión de la naturaleza divina. El hombre fue creado a la imagen de Dios (Gen 1:27), fue hecho para ser santo como él es santo (1Pe 1:15; 1Pe 1:16), y los Diez Mandamientos son la norma de santidad ordenada por el cielo (ver Rom 7:7-25). La clave de la interpretación espiritual de la ley fue dada con toda claridad por nuestro Señor Jesucristo en el inmortal Sermón del Monte (léase Mat. caps. 5-7). El Decálogo es la expresión no sólo de la santidad sino también del amor (Mat 22:34-40; Jn 15:10; Rom 13:8-10; Jn 2:4). Si carece de amor cualquier servicio que prestemos a Dios o al hombre, no se cumple la ley. Es el amor quien nos protege de violar los Diez Mandamientos pues, ¿cómo podríamos adorar otros dioses, tomar el nombre de Dios en vano y descuidar la observancia del día de reposo, si verdaderamente amamos al Señor? ¿Cómo podemos robar lo que pertenece a nuestro prójimo, testificar contra él o codiciar sus posesiones, si lo amamos? El amor es la raíz de la fidelidad para con Dios y de la honra y el respeto por los derechos de nuestros prójimos. Este siempre debiera ser el gran motivo que nos mueva a la obediencia Jn 14:15; Jn 15:10; 2Co 5:14; Gal 5:6). Cuando un hombre viene primero a Cristo, con pleno conocimiento se abstendrá de todo el mal al cual ha estado acostumbrado. En su origen, con el propósito de ayudar a los pecadores a distinguir entre el bien y el mal, el Decálogo fue dado principalmente en forma negativa. La repetición de la palabra "No" demuestra que hay fuertes tendencias en el corazón que deben ser suprimidas (Jer 17:9; Rom 7:17-23; 1Ti 1:9; 1Ti 1:10). Pero esta forma negativa abarca un amplio y satisfactorio campo de acción moral que se abre ante el hombre, y permite toda la amplitud de desarrollo del carácter que es posible. El hombre sólo está restringido por las pocas prohibiciones mencionadas. El Decálogo certifica de la verdad de la libertad cristiana (Stg 2:12; 2Co 3:17). Aunque la letra de la ley, debido a sus pocas palabras, pueda parecer estrecha en sus alcances, su espíritu es "amplio sobremanera" (Sal 119:96). El hecho de que los Diez Mandamientos fueran escritos en dos tablas de piedra, hace resaltar su aplicación a dos clases de obligaciones morales: deberes para con Dios y deberes para con el hombre (Mat 22:34-40). Nuestras obligaciones para con Dios están forzosamente ligadas con nuestras obligaciones para con el hombre, pues el descuido de los deberes tocantes a nuestro prójimo rápidamente será seguido por el descuido de nuestros deberes para con Dios. La Biblia no ignora la distinción entre la religión (deberes directamente relacionados con Dios) y la moral (deberes que surgen de las relaciones terrenales), sino que une ambas en un concepto más profundo: que todo lo que uno hace es hecho, por así decirlo, para Dios, cuya autoridad es suprema en ambas esferas (ver Miq 6:8; Mat 25:34-45; Stg 1:27; Jn 4:20). Siendo palabras de Dios, los Diez Mandamientos deben distinguirse de las "leyes" (Exo 21:1) basadas en ellos, e incluidas con ellos, en el "libro del pacto" para constituir la ley estatuida de Israel (ver Exo 24:3). Las dos tablas que comprenden el Decálogo -con exclusión de las otras partes de la ley - son llamadas de diversas formas: "el testimonio" (Exo 25:16), "su pacto" (Deu 4:13), "las palabras del pacto" (Exo 34:28), las "tablas del testimonio" (Exo 31:18; Exo 32:15) y "las 613 tablas del pacto" (Deu 9:9-11). Esas tablas de piedra, y sólo ellas, fueron colocadas dentro del arca del pacto (Exo 25:21; 1Rey 8:9). Fueron así consideradas, en un sentido especial, como el vínculo del pacto. La colocación de las tablas debajo del propiciatorio permite comprender la naturaleza del pacto que Dios hizo con Israel. Muestra que la ley es la base, el fundamento del pacto, el documento obligatorio, el título de la deuda. Sin embargo, sobre la ley está el propiciatorio, salpicado con la sangre de la propiciación, un testimonio reconfortante de que hay perdón en Dios para los que quebrantan los mandamientos. El AT uniformemente hace una clara distinción entre la ley moral y la ley ceremonial (2Rey 21:8; Dan 9:11). ]
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