Cuando en los escritos hebreos aparece frases como Ben haEl (בן האל), Ben Elohim (בן אלהים), o Ben Elóa (בן אלוה), entre otras, lo más común es que se traduzca a otros idioma como ‘Hijo de Dios’, en caso del español o ‘Son of God, en caso del ingles, como si dicha frase significara ‘un ser divino’, sin embargo esa es una pésima traducción del idioma hebreo.
¿QUÉ SIGNIFICA BEN?
La palabra hebrea Ben (בן) y aún la aramea Bar (בר) no siempre significan ‘Hijo’ o ‘descendiente’, sino que en muchos casos es usada para expresar el carácter o cualidad de una persona, o sea una persona a la cual se le puede aplicar el sustantivo que le sigue, por ejemplo:
Bar Mazal – Lit. ‘Hijo de la suerte’, o sea ‘Afortunado’.
Bar Mitzvá – Lit. ‘Hijo del mandamiento’, o sea ‘Uno que cumple los mandamientos’.
Bar Q’iama – Lit. ‘Hijo del sustento’, o sea ‘Duradero’.
Ben Adam – Literalmente ‘Hijo de Adan’, o sea ‘Ser humano’.
Ben Brit – Lit. Hijo del Pacto, o sea ‘Aliado’.
Ben Hevel – Literalmente ‘Hijo de la vanidad’, o sea ‘Vano’.
Ben Jorim – Lit. Hijo de los libres’, o sea ‘Alguien libre’
Ben Mavet – Lit. ‘Hijo de la muerte’, o sea ‘A quien se le aplica el término muerte’.
Ben Roguez – Lit. ‘Hijo de la furia’, o sea ‘Alguien con un carácter furioso’.
¿QUÉ SIGNIFICA ELOHIM, ELOA Y EL?
Aunque la palabra ‘Elohim’ es traducida al español comúnmente como ‘Dios’, en realidad no tienen el mismo significado; en español ‘Dios’ es el ser Creador o los ‘dioses’ que adoran las personas, pero la palabra Elohim viene de El que significa ‘Poder’ en el sentido de ‘Autoridad’, y aunque es usada para describir al Creador como también a los ‘poderes’ que otros invocan y adoran, no siempre significa ‘Dios’ o ‘dioses’. Tome en cuenta los siguientes ejemplos:
A los Jueces de Israel les dice el Creador: "Yo dije: Sois Elohim (¿Dios? / ¿Dioses?) y Bene Elyon (¿Hijos de Dios?)" –Salmos 82.6; ver también Éxodo 22.8.
"Y el Eterno dijo a Moshe: Mira que te he constituido Elohim (¿Dios? / ¿Dioses?) para el Faraón" –Éxodo 7.1
"¿Acaso no posees lo que K'mosh tu Elohim (¿Dios? / ¿Dioses?) te ha dado para que poseas? –Jueces 11.24.
"porque su mano es dura con nosotros y con Dagon nuestro Elohim (¿Dios? / ¿Dioses?)" –I Samuel 5.7.
Shaul el Emisario en la 2da carta a las Comunidades en Qorintos 4.4 llama a satan (la mala inclinación) Elohim (¿Dios? / ¿Dioses?).
"...y no hay otro Elohim aparte de Mí, El Tzadiq (El-Justo) y salvador...soy El, y no hay otro" –Isaías 45.21-22
"Yo soy el ElShadai; anda delante de mí y sé perfecto. Y cayó Avram sobre su rostro, y habló Elohim con él diciendo" –Génesis 17.3.
¿QUIÉNES SON LOS ‘BENE ELOHIM’?
Entendiendo lo previamente dicho entonces veamos en Las Escrituras a quienes se les aplica el término ‘Hijos de Dios’, o sea ‘Autoridades’, ‘Poderosos’:
JUECES DE ISRAEL:
"Yo dije: Sois Elohim (¿Dioses?) y Bene Elyon (¿Hijos de Dios?)" –Salmos 82.6; ver también Éxodo 22.8.
REYES DE ISRAEL:
"Yo seré para el por Padre y él será para Mí por hijo…" –II Samuel 7.14.
"IHVH me dijo: Tú eres Mí hijo, te he engendrado hoy" –Salmos 2.7.
"Me dirá: Tú eres mi Padre, mi El…" –Salmos 89.27.
EL PUEBLO DE ISAREL:
"Mi hijo primogénito es Israel" –Éxodo 4.22.
"Ciertamente son Mi pueblo, hijos que no obrarán con deslealtad" –Isaías 63.8.
"De Egipto llame a Mi hijo" –Oseas 11.1.
Ver Dt. 32.6; Is.1.2; 43.6; Jer.3.19; Sal.89.26-28
¿A QUIÉNES IEHOSHUA LLAMÓ ‘BENE ELOHIM’?
Por ejemplo:
- A los que buscan la Soberanía del Eterno. (Iehoshua: Sus obras y enseñanza [Lc.12.32-33]).
- A los que buscan la paz. (Toldot Iehoshua [Mt.5.9]).
- A los que tienen la capacidad de amar al enemigo. (Toldot Iehoshua [Mt.5.45]).
- A los justos. (Toldot Iehoshua [Mt.13.43]).
- A sus alumnos. (Toldot Iehoshua [Mt.5.48]).
Como se ha podido ver hasta ahora, tan claro como el agua, los ‘Hijos de Dios’ (si es que se les puede llamar así), no son Divinos, sino ‘Jueces, Reyes, Justos, e inclusive, Hijos de Israel.
¿QUIÉNES SON ‘BENE ELOHIM’ EN EL TALMUD Y EN ESCRITOS APOCRIFOS?
En el Tratado Avot, 3.14 (en otras ediciones 3.18) dice "el pueblo de Israel es llamado Banim laMaqom (hijos del Eterno)". En el Tratado Taanit 23a,b el personaje Joni haMeaguel y su nieto Janan haNejba son descritos como hombres ‘que hacían milagros’ y se refieren al Creador como ‘Aba’.
En los escritos llamados ‘Apócrifos’ Ungido rey de Israel es llamado ‘Hijo de Dios’, por ejemplo: Enoc 105.2; IV Esdras 7.28-29; 13.32,37,52; 14.9), y dicho título también es usado para los Justos (Sabiduría 2.13,16,18; 14.3; 15.5; Eclesiástico / Ben Sirah 4.10; 23.4; 51.1,10).
¿POR QUÉ IEHOSHUA DE NATZRAT ES LLAMADO ‘BEN ELOHIM’?
‘Ben Elohim’ como vimos es un titulo que habla del carácter de la persona, tal como los Jueces o los Reyes, ellos son Autoridad. Es bajo este mismo concepto que Iehoshua es llamado Ben Elohim cuando el contexto es la Autoridad de Mesías-Rey, o en otros casos Ben Elohim significa simplemente Justo, un Tzadiq.
Netanel le dijo a Iehoshua de Natzrat: "Rabi tu eres Ben Elohim el Rey de Israel" –Testimonio del Discípulo amado (Jn.1.49). Es obvia la conexión entre ‘Ben Elohim’ y ‘Rey de Israel’ tal como acabamos de ver anteriormente, los Reyes de Israel son llamados Bene Elohim.
Shim’on Kefa le dijo a Iehoshua de Natzrat: "Tu eres el Ungido Ben Elohim…" –Toldot Iehoshua (Mt.16.16). Esta expresión fue hecha en el mismo contexto de la expresión anterior. El Rey de Israel, esto es ‘el Ungido’ es llamado ‘Ben Elohim’.
Cuando Iehoshua de Natzrat murió, el Centurión dijo: "En verdad este era Ben Elóa" – Toldot Iehoshua (Mt.27.54), ¿Qué significa esta expresión? Por supuesto que el centurión no era un hebreo, ni tampoco estaba diciendo que Iehoshua era el Rey de Israel, sino que Iehoshua era un hombre justo, recordemos que los justos son Bene Elohim (Toldot Iehoshua [Mt.13.43]).
En Testimonio del Discípulo amado (Jn.10.29-38) leemos que Iehoshua se refiriere al Creador como ‘Padre’ y por eso algunos de Judea quisieron apedrearlo. Está muy claro en el contexto de la lectura que Iehoshua usó el término ‘Padre’ como cualquier Justo llamaría al Eterno Aba o Avinu, sin embargo este grupo de Judea estaba buscando un pretexto para apedrear a Iehoshua, por esto él les dice: ‘si los jueces son llamados ‘Elohim’ ¿por qué están molestos’ de que yo me llame ‘Ben Elohim’, o sea si la molestia de Uds. se debe a mis palabras ¿a caso el término ‘Ben Elohim’ no es menor que ‘Elohim’?
¿HIJO UNIGENITO?
La frase ‘Hijo unigénito’ o ‘Hijo único’ que aparece en Testimonio del Discípulo amado (Jn.3.16) debe entenderse apropiadamente bajo el contexto hebreo, es el mismo término que aparece en Génesis 22.2, donde el Eterno le dice a Avraham: "Qaj na et binja et ijidja" (literalmente: Toma a tu hijo, tu único -יחידך את בנך את נא קח). Obviamente Itzjaq no es el único hijo de Avraham, pues ya tenía a Ishmael, por lo tanto es incorrecto traducir ‘tu unigénito’ o ‘tu único’, por eso la Septuaginta tradujo al griego "tu hijo amado". Lo mismo sucede con Iehoshua de Natzrat, él no es el único, tal cosa es una contradicción con todo lo que dice La Escritura, sino que entre todos los Bene Elohim, él es el Elegido, así como Itzjaq fue el Elegido. Note como en Toldot Iehoshua (Mt.3.17; 17.5) Iehoshua de Natzrat es llamado ‘Hijo amado’. Una traducción apropiada de Testimonio del Discípulo amado (Jn.3.16) sería "Hijo amado" o "Hijo escogido".
¿Jesús Cristo es el Hijo de Dios? (parte 1 de 2): El Significado de “Hijo de Dios”
Descripción: Un examen al concepto de que Jesús es el hijo de Dios según las fuentes cristianas. El significado del término “Hijo de Dios” en el Antiguo y Nuevo Testamento. Por Laurence B. Brown, MD Publicado 05 Jan 2009 - Última modificación 15 Mar 2009 Visto: 7706 (promedio diario: 10) - Clasificación: 2.6 De 5 - Clasificado por: 9 Impreso: 185 - Enviado por email: 5 - Comentado: 0 Categoría: Artículos > Religiones comparadas > Jesús
« Una de las diferencias más llamativas entre un gato y una mentira, es que un gato tiene sólo siete vidas. »
- Mark Twain, el Calendario de Pudd'nhead Wilson.
¿Hijo de Dios, el hijo de David, o hijo del Hombre? Jesús se identifica como el “hijo de David” catorce veces en el Nuevo Testamento, empezando con el primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de Lucas documenta cuarenta y una generaciones entre Jesús y David, mientras Mateo enumera veintiséis. Jesús, un descendiente distante, puede llevar sólo el “hijo de David” metafóricamente y como un título. Entonces ¿qué debemos entender por el título, “hijo de Dios”?
El “Trilema”, es una discusión común de los misioneros cristianos. Algunas personas dicen que Jesús o era un loco, o un mentiroso, o el Hijo de Dios. Estamos de acuerdo en que Jesús no era ni un loco ni un mentiroso. También estemos de acuerdo en que él precisamente era eso que declaró ser. ¿Pero “eso”, exactamente, que era? Jesús frecuentemente se llamó el “Hijo del Hombre”, de forma consistente, quizás también enfáticamente; pero ¿cuándo él se autodenominó “Hijo de Dios?”
Indaguemos en esto. En primer lugar, ¿Qué hace al título “Hijo de Dios” objetable? Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios tomara una esposa y tuviese un hijo, y ciertamente nadie concibe que Dios engendrara a un niño a través de una madre humana fuera del matrimonio. Además, sugerir que Dios tuvo relaciones sexuales con un elemento de Su creación está hasta ahora más allá de los límites de la tolerancia religiosa y, sin duda, esta declaración sería considerada por todos una terrible blasfemia, posiblemente tomada de la mitología griega.
Sin la explicación racional disponible dentro de los principios de la doctrina cristiana, la única salida estaría en el dogma de fe, un “misterio” incomprensible. Aquí es donde las voces musulmanas claman repitiendo la pregunta que Dios propuso en el Corán:
« …el Creador de los cielos y de la tierra! ¿Cómo sería possible que tuviera un hijo sin que jamás haya existido para Él compañera, pues es Él quien ha creado todo y sólo Él tiene conocimiento de todo? » (Corán 6:101)
… mientras tanto, otros declaman: “¡Pero Dios puede hacer lo que le plazca!” La posición islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas impropias de su naturaleza, sino sólo cosas piadosas. En el punto de vista islámico, el carácter de Dios es íntegro con Su ser y consecuente con Su majestad.
Así de nuevo, llegamos a la pregunta ¿qué significa “Hijo de Dios”? Y si Jesús Cristo tiene los derechos exclusivos al título… ¿por qué la Biblia dice, “... porque Yo (Dios) soy el Padre de Israel, y Efraín (es decir Israel) es mi primogénito” (Jeremías 31:9); y “... Mi hijo Israel, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando el contexto de Romanos 8:14, donde se lee “Y todos quienes siguen el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios”, muchos estudiosos concluyen que entonces, la frase “Hijo de Dios” es un título metafórico, y que, al igual que el término “Cristo”, no implica exclusividad. Después de todo, El Diccionario Oxford de la Religión judía confirma esto en el modismo judío, aclarando que el título de “Hijo de Dios” es claramente metafórico. Es decir, el término “Hijo de Dios”, se encuentra de vez en cuando en la literatura judía, bíblica y post-bíblica, pero no implicando el descenso físico en ninguna parte de la Deidad. Los comentarios del Diccionario de la Biblia son elocuentes:
“Respecto a nombrar a alguien como “hijo”, el uso semítico tiene una connotación que es habitualmente empleada para señalar una relación moral en lugar de relación física o metafísica. Así, los “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) eran hombres malos, no los descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “hijos del lugar de bodas” resultan ser los invitados a la celebración de un matrimonio. Así es que, un “hijo de Dios” es un hombre, o incluso unas personas que reflejan el carácter de Dios. Hay evidencia de que el título se usó en los círculos judíos del Mesías, y referirse al término “hijos”, otorgándole implicancias más allá de una relación moral, sería contrario al monoteísmo judío”.
En cualquier caso, la lista de candidatos para ser “hijo de Dios” empieza con Adán, según Lucas 3:38: “... Adán, que era el hijo de Dios”.
Aquéllos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y de repente una voz vino del cielo, diciendo 'Éste es Mi hijo querido, con quien Yo estoy satisfecho' “) han pasado por alto el punto de que la Biblia describe a muchas personas, entre ellos Israel y Adán inclusive, como los “hijos de Dios”. II Samuel 7:13-14 y Crónicas 22:10 dice: “Él (Salomón) construirá una casa para Mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre. Yo seré su Padre y él será Mi hijo”.
Naciones enteras son llamadas “los hijos de Dios”. Los muchos ejemplos incluyen:
Génesis 6:2, “Que los hijos de Dios tomen por esposas a las hijas de Dios”
Génesis 6:4, “había gigantes en la tierra por esos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres… »
Deuteronomio 14:1: “Vosotros sois los hijos del Señor vuestro Dios.”
“Y un día, ahora cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… “ “De nuevo, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… »
“¿Cuándo las estrellas de la mañana cantaron juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?”
Filipenses 2:15: “Quienes pueden levantarse sin culpa e indemnes, son los hijos de Dios que no tienen falta, en medio de una generación corva y perversa…”
Juan 3:1-2: “¡Miren de qué manera el amor del Padre ha dado en nosotros, que nosotros debemos llamarnos hijos de Dios! … Bienaventurados, ahora nosotros somos hijos de Dios…”
En Mateo 5:9 Jesús dice: “Benditos son los pacificadores, porque ellos se llamarán hijos de Dios”. Después, en Mateo 5:45, “Jesús prescribió a sus seguidores el cultivo de atributos nobles, para que puedan ser los hijos de su Padre en el cielo”. Y es muy evidente que este Padre es Dios.
La cita anterior fue tomada del libro próximo a editarse de Dr. Castaño, MisGod'ed. Pueden verse ambos libros en el website del Dr. Castaño, www.LevelTruth.com. Sobre el Dr. Brown puede comunicarse a BrownL38@yahoo.com
La escritura enseña que el Cristo seria hijo de David según la carne, un descendiente natural de él, no un humanoide hecho sobrenaturalmente. Pero aparentemente tú no crees lo que enseña la escritura.
¿Puedes presentar aunque sea una alusión al dogma anti bíblico del supuesto nacimiento sobrenatural del Cristo, en el AT, en la doctrina de los apóstoles, o en las enseñanzas que Jesús de Nazaret les impartió a sus discípulos? No, verdad?, pues yo si tengo base en el AT y en la doctrina de los apóstoles para afirmar que Jesús de Nazaret nació como nacen todos los hombres.
4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Gal.4
3 Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana nació de la semilla de David4 pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor. Ro.1
5 De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, Dios, que está sobre todas las cosas, sea por siempre, Amén. Ro.9
16Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Heb.2
29Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que del fruto de sus lomos, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono.Hch.2
No según un milagro, no sobrenaturalmente, no que Dios iva a fecundar a María, sino según la carne. Como nacen todos los hombres. Mamá y papá, cromosomas de uno y de otro, material genético de uno y de otro; eso es lo natural, Así estaba profetizado que naceria el Cristo.
El adopcionismo es la doctrina según la cual Jesús era un ser humano, elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte.
Había al menos dos concepciones más o menos similares (no necesariamente excluyentes la una de la otra) de las cuales puede emanar esta idea:
En el pensamiento judío, el mesías es un ser humano elegido por Dios para llevar a cabo su obra espectacular: tomar a los hebreos (un pueblo hasta entonces derrotado una y mil veces por enemigos demasiado poderosos) y elevarlos sobre todas las naciones en una espectacular inversión de la historia. En este sentido, el mesías no es Hijo de Dios.
En la tradición griega existían héroes elevados a la condición divina después de extraordinarias proezas o hazañas, por medio de la apoteosis. El más importante ejemplo de esto es Heracles, que después de haber sido quemado en una pira es tomado por su padre Zeus para gobernar a su lado. Debido al predominio del Imperio romano, cuya orientación cultural era predominantemente griega, en la época de los primeros cristianos es altamente probable que este ejemplo estuviera a su alcance, a la manera de una historia popular.
Al mismo tiempo, el adopcionismo era psicológicamente interesante para los primeros cristianos, y era fácil identificarse con un héroe como Jesús, un ser humano como cualquiera que es elegido ("adoptado") por Dios, y que en consecuencia daba esperanzas de salvación a los propios cristianos, tan humildes ante Dios como su héroe máximo.
Uno de los adopcionistas más famosos fue Teódoto el Curtidor, habitante de Bizancio que llevó la prédica de esta doctrina a Roma en el año 190.
Andando el tiempo, a medida que el cristianismo prendió en las capas superiores del Imperio romano, fue imponiéndose como doctrina el encarnacionismo, según la cual Jesús desde siempre había sido Hijo de Dios (concretamente la Segunda Persona de Dios). El adopcionismo fue progresivamente arrinconado, a pesar de que teológicamente el encarnacionismo plantea una serie de dificultades que el adopcionismo no (la mayor de ella: reconocer la existencia de varias personas divinas, y al mismo tiempo profesar el monoteísmo). A lo largo de las llamadas disputas cristológicas, el adopcionismo volvería a ser resucitado, en una versión más refinada, por Pablo de Samosata (en el Siglo III), y por su discípulo Arrio. También fue adopcionista el obispo Fotino de Sirmio, depuesto el año 351 por el Sínodo de Sirmio.
El arrianismo, en efecto, se transformaría en la herejía más atosigadora que debería afrontar la joven Iglesia en sus primeros años. Finalmente, después de la formulación del credo en los Concilios de Nicea (325) y Calcedonia (381), el adopcionismo fue finalmente abandonado.
Nota: En este estudió la palabra “Elohim” que es “El Poderoso”, reemplaza a la palabra “Dios”
La expresión; “Hijo de Elohim” (Hijo del poderoso) en hebreo; “Ben Elohim”, conocida cristianamente como; “Hijo de Dios”, parecieran ser la muestra indiscutible de la SUPUESTA naturaleza “divina” del Mashiaj Yehoshua. Pero tal cual vimos en otro apartado (http://galeon.com/lasanadoctrina/beniosef.htm) Yehoshua de Nazaret es el Mashiaj Hombre, hijo de Iosef/José de la casa de David por la obra sobrenatural del Eterno quien unió el esperma de Iosef/José con Miryam/Maria sin existir relación sexual de por medio. Ese es el milagro de la señal mesiánica del nacimiento del Mashiaj. (Matiyahu/Mateo 1:18-20). Por lo cual la naturaleza del Mashiaj profetizado en las escrituras y manifestado en la persona de Yehoshua es totalmente humana.
Ahora bien si la expresión bíblica; “Ben Elohim” “Hijo del Poderoso” no expresa la naturaleza “divina” del Mashiaj, ni quiere decir que el sea “Dios”. ¿Qué quiere decir aquel titulo Mesiánico? Lo veremos a continuación este comentario:
Ben Elohim - Hijo del Poderoso…
La expresión hebrea; “Ben/Hijo Elohim” es uno de los tantos títulos Mesiánicos de las escrituras, y porque no; uno de los títulos del Elegido mas importantes que se aplican a quien será el Mashiaj Yisrael. Dicha expresión a ocasionado una gran controversia que ya tiene siglos de debate y discusión en el centro de la fe Mesiánica. ¿Es esta expresión la evidencia de que la naturaleza de Mashiaj es divina? ¿Es un titulo Mesiánico como muchos otros, con su explicación aplicada al contexto de toda la escritura?
La necesidad de cubrir y proteger la doctrina de la trinidad, que enseña que el Mashiaj Yehoshua, al cual ellos llaman “Jesucristo” (que es teológicamente diferente y contrario del Mashiaj hebreo), tiene naturaleza divina y humana al mismo tiempo, es la segunda persona de la trinidad, la cual es “Dios” quien esta compuesto de tres personas, que no son tres dioses distintos, sino que tres personas distintas, las cuales completan la trinidad, estas tres personas son divinas y forman a ese “Dios” que es uno pero a la vez tres, ha provocado una serie de malas interpretaciones. ¿Quién lo entiende dicho enrolló? Luego terminan diciendo que es un misterio no revelado totalmente. Dentro de esa perspectiva interpretativa “Jesús” también es “Dios” (su segunda persona). La defensa de dicho dogma, tras la interpretación de principios hebreos monoteístas sacados de contexto, como ya dijimos; ha provocado una serie de falsas interpretaciones de las frases y expresiones que se encuentren en la torah y los profetas para Mashiaj.
La perspectiva hebrea que nace de una correcta interpretación de la torah, nos indica que la expresión; “Ben Elohim” (Hijo del Poderoso) es un hebraísmo que no solo seria aplicable a Mashiaj, como quien supuestamente es poseedor de la naturaleza divina de Elohim. Si no que dicha expresión, también se usa en regla general hacia quienes son puestos por Elohim en un cargo honroso dentro despueblo de Yisrael. Tales son los casos donde los Reyes de Yisrael son llamados; “Ben Elohim”, debido a que cuando el rey de Iehudá/Judá tomaba posesión del trono, se convertía en el “ungido de YHWH” y pasaba a ser automáticamente llamado; ben/hijo de Elohim por adopción, debido a la promesa del Eterno, veamos:
“Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje,el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres” (2da Shemuél/Samuel 7:12-14)
El pasaje nos relata la historia donde el Eterno le promete a David perpetuar su linaje en el trono de Yisrael, podemos ver dos aspectos proféticos que nos servirán para entender la expresión: “Ben Elohim”.
1.- La parte del pasaje donde dice: “Yo le seré su Padre y él será mí hijo”, nos confirma que todo hombre que sea ungido de YHWH para ser Rey de Yisrael y que sea descendiente de la línea de David, será llamado: “Ben Elohim”, debido que es el mismo YHWH quien dice que “ese” descendiente será su hijo y el su Padre, por cual será un “ben Elohim”. Así comienza la tradición del hebraísmo: conocido como “Ben/Hijo de Elohim o Hijo del Poderoso”. Debido a esto es que todo rey de Yisrael seria llamado con ese titulo. La ultima parte del texto 14, nos indica como es que la promesa no es solo para Mashiaj, sino que también para cualquier hijo de David que tomare el trono. Tal cual sucedió con Shlomó /Salomón quien no obedeció ni anduvo en los caminos de su Padre David, por lo cual YHWH hizo valer las consecuencias descritas en el pasaje.
2.- El segundo aspecto profético sin duda es Mashiaj, quien debe ser un Israelita hijo de Abraham, descendiente de David, de la tribu de reyes; “Iehudá/Judá”, por lo cual el futuro Rey Soberano de Yisrael, a quien según indica esta promesa YHWH le entregara un trono que estará firme para siempre. Este también será llamado; “Ben Elohim”, pues la promesa a David dice: “Yo le seré su Padre y él será mí hijo”. Por lo cual dicha expresión para Mashiaj no tiene relación con su naturaleza, sino que tiene estrecha relación con su REINATO, pues lógicamente, siendo él Gran Rey de Yisrael, también es llamado; “él Ben Elohim”.
Cabe señalar un dato importante que nos arroja este pasaje, el texto nos dice que el Rey descendiente de David, a quien el Padre entregara un reino que estará firme para siempre, nacerá de las entrañas de David, esto es de su; simiente (semen), o sea; un descendiente físico. Ese será Mashiaj, no uno que no tiene Padre biológico.
Por contrapartida para que alguien fuese llamado “Ben Elohim” primero debía ser ungido como Rey. Ahí también se usaba la expresión “Mashiaj” que quiere decir por regla general; “ungido” (aunque para él Mashiaj tiene un significado mas profundo), es decir los Reyes de Yisrael también eran llamados; “Mashiaj/Ungidos”, lo cual no implica ellos hallan sido él Mashiaj prometido, ¿Lo comprende? Debido a esto es que se llamaba al Rey; "el Ungido de YHWH", porque en el momento de recibir la investidura real era "ungido", es decir, un sacerdote derramaba sobre su cabeza aceite consagrado (2da Melék/Reyes. 11.12; / 1Shemuél/Samuel 10.1; 16.13).
Tal cual nos dice el siguiente Salmo:
“Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra YHWH y contra su (Mashiaj) ungido, diciendo:”( Tehilím/Salmo 2:2)
Versos mas adelante dice:
“Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; YHWH me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy” (Tehilím/Salmo 2:6-7)
El pasaje trata literalmente del Rey Yisrael como el ungido de YHWH y proféticamente de Mashiaj, como quien recibirá la herencia del gobierno y posesión de las naciones. Podemos ver como es que este pasaje expresa el hebraísmo de; “Ben/Hijo Elohim”. En el verso 2 el Rey de Yisrael primero es llamado; “ungido”, luego los versos 6 y 7 nos muestran como es que ese “ungido” es puesto como REY y es llamado; “ben/hijo” por YHWH, usando la siguiente expresión; “Mi hijo eres tu”, es decir, la tradición bíblica enseña que siempre sobre el Rey Ungido de YHWH recaerá el hebraísmo de “Ben/Hijo de Elohim”, pues YHWH a los reyes de Yisrael los adopta como hijos suyos, de ahí viene la expresión final del texto: “Yo te engendre hoy”.
Algo similar y que nos confirma lo que venimos diciendo es lo que hayamos en el siguiente Salmo:
“El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Elohim, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra” (Tehilím/Salmo 89:26-27)
El Salmo nos relata un evento profético que apunta a Mashiaj como; “Ben/Hijo de Elohim” y como Rey de Yisrael, el primero en todo, y quien ha de estar como REY sobre todos los reyes de la tierra. Nuevamente confirmamos que el hebraísmo; “Ben/Hijo Elohim” esta estrechamente relacionado con la calidad de REY del Mashiaj y no con una supuesta naturaleza divina.
Lo que la Torah y los profetas nos venían anunciando acerca del ungimiento y el reconocimiento de YHWH acerca de Mashiaj como su hijo, fue un evento profético que se cumplió cabalmente en el siguiente pasaje:
“Entonces Yehoshua vino de Galilea a Yojanan/Juan al Jordán, para ser (tevila) bautizado por él. Mas Yojanan/Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser (tevila) bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Yehoshua le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Yehoshua, después que (hizo tevila) fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al ruaj/espíritu de Elohim que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. (Matiyahu/Mateo 3:13-17)
Una vez que Yehoshua hizo Tevila/Inmersión (helenizado a bautismo) dice el pasaje que recibió la Ruaj Kadosh (espíritu santo) que es el poder del Eterno como señal del ungimiento que estaba recibiendo desde el mismo cielo. Es decir Yehoshua de Nazaret estaba siendo constituido por Elohim, como el Rey de Yisrael, por eso YHWH entregaba en él todo su poder depositando su ruaj/espíritu kadosh/puro, y solo una vez que es UNGIDO, es decir constituido Mashiaj, REY de Yisrael, para comenzar su servicio del reino de los cielos, es cuando oye una voz que venia desde el cielo, que confirmaba el reconocimiento que decían las profecías que recibiría el Mashiaj predestinado al trono, el que YHWH lo llamaría Ben/Hijo suyo. Así la expresión hebraica de “Ben Elohim” que recibían los Reyes de Yisrael, era una sombra de lo finalmente se concretaría con el Mashiaj prometido, quien heredaría el trono de Yisrael perpetuamente y seria llamado; Ben Elohim. (Hijo del Poderoso).
Lo que sucedió en la tevila (Inmersión) de Yehoshua es la confirmación de la profecía descrita en Ieshayáhu/Isaías, veamos:
“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi ruaj/espíritu; él traerá justicia a las naciones” (Ieshayáhu/Isaías 42:1)
Note usted que la historia descrita en los popularmente conocidos “evangelios” y llevados al hebreo como la “Bsorá” (Anuncio de la Restauración de Yisrael) nos cuentan como es que del cielo se oyó una voz que decía; “Este es mi hijo amado”, sin embargo la profecía nos dice; “He aquí mi siervo, mi escogido” ¿Hay aquí una contradicción? Desde una mente que ignore la influencia de los hebraísmos en las escrituras, claro que no comprendería y diría; “es una contradicción”, pero para usted que lee y para mi, aquello es una confirmación de que la expresión; “Ben Elohim” (Hijo del Poderoso) tiene una estrecha relación con ser; él siervo y él escogido de YHWH, por lo cual; toda vez que leemos que Yehoshua es él elegido, él siervo, él escogido, estamos leyendo la expresión; “Ben Elohim”, la que se aplica al REY de Yisrael, quien es a su vez el siervo, elegido, y escogido de YHWH.
Por otra parte además podemos agregar que la Bsorá nos dice; “en quien mi alma tiene contentamiento o complacencia” concordando plenamente con la profecía de Ieshayáhu. También nos dice la Bsorá que el ruaj/espíritu de Elohim (en forma de paloma) se poso sobre Yehoshua concordando plenamente con la profecía que indica que YHWH pondría su ruaj/espíritu sobre su siervo elegido. Así toda vez que leemos; “Ben Elohim” (Hijo del poderoso) al mismo tiempo leemos bajo una perspectiva hebrea y escriturar; Mi siervo, mí elegido, mi escogido, el Rey de Yisrael.
Esto lo podemos confirmar muy claramente en el siguiente relato:
“Viniendo Yehoshua a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos; Iojanán Hamatbil/Juan el Bautista; otros, Eliyahu/Elías; y otros, Irmayáhu/Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Kefa/Pedro, dijo: Tú eres el Mesías/Mashiaj, el Hijo del Elohim viviente (Ben Elohim). (Matiyahu/Mateo 16:13-16)
Tal cual usted puede apreciar el emisario Kefa/Pedro inspirado por el poder de Elohim hace una de las mas importantes declaraciones Mesiánicas, la de que Yehoshua era el Mashiaj, y el Ben Elohim. No es casualidad que el libro de Mateo en hebreo (texto de even bojan) diga acerca de la misma declaración:
“Simón, llamado Kefa, contesto y dijo: Tu eres el Mashiaj, el Rey de Israel elegido por el Elohim viviente que has venido a este mundo”. (Mateo en Hebreo cap. 71)
¿Existe contradicción entre el texto griego y el hebreo? Claro que no, si se entiende bajo una lente hebrea, sabiendo que la expresión; “Ben Elohim” (Hijo del Poderoso) es aplicable al REY elegido de Yisrael. Por lo cual cuando en el texto griego de Mateo leemos la declaración de Kefa/Pedro; “Hijo del Poderoso”, al mismo tiempo leemos; “El Rey de Yisrael elegido”. Lógicamente es la traducción hebrea la que más se apega al contexto de las escrituras, aunque la traducción griega sirve, siempre y cuando se entienda con la lente que corresponde.
Otro claro ejemplo que hayamos en los escritos griegos, es el de la Bsora de Iojanán:
“Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Elohim (Ben Elohim); tú eres el Rey de Israel” (Iojanán/Juan 1:49)
Lo que Natanael le dice a nuestro Rabí a Yehoshua es la evidencia real de que la expresión “Ben Elohim” es una que tiene relación directa hacia Mashiaj como REY de Yisrael y no hacia una supuesta naturaleza divina que poseería el Mashiaj. Debido a que Natanel es un verdadero Israelita, (de quien el mismo Mashiaj da testimonio), entiende y conoce sobre las profecías Mesiánicas y acerca de los títulos que recibiría el Mashiaj y por eso es que él usa para referirse a Mashiaj el hebraísmo de “Ben Elohim” que se le aplica al Rey de Yisrael.
Otra cosa importantísima que en este estudio cabe comentar, es acerca del significado de la palabra “elohim”, la cual significa; “Poderoso o poderosos”, esta palabra es plural y singular, siempre es traducida al español como “Dios”, pero sus variantes son; “Dominio, poder, autoridad”. Además esta palabra es un nombre de Eterno, o sea el es él Elohim (él Poderoso), también se usa como un titulo para quienes tienen poder o autoridad delegada del Eterno.
Así la expresión “Ben Elohim” no siempre significa literalmente “Hijo del Poderoso” sino que puede hacer referencia a alguien que ha recibido poder o autoridad delegada de mano del Creador, debido a que sus hijos son quienes reciben siempre su poder, autoridad y dominio. Veamos algunos ejemplos:
Distintos usos de la palabra “Elohim”y de la expresión “Ben Elohim”:
El Creador: (Bereshit/Génesis 17:3) (Ieshayáhu/Isaías 45:21-22)
Los Jueces de Israel son llamados “Elohim” y “ben Elohim”: (Tehilím/Salmos 82:6) (Shemot/Éxodo 22:8)
Moshe/Moisés como quien recibe autoridad delegada del creador: (Shemot/Éxodo 7:1)
Deidades falsas, también tienen poder delegado sobre quienes están bajo su dominio, YHWH permite esto, por lo cual también son “elohim”. (shafá/Jueces 11:24) (1Shemuel/Samuel 5:7)
Los Israelitas también son llamados como “ben elohim”: (Hoshea/Óseas 2:1 – 11:1) (Shemot/Éxodo 4:22) (Ieshayáhu/Isaías 63:8)
Los Justos son llamados “Ben Elohim”: (Matiyahu/Mateo 5:9 – 5:45 – 13:38)
Satanás también es llamado “elohim” por ser el quien domina la era presente; (2 Corintios 4:4)
Los reyes de Israel, como hemos vistos son llamados “ben Elohim” por ser quienes reciben el poder y la autoridad de gobernar a su pueblo Yisrael: (Shemuél/Samuel 7:12-14) (Tehilím/Salmos 2:7 - 89:26-27) (Iojanán/Juan 1:49) (Matiyahu/Mateo 16:13-16)
Como puede usted apreciar la expresión; “Ben elohim” no dice relación con la calidad divina de quienes reciben ese titulo, si no mas bien con el poder, dominio o autoridad que poseen. Así los Reyes de Israel, los justos, los jueces, los israelitas, no son “dioses” si no que hombres con atributos de Elohim, su poder, dominio o autoridad. Aquí es donde prima el contexto a la hora de interpretar las escrituras.
Por lo tanto Yehoshua es el “Ben Elohim” no por una supuesta naturaleza divina que posea. Sino que debido a al PODER, DOMINIO Y AUTORIDAD que recibió del Padre, al ser ungido Rey de Yisrael. No olvidemos que ese titulo se aplica a los Reyes de Israel, y Yehoshua como él REY SOBERANO de Yisrael que es, es él Ben Elohim (Hijo del poderoso) por excelencia, como quien ha recibido todo el poder delegado del Padre YHWH, su poder, su dominio y autoridad para someter a él todas las cosas (Colosenses 2:9) (Matiyahu/Mateo 28:18) (1Corintios 15:27). ¿Por esto Yehoshua no es Hijo del Poderoso? Todo lo contrario, él es; (espiritualmente hablando) él hijo del Creador primero en rango sobre todas las cosas, pues el Padre le puso en el máximo honor al hacerlo sentar a su diestra y permitirle gobernar a Yisrael (1Kefa/Pedro 3:22).
En el sentido biológico Yehoshua tiene un Padre, el cual es David (según dictan las profecías) (Ieshayáhu/Isaías 11:1) y Iosef/José su Padre biológico directo de la casa de David (Matiyahu/Mateo 1:18) esto a fin de que cumpla los requisitos generacionales y califique como Mashiaj de Yisrael y pueda acceder al Cetro de Iehudá/Judá. Pero en el sentido más importante; el interior y espiritual Yehoshua es él Hijo glorioso del Padre (como quien recibió gloria del Padre), la adopción y el testimonio directo de YHWH cuando hizo tevila (inmersión y purificación en las aguas) llamándolo; “Este es mi hijo amado”, o sea; Mi elegido, mi siervo, el REY de Yisrael. (Ieshayáhu/Isaías 42:1) (Matiyahu/Mateo 3:13-17). De esa manera fue constituido nuestro hermano mayor (Romanos 8:28).
Asimismo siendo nosotros hijos de la carne, el Padre YHWH nos adopto, mediante la fe en su hijo Yehoshua, y nos dio el poder, la autoridad, de ser hechos; “Ben elohim” Hijos del Poderoso (Iojanán 1:12) cumpliéndose así el hebraísmo de adopción, el cual nos muestra las escritura con quienes reciben potestad, dominio, autoridad del Eterno y son llamados “ben elohim”. Sí así es; fuimos adoptados por el ruaj/espíritu de YHWH que es el ruaj/espíritu de adopción, por el cual asimismo clamamos Abba Padre (Romanos 8:15). ¿Por eso somos divinos? Claro que no, sino que humanos, quienes por medio de Mashiaj somos hechos “Ben Elohim” al recibir el poder de ser hechos tales, para formar una Nación de Reyes y Sacerdotes según dicta la enseñanza de los emisarios (1Kefa/Pedro 2:9). Por lo cual, cuando leemos “Ben Elohim” debemos entender; ¿Naturaleza divina? No, debemos entender; un hebraísmo relacionado con el poder, autoridad, dominio que dependiendo del contexto han recibido los así llamados.
JESUCRISTO NUNCA FUE LLAMADO HIJO DE DIOS ANTES DE SER UNGIDO
1. Mateo 4:3: Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres HIJO DE DIOS, di que estas piedras se conviertan en pan.
2. Mateo 4:6: y le dijo: Si eres HIJO DE DIOS, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
3. Mateo 8:29: Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, HIJO DE DIOS? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
4. Mateo 14:33: Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres HIJO DE DIOS.
5. Mateo 26:63: Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el HIJO DE DIOS.
6. Mateo 27:40: y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres HIJO DE DIOS, desciende de la cruz.
7. Mateo 27:43: Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy HIJO DE DIOS.
8. Mateo 27:54: El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era HIJO DE DIOS.
9. Marcos 1:1: Principio del evangelio de Jesucristo, HIJO DE DIOS.
10. Marcos 3:11: Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el HIJO DE DIOS.
11. Marcos 15:39: Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era HIJO DE DIOS.
12. Lucas 1:35: Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado HIJO DE DIOS.
13. Lucas 3:38: hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, HIJO DE DIOS.
14. Lucas 4:3: Entonces el diablo le dijo: Si eres HIJO DE DIOS, dí a esta piedra que se convierta en pan.
15. Lucas 4:9: Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres HIJO DE DIOS, échate de aquí abajo;
16. Lucas 4:41: También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el HIJO DE DIOS. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.
17. Lucas 22:70: Dijeron todos: ¿Luego eres tú el HIJO DE DIOS? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy.
18. Juan 1:34: Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el HIJO DE DIOS.
19. Juan 1:49: Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el HIJO DE DIOS; tú eres el Rey de Israel.
20. Juan 3:18: El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito HIJO DE DIOS.
21. Juan 5:25: De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del HIJO DE DIOS; y los que la oyeren vivirán.
22. Juan 9:35: Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el HIJO DE DIOS?
23. Juan 10:36: ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: HIJO DE DIOS soy?
24. Juan 11:4: Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el HIJO DE DIOS sea glorificado por ella.
25. Juan 11:27: Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el HIJO DE DIOS, que has venido al mundo.
26. Juan 19:7: Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo HIJO DE DIOS.
27. Juan 20:31: Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el HIJO DE DIOS, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
28. Hechos 8:37: Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el HIJO DE DIOS.
29. Hechos 9:20: En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el HIJO DE DIOS.
30. Romanos 1:4: que fue declarado HIJO DE DIOS con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,
31. 2 Corintios 1:19: Porque el HIJO DE DIOS, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;
32. Gálatas 2:20: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del HIJO DE DIOS, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
33. Efesios 4:13: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del HIJO DE DIOS, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
34. Hebreos 4:14: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el HIJO DE DIOS, retengamos nuestra profesión.
35. Hebreos 6:6: y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al HIJO DE DIOS y exponiéndole a vituperio.
36. Hebreos 7:3: sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al HIJO DE DIOS, permanece sacerdote para siempre.
37. Hebreos 10:29: ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al HIJO DE DIOS, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
38. 1 Juan 3:8: El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el HIJO DE DIOS, para deshacer las obras del diablo.
39. 1 Juan 4:15: Todo aquel que confiese que Jesús es el HIJO DE DIOS, Dios permanece en él, y él en Dios.
40. 1 Juan 5:5: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el HIJO DE DIOS?
41. 1 Juan 5:10: El que cree en el HIJO DE DIOS, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
42. 1 Juan 5:12: El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al HIJO DE DIOS no tiene la vida.
43. 1 Juan 5:13: Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del HIJO DE DIOS, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del HIJO DE DIOS.
44. 1 Juan 5:20: Pero sabemos que el HIJO DE DIOS ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
45. Apocalipsis 2:18: Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El HIJO DE DIOS, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
Hubo un tiempo, especialmente en España después de 1492, es decir, después de que los Moros se convirtieran en una minoría oprimida, encerrada en sí misma y crispada en la voluntad de defender su identidad, que una Iglesia triunfante imponía, mediante la Inquisición su dogmatismo literalista, preocupada en particular por extirpar toda huella de arrianismo antitrinitario que, en España, desde hacía mucho tiempo, había sido confundido con el Islam.
Ningún diálogo era posible entre las dos comunidades, sino solo unas polémicas sectarias sobre la Trinidad o la encarnación de Jesús.
Unos se atenían a una lectura literal, puntillosa, sin crítica ni sentido histórico del Corán, del que cada palabra, fosilizada por la tradición, era intocable; los otros, repetían dogmas igualmente intocables en una lengua que no conocían (el griego, incapaz de traducir la experiencia inédita de Jesús). Se polemizaba sin fin y sin la preocupación de escuchar al otro, sobre la Trinidad y la Encarnación.
Los unos invocaban, creyendo defender así el monoteísmo del Islam contra lo que ellos llamaban el triteismo cristiano, el versículo del Corán (112,3): «Ni ha engendrado ni ha sido engendrado». Como si, desde 1215, el Concilio de Letrán no hubiese declarado: «La soberana realidad es a la vez PADRE, HIJO, ESPIRITU SANTO: esta realidad ni engendra ni ha sido engendrada ni procede de otra que ella misma». (El texto latino es exactamente el del Corán: «Non est generans neque genita, neque procedens»). Para evitar toda polémica inútil para la fe y subrayar la unidad de DIOS, en 1605, el patriarca de Valencia precisaba, en las Constituciones de su Seminario: «Tres personas y un solo DIOS». Así como su precursor, el arzobispo de Valencia, Martín de Alcalá, en su catecismo de 1566, añadiendo, con ocasión del signo de la cruz: «En el nombre del Padre del Hijo, del Espíritu Santo, un DIOS» (en lugar de la fórmula tradicional: Amen. Jesús»).
La falsa controversia venía de que, por una y otra parte, se arrastraba ,a imagen antropomórfica de DIOS, la de la Torah (antes que los Profetas) y de su DIOS de los ejércitos que dirigía desde fuera y desde arriba el destino de los hombres y de los poderes, mientras que Jesús, en ruptura radical con esos dioses tribales, había abierto la mayor brecha en la historia de los hombres y de los dioses, mostrando, con su vida, su palabra y su muerte, que la trascendencia no emerge de esos dioses‑monarcas todopoderosos, dioses de la venganza y protectores de su pueblo elegido, sino del más desposeído.
El Reino anunciado por Jesús, no se despliega en el tiempo al contrario del de los jefes de guerra, a la manera de Sardanápalos o del condottiere David. Se entra en él, no por la conquista sino por la renuncia. Esta resurrección de la que Jesús ha dado ejemplo es posible en cada instante para ¡en está dispuesto a vivir esta vida y esta muerte.
Pero el sectarismo y el literalismo reinaban en los dos partidos
Los musulmanes prestaban a los cristianos una concepción de la Trinidad que estos no habían profesado nunca, porque, leyendo el Corán al pie la letra, sin tener en cuenta para nada el contexto histórico, repetían la fórmula según la cual la Virgen María era la tercera persona de la Trinidad: «Tomadnos, a mí y a mi madre, como a dioses, además de tomar a Dios» (Cor. 5,116).
Tenemos ahí un ejemplo típico de la inserción histórica de la inspiración divina: una tal confusión sobre la Trinidad era, en efecto, posible en época del Profeta en la que ciertas sectas profesaban esta herejía, los Ofitas y los Coliridios, que denunciaban ya los Padres de la Iglesia, como Orígenes (Adversus haereses, IX, 13) o San Ireneo (De Ophítis et Sethianis, VII, 694 sig.)
Es verdad también que las formulaciones griegas de la Trinidad, en el concilio de Nicea (325) eran incapaces de traducir la experiencia inédita Jesús, totalmente extraña a la cultura y a la lengua griega.
Por ejemplo, decir que Jesús es de la misma sustancia (usia) que DIOS no tiene sentido más que para un griego, para quien sustancia (substantia) es lo que esta dedajo de la apariencia, y no expresa de ninguna manera la realidad viva de Jesús que nos enseña, mediante los hechos y dichos de su vida, su participación a la energía de Dios (como decían los Padres de la Iglesia de Oriente y los ortodoxos), de manera que no podemos conocer nada del Dios invisible y trascendente más que lo que han revelado las acciones y las palabras de Jesús Viviente (1).
San Pablo (cuya doctrina triunfa en Nicea), es el primer responsable de ininteligibilidad del símbolo porque, sus Epístolas, que él llama mi Evangelio (Rom. 2,16) y que son anteriores de por lo menos diez años a los Sinópticos, no evocan nunca las palabras y las acciones de Jesús Viviente. Solo habla de un Cristo (traducción griega del hebreo Mesías) que deduciéndolo de lo que había dicho de él el Antiguo Testamento: «Los Profetas y Moisés han predicho lo que tenía que ocurrir y yo no añado nada» (Hechos 26,24). Pablo «habla de Jesús a partir de la ley de Moisés , de los Profetas» (Hechos 28,24). Ni siquiera busca, durante tres años después de su revelación, a informarse de lo que ha hecho y dicho Jesús entre aquellos que fueron los testigos según la carne. Jesús no fue, pues, para él, más que el acto que obedece a un escenario escrito en el Antiguo Testamento. ¿Por qué tendría que informarse sobre su mensaje, puesto que a él, Pablo, DIOS «lo ha escogido desde el seno de mi madre» (Gal. 1, 17) es decir mucho antes de la exaltación de Jesús.
El ha visto, no al Jesús viviente, sino a un Cristo resucitado (1 Cor. 9, 1‑2 y 1 Cor 15,8). El Cristo de Pablo no es Jesús. Es el Mesías prometido a los hebreos por el Antiguo Testamento, restaurando su poder a la manera de David, y es precisamente para evitar esta connotación política y guerrera que Jesús rechaza constantemente este título.
La virginidad de María, su Madre, es un símbolo maravilloso, recogido por fortuna por el Corán: no se trata de fisiología sino de una verdad más alta. Jesús no responde a las esperanzas legendarias de tal o cual pueblo, sino a una esperanza de la humanidad entera: no es pues hijo de un chino, ni de un judío, ni de un negro. No se da a sí mismo más que un solo nombre, el más bello de todos: él es el Hijo del Hombre.
(Lo que excluye por otra parte la odiosa filiación del condottiere David, porque, en las genealogías contradictorias de Mateo o de Lucas, el heredero de David sería San José que, precisamente, no es el padre según la carne).
Pablo, por otra parte, no habla nunca de María diciéndonos solamente que Jesús «nació de una mujer» (Gal. 4,4) sin siquiera nombrarla, igual que por otra parte no cita a María Magdalena como testigo de la Resurrección: para un rabino talmúdico una mujer no puede ser un testigo válido. Ella debe callarse y obedecer, como lo exige San Pablo, rejudaizando la nueva fe revelada por Jesús.
El mismo sectarismo se manifiesta en los tradicionalistas musulmanes: olvidan el mensaje de Ibn ‘Arabî de Murcia escribiendo, en el apogeo del Islam andalusí, que «Jesús es el sello de la santidad» (Sabiduría de los Profetas, cap. 9) olvidando incluso que el Corán lo designa así: «El Mesías Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Dios y su Palabra que El ha comunicado a María, y un Espíritu que procede de El» (Cor. 4,17 l).
O también: «Para Dios, Jesús es semejante a Adán, a quien creó de tierra y a quien dijo: "Sé" y fue» (Cor. 3,59).
Jamás Jesús ha dicho: Yo soy DIOS. Esta impiedad no se le puede atribuir. El invoca constantemente a su PADRE, que lo ha enviado a este mundo «para que el mundo se salve por El» (Jo. 3,17). «Por encargo del Padre he hecho en vuestra presencia muchas cosas buenas» (Jo. 10,32). «Mi doctrina no es mía sino del que me ha enviado» (Jo. 7,16 y 18). «Jesús les dijo: un hijo no puede nada de por sí, primero tiene que vérselo hacer a su padre. Lo que el padre haga, eso lo hace también el hijo» (Jo. 5,19‑20).
Cuando Jesús dice: «El PADRE y yo somos uno» (Jo. X,30) precisa enseguida lo que entiende por ello: el hace visible, mediante sus palabras y sus hechos, todo lo que nosotros podemos saber del DIOS oculto: «Cuando uno me ve a mí ve al que me ha enviado» (Jo. 12,45). Excluyendo toda identificación añade: «porque yo no he hablado en nombre mío; no, el Padre que me envió me ha encargado él mismo lo que tenía que decir y qué hablar» (Jo. 12,49). Hasta su muerte mantendrá la distancia: «Hágase Tu voluntad, no la mía» (Mat. 6,10; Lc. 11,2).
¿Cuándo, pues, ha reivindicado Jesús el monopolio de ser Hijo de DIOS?
Son Hijos de Dios todos aquellos que hacen Su voluntad. En el texto fundamental de las Bienaventuranzas Jesús proclama: «Dichosos los que trabajan por la paz, porque a ellos los va a llamar Dios hijos suyos» (Mat. 5,9).
Es pues un problema suscitado por una doble incomprensión sectaria de los textos y de la fe el oponer a los cristianos que dicen: Jesús es Hijo de Dios, y a los musulmanes diciendo que Jesús no es el Hijo de DIOS.
Cuando un musulmán dice: Jesús no es Hijo de DIOS eso puede significar:
— o que esta expresión vendría de una concepción antropomórfica de DIOS que inaugura una relación de filiación biológica entre DIOS y Jesús, lo que ningún cristiano se atrevería a profesar;
— o que, en un plano espiritual, se pretenda hacer de Jesús el hijo del DIOS de los ejércitos de la Torah, o en la misma perspectiva judía —que fue, por desgracia, la de Pablo y que ha creado el paulinismo político, es decir el constantinismo— traduzcamos indebidamente la palabra parusia que significa presencia (El Reino de DIOS está «ya aquí», decía Jesús) por parusia en sentido arbitrario de vuelta y de vuelta con el poder de un nuevo David, aplicando la ley del talión («es justo —escribe Pablo—, que DIOS devuelva aflicción por aflicción a vuestros opresores» (2, Tes. 1,6). Ese DIOS que «se venga» (2 Tes. 1,8), y encargado de restaurar el reino de David, ¿es el del Reino que anuncia Jesús?
En cuanto a la Trinidad cuando ésta no está prisionera por el lenguaje y la cultura griegas, como lo ha mostrado Raimundo Panikkar en su libro La Trinidad y la experiencia religiosa, en el que se esfuerza por encontrar su alma a partir de una reflexión sobre el advaïta (la no‑dualidad del hinduismo), la trinidad no es la propiedad de la teología cristiana. Tiene una significación universal: la de la relación entre DIOS y el hombre. Un hombre total (Insn al‑Kmil, como dicen los sufíes musulmanes). Hombre total, es decir, habitado por DIOS, inseminado de lo divino, como dice el Corán cuando recuerda que DIOS «insufló su espíritu en el primer hombre» (Cor. 15,29).
Esto no tiene nada que ver con el politeísmo como lo han visto perfectamente los sufíes del Islam. El mayor entre ellos, Rumi (1207‑1273) expresa el sentido profundo de la Trinidad: «El alma universal se ha unido al alma particular. El alma individual devino encinta, como María, de un Mesías que eleva los corazones a DIOS» (Matnavi 2, 1183‑1186).
«Jesús mata a la muerte» (Ibid. 3, 4258).
En su Rosalera de los misterios, Shabestari evoca el diálogo de dos amantes, uno musulmán, la otra cristiana: «Al DIOS único, ¿cómo podríamos nombrarle a la vez PADRE, HIJO y ESPIRITU SANTO?. Y la cristiana responde: «En tus espejos la Belleza eterna ha reflejado su faz deslumbrante».
Eso es por otra parte lo que expresa el icono de la Trinidad de Rublev, mostrando como un DIOS que es amor no es un individuo, sino una comunidad, en la que, según la expresión de San Gregorio de Nisa y de todos los Padres de la Iglesia de Oriente: «DIOS se ha mezclado a nuestra naturaleza perecedera con el fin de deificar a la humanidad haciéndole compartir la divinidad» (Catequesis de la Fe, cap. 6).
Si creemos, a la vez, en el DIOS oculto, sin común medida con nosotros, irreductible a nuestros conceptos, a su acción en nosotros, que el ha «hecho a su imagen», dicen los cristianos, y al que ha hecho su Califa sobre al tierra, como dice el Corán, si El es el motor de toda vida humana, ¿cómo podríamos separar, en nuestra búsqueda de DIOS, el silencio del DIOS oculto, el Verbo de DIOS revelado por sus mensajeros y sus profetas, y la Presencia de DIOS en todos como espíritu siempre vivo y actuante?
Otro sufí musulmán, Ruzbehan de Chiraz (1121‑1209) definía así, sin nombrarla, la Trinidad, fuera del suplicio de los conceptos griegos: «Desde antes que existiesen los mundos y el devenir de los mundos, el Ser divino es en sí mismo el amor, el amante y el amado» (El Jazmín de los fieles de amor, 7,197). De ahí, a mi parecer, salen unas consecuencias políticas respecto al diálogo interreligioso.
El problema, como ha dado el ejemplo el Padre Monchanin (Mystique de l’Inde, mystère chétien) no está en convertir, es decir en reducir al otro a nuestra propia experiencia de Dios.
Si mantengo que DIOS es trascendente, sin común medida conmigo mismo y mi cultura parcial, no puedo tener la pretensión de captarlo enteramente a partir de mi única perspectiva: tengo necesidad del otro, que ha intentado también, acercarse a DIOS a partir de su propia histórica: sabiduría india o revelación cristiana o musulmana.
No se trata, pues, de eclectismo o de concordismo sino, al contrario, de una fecundación recíproca que nos ayude a mejor captar la especificidad de nuestra propia fe, y de convertirnos dentro de la religión que nos han enseñado nuestro padres y nuestros sacerdotes. Lo que es específico, en el Islam, no son los usos y costumbres del Medio Oriente, ya se trate de maneras de vestir o de prohibiciones alimenticias o del estatuto de la mujer, o de las leyes sobre herencia. Eso es fiqh, es decir, la legislación mediante la cual el profeta Muhammad, en el Corán (en doscientos versículos sobre seis mil), además de grandes juristas, como Abú Hanifa o Shfi’î en la sunna (tradición) han dado ejemplos (como dice el Corán) de la aplicación, a cada época y a cada pueblo, de los principios eternos y universales de la Sharî’a es decir de la vía hacia DIOS. De esta aplicación, DIOS ha dejado responsable a cada musulmán.
En un mundo en el que, dice el Corán, «DIOS no cesa de crear y recrear» (Cor. 10,4) haciendo nacer cada día cosas nuevas (Cor. 4,19) no nos es posible permanecer inmóviles y repetir las fórmulas de los grandc‑, juristas del pasado: conviene imitar su método para crear un fiqh del siglo XXI. Y hacerlo a partir de los principios eternos y universales de la Sharî’a tal como nos la define con precisión el Corán (42,13): En materia de religión DIOS os «ha abierto una vía (Shara’a) que El mismo ha ordenado a Abraham, a Moisés, a Jesús: seguidla y no hagáis de ella un objeto de división».
Esta vía, esta Sharî’a es pues común a todos los pueblos a los que DIOS ha enviado sus mensajeros. Ella constituye las reglas fundamentales propia a toda comunidad propiamente humana. Ahora bien, el estatuto jurídico de la propiedad, de las leyes penales, del matrimonio y la herencia, difieren según las religiones y las según las costumbres de cada pueblo. Estas no pueden formar parte de la Sharî’a. Querer imponer a todos los pueblos, en el siglo XX o en el XXI los usos propios a los pueblos del Medio Oriente de hace diez siglos, es hacer un trabajo de división y romper con la enseñanza del Corán.
La Sharî’a común a todas las civilizaciones y que encontramos, con los mismos términos, por ejemplo, en la Biblia, los Evangelios y el Corán, enuncia tres principios fundamentales:
— Solo DIOS posee: lo que es contrario a la definición de la propiedad en el derecho romano, en el derecho napoleónico y en todas las sociedades capitalistas hoy: el derecho de usar y de abusar.
— Solo DIOS ordena, lo que excluye tanto las teocracias occidentales en las que un clero pretende hablar y dar órdenes en nombre de Dios, como las monarquías absolutas o los partidos únicos hoy (como el actual partido único del dinero que domina por doquier en donde reina el monoteísmo del mercado).
— Solo DIOS sabe, lo que excluye cualquier dogmatismo en el que algunos quieren desempeñar el papel de funcionarios del absoluto, y decirnos siempre lo que está prohibido sin decirnos nunca lo que hay que hacer para construir, en las condiciones de nuestra época, un porvenir con rostro humano, es decir, divino.
Igualmente, entre los cristianos, sería falso creer que los Woodstocks pontificios significan un despertar de la fe, o que la obediencia a una Roma tan imperial como la que condenó a Jesús, debe excluir a los que han intentado seguir los ejemplos de Jesús, como los sacerdotes obreros o los teólogos de la liberación. El largo reino de los teólogos de la dominación con su constantinismo, sus Cruzadas, sus Inquisiciones, sus justificaciones de todos los nacionalismos y su apoyo a todas las dictaduras, todo eso en un lenguaje oculto: las colaboraciones reales, ayer con Reagan contra Polonia y los teólogos de la liberación; hoy los compromisos con el colonialismo israelí.
La conclusión práctica, respecto a las relaciones entre cristianos y musulmanes, es que no puede haber un verdadero diálogo entre dos sectarismos y que al contrario no puede haber divergencias teológicas si cada uno, al interior de su propia religión lleva adelante el combate de la fe.
Mientras que los musulmanes confundan la Sharî’a con el fiqh, como quieren sus príncipes corrompidos y sus ulemas serviles, perderán de vista lo que constituye la especificidad del Islam, es decir, su ecumenismo, su universalidad, acogiendo a todos los profetas anteriores, mensajeros del mismo DIOS.
El verdadero diálogo, el de la fe, fundado en el principio de que cada uno, en su punto de partida, tiene algo que aprender del otro para enriquecer su propia fe, implica que nos ayudemos mutuamente a quitarnos de encima nuestro propio integrismo para encontrarnos en una lucha común contra todos los integrismos y todos los sectarismos. Y en primer lugar contra la idea más nefasta de la historia del mundo, la que ha sido y sigue siendo la justificación teológica de todos los nacionalismos, de todos los racismos, de todos los colonialismos, de todas las guerras: la idea monstruosa de pueblo elegido, que funda algo más que un racismo puramente biológico, un racismo ontológico que divide la humanidad entre los elegidos y los otros.
Esto no es una simple cuestión de exégesis: en las guerras de exterminio de Josué, que son el arquetipo, se han inspirado tanto los puritanos del Mayflower que comparaban a los Indios de América con los Amalecitas de la Biblia para expoliarlos de sus tierras y masacrarlos, como los israelíes hoy contra los autóctonos palestinos.
Todos los nacionalismos dominadores han pretendido ser un pueblo elegido: «Gesta Dei per Francos», decían los cruzados franceses; «Got mit uns», decían los racistas alemanes, de Bismarck a HITLER; «In God we trust» está escrito, de manera sacrílega, en cada dólar.
Rousseau decía ya: «Vuestro DIOS, que escoge un pueblo situándolo por encima de los demás, no es nuestro DIOS, que es Padre de todos los hombres».
He aquí, a mi parecer, más allá de nuestros parloteos teológicos que nos retrotraen cinco siglos atrás y que están resueltos desde siglos, el lazo más fuerte que nos une, cristianos, musulmanes, hombres de todas las sabidurías y de todas las fes, en un combate común en favor de lo UNIVERSAL.
«Ser UNO con el TODO» decía el gran Sabio taoista Tchuang Tseu; «Tú eres Eso», dicen los Upanishad de la India, mostrándonos que lo que existe de más personal en nosotros, es la vida unánime del universo. Tal es el amor que nos enseña Jesús, y que hace de él el Mesías, no de un pueblo, sino de todas las familias de la tierra.
El problema central de nuestro diálogo no son pues las controversias estériles y anticuadas sobre nuestras particularidades propias, sino nuestra lucha común contra todas las pretensiones de pueblos elegidos o de razas superiores que son hoy, a la hora de la pretendida mundialización (que no es más que una occidentalización colonialista del mundo), el problema mayor de nuestro siglo: combatir ese monoteísmo del mercado y esta concepción imperial de la unidad del mundo en nombre de una concepción sinfónica del mundo en el que cada pueblo aporta la contribución de su propia cultura, de su propia historia, de su propia fe, a fin de dar a cada niño, a cada mujer, a cada hombre, cualquiera que sea su origen, los medios económicos, sociales, espirituales, para desarrollar plenamente todas las riquezas humanas que DIOS le dio no olvidando nunca el mensaje de los Padres: «DIOS se ha hecho carne para deificar al hombre» (San Atanasio, [295‑3731, Tres discursos contra los Arrianos, [1,39>).
También el mensaje de Hallaj, conjugando maravillosamente la obediencia a Dios (Islam) y la imitación de Jesús según el testimonio de ‘Attr (1140‑1230):
«Como Jesús, para revelar el espíritu del Todo... Como Jesús, portador del Evangelio de amor, Yo he realizado, sobre la cruz, el más alto amor».
¿Hijo de Dios, el hijo de David, o hijo del Hombre? Jesús se identifica como el “hijo de David” catorce veces en el Nuevo Testamento, empezando con el primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de Lucas documenta cuarenta y una generaciones entre Jesús y David, mientras Mateo enumera veintiséis. Jesús, un descendiente distante, puede llevar sólo el “hijo de David” metafóricamente y como un título. Entonces ¿qué debemos entender por el título, “hijo de Dios”?
El “Trilema”, es una discusión común de los misioneros cristianos. Algunas personas dicen que Jesús o era un loco, o un mentiroso, o el Hijo de Dios. Estamos de acuerdo en que Jesús no era ni un loco ni un mentiroso. También estemos de acuerdo en que él precisamente era eso que declaró ser. ¿Pero “eso”, exactamente, que era? Jesús frecuentemente se llamó el “Hijo del Hombre”, de forma consistente, quizás también enfáticamente; pero ¿cuándo él se autodenominó “Hijo de Dios?”
Indaguemos en esto. En primer lugar, ¿Qué hace al título “Hijo de Dios” objetable? Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios tomara una esposa y tuviese un hijo, y ciertamente nadie concibe que Dios engendrara a un niño a través de una madre humana fuera del matrimonio. Además, sugerir que Dios tuvo relaciones sexuales con un elemento de Su creación está hasta ahora más allá de los límites de la tolerancia religiosa y, sin duda, esta declaración sería considerada por todos una terrible blasfemia, posiblemente tomada de la mitología griega.
Sin la explicación racional disponible dentro de los principios de la doctrina cristiana, la única salida estaría en el dogma de fe, un “misterio” incomprensible. Aquí es donde las voces musulmanas claman repitiendo la pregunta que Dios propuso en el Corán:
« …el Creador de los cielos y de la tierra! ¿Cómo sería possible que tuviera un hijo sin que jamás haya existido para Él compañera, pues es Él quien ha creado todo y sólo Él tiene conocimiento de todo? » (Corán 6:101)
… mientras tanto, otros declaman: “¡Pero Dios puede hacer lo que le plazca!” La posición islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas impropias de su naturaleza, sino sólo cosas piadosas. En el punto de vista islámico, el carácter de Dios es íntegro con Su ser y consecuente con Su majestad.
Así de nuevo, llegamos a la pregunta ¿qué significa “Hijo de Dios”? Y si Jesús Cristo tiene los derechos exclusivos al título… ¿por qué la Biblia dice, “... porque Yo (Dios) soy el Padre de Israel, y Efraín (es decir Israel) es mi primogénito” (Jeremías 31:9); y “... Mi hijo Israel, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando el contexto de Romanos 8:14, donde se lee “Y todos quienes siguen el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios”, muchos estudiosos concluyen que entonces, la frase “Hijo de Dios” es un título metafórico, y que, al igual que el término “Cristo”, no implica exclusividad. Después de todo, El Diccionario Oxford de la Religión judía confirma esto en el modismo judío, aclarando que el título de “Hijo de Dios” es claramente metafórico. Es decir, el término “Hijo de Dios”, se encuentra de vez en cuando en la literatura judía, bíblica y post-bíblica, pero no implicando el descenso físico en ninguna parte de la Deidad. Los comentarios del Diccionario de la Biblia son elocuentes:
“Respecto a nombrar a alguien como “hijo”, el uso semítico tiene una connotación que es habitualmente empleada para señalar una relación moral en lugar de relación física o metafísica. Así, los “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) eran hombres malos, no los descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “hijos del lugar de bodas” resultan ser los invitados a la celebración de un matrimonio. Así es que, un “hijo de Dios” es un hombre, o incluso unas personas que reflejan el carácter de Dios. Hay evidencia de que el título se usó en los círculos judíos del Mesías, y referirse al término “hijos”, otorgándole implicancias más allá de una relación moral, sería contrario al monoteísmo judío”.
En cualquier caso, la lista de candidatos para ser “hijo de Dios” empieza con Adán, según Lucas 3:38: “... Adán, que era el hijo de Dios”.
Aquéllos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y de repente una voz vino del cielo, diciendo 'Éste es Mi hijo querido, con quien Yo estoy satisfecho' “) han pasado por alto el punto de que la Biblia describe a muchas personas, entre ellos Israel y Adán inclusive, como los “hijos de Dios”. II Samuel 7:13-14 y Crónicas 22:10 dice: “Él (Salomón) construirá una casa para Mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre. Yo seré su Padre y él será Mi hijo”.
Naciones enteras son llamadas “los hijos de Dios”. Los muchos ejemplos incluyen:
Génesis 6:2, “Que los hijos de Dios tomen por esposas a las hijas de Dios”
Génesis 6:4, “había gigantes en la tierra por esos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres… »
Deuteronomio 14:1: “Vosotros sois los hijos del Señor vuestro Dios.”
“Y un día, ahora cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… “ “De nuevo, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… »
“¿Cuándo las estrellas de la mañana cantaron juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?”
Filipenses 2:15: “Quienes pueden levantarse sin culpa e indemnes, son los hijos de Dios que no tienen falta, en medio de una generación corva y perversa…”
Juan 3:1-2: “¡Miren de qué manera el amor del Padre ha dado en nosotros, que nosotros debemos llamarnos hijos de Dios! … Bienaventurados, ahora nosotros somos hijos de Dios…”
En Mateo 5:9 Jesús dice: “Benditos son los pacificadores, porque ellos se llamarán hijos de Dios”. Después, en Mateo 5:45, “Jesús prescribió a sus seguidores el cultivo de atributos nobles, para que puedan ser los hijos de su Padre en el cielo”. Y es muy evidente que este Padre es Dios.
Muchos hermanos, siguen creyendo que Yeshua (jesus en lengua pagana) es Dios mismo, y eso es una blasfemia.
Esta conceptualizacion proviene de las disputas entre la iglesia occidental (catolica romana) y la iglesia oriental (griega ortodoxa).
Entre las iglesias del protestantismo, hay un profundo desconocimiento de las diferencias teologicas entre la iglesia apostata (la catolica romana) y la iglesia ortodoxa (griega).
Para la iglesia ortodoxa Jesus es Hijo de Dios, y para la iglesia catolica Jesus es Dios hijo, y aqui es donde comienza el debate y la apostacia de la iglesia occidental, tanto catolica como protestante.
Cuando la iglesia oriental (ortodoxa) dice que Iesous es Hijo de Dios, estan diciendo que Iesous es de Sustancia/Naturaleza parecida a Dios, pero no igual, por lo tanto no es Dios mismo.
Cuando la iglesia occidental (catolica y protestante) dice que Jesus es Dios hijo, se está diciendo que Jesus es de la misma Sustancia/Naturaleza que Dios, por lo tanto es Dios mismo.
Esto es muy importante de conocer, porque el pueblo, tanto catolico como ortodoxo, no conoce con exactitud la diferencia teologica entre los conceptos "Hijo de Dios" y "Dios Hijo", y la gente piensa que significan lo mismo, y no es así.
La ignorancia de esta controversia teologica entree la iglesia occidental y la oriental, la desconocen los predicadores de las diversas denominaciones cristianas cuya teologia proviene de pastores estadounidenses, y cuyas traducciones en ingles tambien son erroneas, un ejemplo claro estan en sus traducciones que en lugar de usar "to comply" utilizan "to fulfill", con lo cual quedan entrampados.
Lo mismo sucede con el vocablo griego Hypocrita, que no se traduce correctamente, esa palabrita en español moderno signfica "TEATRERO", la imagen para ubicar su concepto, lo vemos aplicada a Criss Angel y su show llamado Mindfreak, que lleva sus trucos de ilusionismo a la calle, para que la gente lo alabe, lo adule.
Y hay mucho hermanito que en sus predicas domingueras hacen mucho teatro, levantando la voz, gesticulando con sus manos y piernas y pidendo en forma exhaltada un aleluya a los hermanitos congregados, pues todos esos pastores son TEATREROS (hypokritoi), y estan considerados como sepulcros blanqueados, aunque usen trajes de colores oscuros.
Recordemos que Yeshua en lengua santa, Jesus en lengua pagana, no es ningun Dios hijo del panteon grecorromanao, sino un SIERVO, y un PROFETA salido de entre sus hermanos como dice el pentateuco.
Esto significa que es un INTERMEDIARIO entre D-ios y los hombres.
En el Mismo Apocalipsis hay una clara distincion entre Dios y su cordero.
Cada vez que estudio el texto griego me doy cuenta de lo manoseado que nos ha llegado, pues en lugar de estar escrito "A la derecha de Dios Todopoderoso", el escriba catolico del siglo IV al ya no conocer griego koine modifico el texto poniendo "a la derecha del poder de Dios".
En las Biblias de estudio, cuando llegan a estos versiculos dicen que "el poder de Dios" era una expresion antigua y no saben aclarar que se trata de una manipulacion de un escriba catolico, que al no tener conocimiento del antiguo testamento, pone "del poder de Dios " en lugar de "del Dios Todopoderoso" como viene en el AT, porque Yeshua cuando esta con el sumo pontifice Caifas, no utiliza el nombre develado a Moises, sino el nombre de "DIOS TODOPODEROSO" que le fue develado a Abrajam.
Ahora distingamos que Yeshua tiene una naturaleza humana y una angelical, y esto es evidente en los nombres que tiene.
nombres de persona o humanos en la Biblia son Abrajam, Itzajac y Jacobo, y los nombres angelicales son Gabriel, Uriel, Rafael, Mikhael.
El nombre de persona o humano del Mesias es Yehoshua יהושוע (que en lengua pagana es Iesous, Jesus).
Ahora bien el nombre angelical del Mesias lo encontramos en Isaias 7:14
"He aqui que una adolescente quedará embarazada, y parirá a un hijo, y llamará a su nombre Immanuel".
Como usted puede comprobar el nombre angelical del Mesias no es Gabriel, ni Mikhael, ni Uriel, sino IMMANUEL.
Esto del nombre humano y el nombre angelical del Mesias no está sacado de la manga, sino que hay evidencia testificatoria en la Biblia.
1er Testimonio: Yetro el suegro de Moises tenia el nombre angelical de Regwel.
2do Testimonio: Jacobo, hijo de Itzajac y nieto de Abrajam, su nombre angelical es Israel.
Asi es como demostramos que Yeshua no tiene naturaleza divina, sino naturaleza humana y angelical, el Mesias (cristo en lengua pagana) como Hijo de Hombre es Yehoshua, y el Mesias como Hijo de D-ios es Immanuel.
No hay naturaleza divina como lo entiende el cristianismo occidental (catolicismo y protestantismo).
Los curas de parroquia contestan con el siguiente sofisma:
"un hijo de perro es un perro, y un hijo de un cerdo es un cerdo, por lo tanto el hijo de Dios es Dios"
Pero esa forma de razonamiento no es hebrea sino romana-catolica
En la Biblia existen dos conceptos de filialidad:
1. - los hijos de Adam (del hombre),
2. - los hijos de Elohím (de Dios).
Los hijos de Adam, somos todos los hombres que provenimos de Adam y Heva.
Y los hijos de Dios son los ángeles.
para el paganismo grecorromano los hijos de un Dios son otros dioses, pero para la cultura hebrea los hijos de D-ios son los ángeles.
Solamente cuando hemos recibido la inmersion de agua, la inmersión del espiritu y la inmersion en fuego, nos convertimos en hijos Dios, antes de eso solomente somos hijos de Adam.
Yehoshua יהושוע nacio como hijo de Adam (de su padre Yosef y de su madre Miriam) entre agua y sangre cuando su madre Miriam abrio matriz.
Yehoshua יהושוע Ιεωσουα RENACIO como hijo de Dios (= ángel) hasta despues de haber sido sumergido en el Rio Yordan y haber recibido el Espiritu de Dios Santo.
Pregunta: Antes que nada quisiera felicitarle por la labor tan enorme que realizan, y por lo amplio de su trabajo. Resulta maravilloso poder encontrar respuestas a tantísimas preguntas.
Le agradeceré me pudiera indicar donde puedo encontrar (y de ser posible, también encontrar las explicaciones pertinentes) relacionado a la adopción de hijos..... y a todos los apoyos que pudiera encontrar.
Por otro lado sería maravilloso para mi si me pudiera ennumerar algunas personas mencionadas en la Torá, y/o los nombres de grandes sabios que se consideren en esta situación. Tengo 3 hijos que hemos adoptado (con la debida supervisión rabínica) pero por más que he buscado ayuda en cuanto al tema, me ha sido casi imposible encontrarla. Considero que esta información me será sumamente importante para el desarrollo moral, espiritual y ético de mis hijos, sobre todo por su edad ( hombre 18, mujer 17 y mujer 11).....
Que Hashem les bendiga por todos sus días.
Muy respetuosamente,
Raquel ?. País: México
(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)
Shalom. Gracias por participar y por sus palabras elogiosas.
El más grande de nuestros profetas y maestros fue adoptado: Moshé Rabeinu, ¿acaso no fue acogido por Batia, la hija de Faraón, en el palacio real? Tal como leemos: "Cuando el niño creció, ella se lo llevó a la hija del faraón. Él vino a ser para ella su hijo, y ella le puso por nombre Moshé [Moisés>, diciendo: 'Porque de las aguas lo saqué.'" (Shemot / Éxodo 2:10). De la grandeza y humildad de Moshé no hablaremos ahora, pues hay enciclopedias enteras para aprender acerca de él. Tiene breves enseñanzas en esta sección.
Y de la madre adoptiva de Moshé, ¿qué sabemos? Prestemos atención: "Y éstos son los hijos de Bitia, hija del faraón, a la cual Mered tomó por mujer. Su mujer judía dio a luz a..." (1 Divrei Haiamim / I Crónicas 4:18). ¿Nota que es llamada "judía" la hija de Faraón, que evidentemente era de la nobleza egipcia? ¿Sabe porqué? Pues, porque el influjo de su hijo adoptivo la terminó por apartar de la aberración del mundo idolátrico, haciendo que ingresara con pureza y bendición bajo las alas del Eterno. ¿Qué nos enseña esto? Pues, que hijos (adoptivos) criados con rectitud y ánimo edificante suelen redundar en bendiciones para padres e hijos. Y esto tiende a ser así por algo que ya habíamos mencionado en otra oportunidad: el traer hijos al mundo es la mitad del mandamiento de "ser fructíferos". La otra mitad es la de criarlos para que lleguen a ser personas buscadoras del bien. Cuando uno se compromete fuertemente con el cumplimiento de algún mandamiento, la bendición está rondando a la vuelta de la esquina. Miremos lo que nos explica el gran Rashi a partir de: "Éste es el registro de los descendientes de Aarón y de Moshé [Moisés>" (Bemidbar / Números 3:1). "Sólo menciona a los descendientes de Aarón. Pero, son llamados descendientes de Moshé, pues les enseñó Torá. Esto nos enseña que todo aquel que enseña Torá a los hijos del prójimo, es considerado como si lo hubiera engendrado". Maimónides acorde con esto legisla: "...los alumnos son llamados hijos..." (MT, Talmud Torá 1:2; ver en TB Sanhedrin 99b).
Otra persona de bendita memoria que también fue adoptada, es la que conocemos como la reina Esther. Su padre murió en la preñez de su madre, y ésta falleció al darla a luz (TB Meguilá 13a). Su pariente Mordejai/Mardoqueo la "había criado a Hadasa [que es Ester>, hija de su tío, porque ella no tenía padre ni madre. La joven era de bella figura y de hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre, Mordejai [Mardoqueo> la tomó como hija suya." (Ester / Esther 2:7). Ya sabemos las benéficas acciones de ambos para la supervivencia del pueblo elegido y el predominio de la justicia: "Porque el judío Mordejai [Mardoqueo> fue el segundo después del rey Ajashverosh [Asuero>. Él fue grande entre los judíos y querido por la mayoría de sus hermanos. Procuraba el bienestar de su pueblo y promovía la paz entre todos los de su linaje." (Ester / Esther 10:3). El Talmud, en el lugar citado, estipula: "La Torá asume que adoptar el hijo de otro, es como haberlo traído al mundo". Debe advertir que dice "es como", pues se está refiriendo a los sentimientos y a lo espiritual, pues, el hijo adoptivo si bien suele recibir el apellido civil, no obtiene de sus padres adoptantes el linaje (Cohén, Leví o Israel), ni la pertenencia al judaísmo (si es hijo biológico de madre gentil), así como hay otras consideraciones de índole legal a tener en cuenta, como por ejemplo que no existe estatus legal judaico de "adoptado" (cualquier rabino idóneo se las puede informar personalmente).
En resumen, es una gran acción adoptar hijos e instruirlos por los caminos de la Torá y los preceptos (judíos y gentiles cada cual lo que les corresponden). Cuando se actúa de acuerdo a los instructivos de Dios, y con la orientación de los técnicos pertinentes (rabinos, psicólogos, asistentes sociales, etc.), es muy probable que el hijo adoptado sea el orgullo para sus padres de corazón. Si bien, tenemos que mencionar que Tzitz Eliezer (13:102:2) instruye que el varón judío que no puede procrear con su esposa, debería igualmente procurar (por medios legales exclusivamente) traer hijos al mundo y no sólo adoptarlos.
En cuanto a sitios que la puedan ayudar y orientar en estos temas, no tengo especial conocimiento de ninguno, pero podría probar en http://www.adopcion.org.
Le deseo que sus buenos sentimientos llevados a la práctica se vean coronados de bendiciones y éxito verdadero.
1 El Nombre Natzratim. 2 Documentos Históricos y Documentos Desinformantes. 3 Kefa: La Piedra de la Comunidad.
4 Shaul: Destacado Talmid y Shaiaj. 5 Los Tzadoqim continúan su instigación contra los Natzratim. 6 El regreso de los Natzratim a Jerusalén (73 E.C) Y la apostasía de los Evyoním en Fecal.
7 El traslado a Iavne de Ben Zakai y la destrucción del Miqdash, Últimos años en Jerusalén, los Conflitos a causa de la rebelión de Bar Kojva y la Expulsión de Jerusalén (135 E.C)
8 La religión Judía desconocida por los Primeros Natzratim.
9 ¿Cómo y cuándo surgió el Judaísmo, no la religión Judía?
10 ¿Cómo y cuándo surgió la religión Judía?
11El origen de la religión Cristiana desde el siglo I.
12Los Discípulos No fueron llamados cristianos ni Mesiánicos.
13 No existe continuidad entre los Natzratim y el Cristianismo.
15 Constantino, el Emperador Cristiano.
16 La doctrina de Alejandro: el Hijo es Dios de Dios.
17 Los Natzratim enseñan que ser “Hijo de Dios” no ser “Divino”.
18 Antisemitismo Cristiano.
19 ¿Existe un Líder principal de los Natzratim en la Actualidad?
« Una de las diferencias más llamativas entre un gato y una mentira, es que un gato tiene sólo siete vidas. »
- Mark Twain, el Calendario de Pudd'nhead Wilson.
¿Hijo de Dios, el hijo de David, o hijo del Hombre? Jesús se identifica como el “hijo de David” catorce veces en el Nuevo Testamento, empezando con el primer versículo (Mateo 1:1). El Evangelio de Lucas documenta cuarenta y una generaciones entre Jesús y David, mientras Mateo enumera veintiséis. Jesús, un descendiente distante, puede llevar sólo el “hijo de David” metafóricamente y como un título. Entonces ¿qué debemos entender por el título, “hijo de Dios”?
El “Trilema”, es una discusión común de los misioneros cristianos. Algunas personas dicen que Jesús o era un loco, o un mentiroso, o el Hijo de Dios. Estamos de acuerdo en que Jesús no era ni un loco ni un mentiroso. También estemos de acuerdo en que él precisamente era eso que declaró ser. ¿Pero “eso”, exactamente, que era? Jesús frecuentemente se llamó el “Hijo del Hombre”, de forma consistente, quizás también enfáticamente; pero ¿cuándo él se autodenominó “Hijo de Dios?”
Indaguemos en esto. En primer lugar, ¿Qué hace al título “Hijo de Dios” objetable? Ninguna secta cristiana legítima sugiere que Dios tomara una esposa y tuviese un hijo, y ciertamente nadie concibe que Dios engendrara a un niño a través de una madre humana fuera del matrimonio. Además, sugerir que Dios tuvo relaciones sexuales con un elemento de Su creación está hasta ahora más allá de los límites de la tolerancia religiosa y, sin duda, esta declaración sería considerada por todos una terrible blasfemia, posiblemente tomada de la mitología griega.
Sin la explicación racional disponible dentro de los principios de la doctrina cristiana, la única salida estaría en el dogma de fe, un “misterio” incomprensible. Aquí es donde las voces musulmanas claman repitiendo la pregunta que Dios propuso en el Corán:
« …el Creador de los cielos y de la tierra! ¿Cómo sería possible que tuviera un hijo sin que jamás haya existido para Él compañera, pues es Él quien ha creado todo y sólo Él tiene conocimiento de todo? » (Corán 6:101)
… mientras tanto, otros declaman: “¡Pero Dios puede hacer lo que le plazca!” La posición islámica, sin embargo, es que Dios no hace cosas impropias de su naturaleza, sino sólo cosas piadosas. En el punto de vista islámico, el carácter de Dios es íntegro con Su ser y consecuente con Su majestad.
Así de nuevo, llegamos a la pregunta ¿qué significa “Hijo de Dios”? Y si Jesús Cristo tiene los derechos exclusivos al título… ¿por qué la Biblia dice, “... porque Yo (Dios) soy el Padre de Israel, y Efraín (es decir Israel) es mi primogénito” (Jeremías 31:9); y “... Mi hijo Israel, mi primogénito” (Éxodo 4:22)? Tomando el contexto de Romanos 8:14, donde se lee “Y todos quienes siguen el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios”, muchos estudiosos concluyen que entonces, la frase “Hijo de Dios” es un título metafórico, y que, al igual que el término “Cristo”, no implica exclusividad. Después de todo, El Diccionario Oxford de la Religión judía confirma esto en el modismo judío, aclarando que el título de “Hijo de Dios” es claramente metafórico. Es decir, el término “Hijo de Dios”, se encuentra de vez en cuando en la literatura judía, bíblica y post-bíblica, pero no implicando el descenso físico en ninguna parte de la Deidad. Los comentarios del Diccionario de la Biblia son elocuentes:
“Respecto a nombrar a alguien como “hijo”, el uso semítico tiene una connotación que es habitualmente empleada para señalar una relación moral en lugar de relación física o metafísica. Así, los “hijos de Belial” (Jueces 19:22, etc.) eran hombres malos, no los descendientes de Belial; y en el Nuevo Testamento los “hijos del lugar de bodas” resultan ser los invitados a la celebración de un matrimonio. Así es que, un “hijo de Dios” es un hombre, o incluso unas personas que reflejan el carácter de Dios. Hay evidencia de que el título se usó en los círculos judíos del Mesías, y referirse al término “hijos”, otorgándole implicancias más allá de una relación moral, sería contrario al monoteísmo judío”.
En cualquier caso, la lista de candidatos para ser “hijo de Dios” empieza con Adán, según Lucas 3:38: “... Adán, que era el hijo de Dios”.
Aquéllos que refutan citando Mateo 3:17 (“Y de repente una voz vino del cielo, diciendo 'Éste es Mi hijo querido, con quien Yo estoy satisfecho' “) han pasado por alto el punto de que la Biblia describe a muchas personas, entre ellos Israel y Adán inclusive, como los “hijos de Dios”. II Samuel 7:13-14 y Crónicas 22:10 dice: “Él (Salomón) construirá una casa para Mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre. Yo seré su Padre y él será Mi hijo”.
Naciones enteras son llamadas “los hijos de Dios”. Los muchos ejemplos incluyen:
Génesis 6:2, “Que los hijos de Dios tomen por esposas a las hijas de Dios”
Génesis 6:4, “había gigantes en la tierra por esos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres… »
Deuteronomio 14:1: “Vosotros sois los hijos del Señor vuestro Dios.”
“Y un día, ahora cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… “ “De nuevo, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el SEÑOR… »
“¿Cuándo las estrellas de la mañana cantaron juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?”
Filipenses 2:15: “Quienes pueden levantarse sin culpa e indemnes, son los hijos de Dios que no tienen falta, en medio de una generación corva y perversa…”
Juan 3:1-2: “¡Miren de qué manera el amor del Padre ha dado en nosotros, que nosotros debemos llamarnos hijos de Dios! … Bienaventurados, ahora nosotros somos hijos de Dios…”
En Mateo 5:9 Jesús dice: “Benditos son los pacificadores, porque ellos se llamarán hijos de Dios”. Después, en Mateo 5:45, “Jesús prescribió a sus seguidores el cultivo de atributos nobles, para que puedan ser los hijos de su Padre en el cielo”. Y es muy evidente que este Padre es Dios.
Si Dios no se hizo hombre, ¿tuvo Él un hijo? Puesto que Dios puede hacer cualquier cosa, debería poder tener un hijo. Sin embargo, esa afirmación reduce a Dios al estatus de Su creación. Las criaturas procrean engendrando versiones más pequeñas de sí mismas, que luego crecen y reproducen copias de sí mismas, y así sucesivamente. Los perros tienen cachorros, las vacas tienen terneros y los hombres tienen bebés. Por lo tanto, ¿qué tiene Dios – un Dios bebé? Los Dioses deben engendrar Dioses. Pero para que Dios tenga un hijo, debe existir otro Dios aparte de Él. No es propio de Dios tener un hijo, pues eso Lo igualaría con Su creación.
Todo lo que no es Dios pasa a existir por mandamiento de Dios, no es que Dios se convierte en Su creación o que una parte de Dios se convierte en Su creación. Dios no se convierte en Su creación ni tampoco engendra creación. Dios es Dios, el Creador; y el hombre y el contenido del universo son Su creación. Aunque los humanos no puedan captar el concepto de crear algo a partir de la nada, eso es exactamente lo que Dios hizo y hace. Sólo Él crea a partir de la nada, lo cual es uno de los atributos que Lo hacen único y distinto de Su creación. Su acto de creación es totalmente distinto al de los seres humanos.
Esa fue la esencia del mensaje de todos los verdaderos mensajeros y profetas de Dios enviados a la humanidad – Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad –; como también de aquellos enviados por todo el mundo y cuyos nombres son ahora desconocidos para la humanidad – que la paz y las bendiciones de Dios desciendan sobre todos ellos. Hoy día, este mensaje preciso sólo puede encontrarse en el Corán: la última escritura revelada por Dios a la humanidad. Este mensaje permanece fuerte y claro sólo en el Corán porque ha permanecido inalterado desde el momento de su revelación, más de mil cuatrocientos años atrás, hasta el día de hoy.
Dios dice lo siguiente en el Corán a quienes pretenden igualarlo con Su creación, o viceversa:
“…No hay nada ni nadie semejante a Dios…” (Corán 42:11)
También dice lo siguiente a aquellos que Le atribuyen un hijo:
“No es propio [de la grandiosidad> del Clemente tener un hijo.” (Corán 19:92)
Agrega lo siguiente para aquellos que creen que Él creó el mundo a partir de Sí mismo:
“Ciertamente cuando decide decretar algo dice: ¡Sé!, y es.” (Corán 36:82)
A los politeístas les dice:
“Dios no ha tenido un hijo, ni existe otra divinidad salvo Él. Si así fuera, cada divinidad acapararía su propia creación, y entonces pretenderían predominar unas sobre otras. ¡Glorificado sea Dios! Dios está por encima de lo que Le atribuyen.” (Corán 23:91)
Les pregunta a los ateos:
“¿Acaso surgieron de la nada [sin Creador> o son ellos sus propios creadores?” (Corán 52:35)
En referencia a Jesús y su madre María, confirmó el carácter humano de ambos diciendo estas simples palabras:
“El Mesías hijo de María es sólo un Mensajero, igual que los otros Mensajeros que le precedieron, y su madre fue una fiel y veraz creyente. Ambos comían alimentos [como el resto de la humanidad>...” (Corán 5:75)
Es muy importante que todo ser humano comprenda el concepto de que Dios no se hace hombre, ya que este es el fundamento que diferencia al Islam de las otras religiones existentes. Todas las otras religiones tienen un concepto distorsionado de Dios, de una forma u otra. La idea más importante a entender es que Dios no se hizo hombre. Dios es único; sólo Él merece ser adorado por Su creación. Creer que un hombre es Dios o que un hombre se hizo Dios y adorar a ese hombre, es el mayor de los pecados y el mayor mal que los humanos pueden cometer en este mundo. Entender ese concepto es de extrema importancia porque forma la base para la salvación. No puede haber salvación sin no se acepta ésto. Sin embargo, esta creencia por sí sola no significa la salvación. Una verdadera y correcta creencia debe traducirse en hechos prácticos, y no permanecer en el ámbito del conocimiento, para convertirse en una fe pura. El ser humano tiene que llevar una vida de rectitud, basada en la creencia correcta, para poder lograr la salvación. Pero el punto de partida es saber quién es Dios, saber que Dios nunca se hizo y nunca se hará ser humano.
“El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su DIOS, y él será mi hijo”.
En este pasaje encontramos una verdad muy interesante que pone en apuros a los “Trinotercos”. Y es que si uno vence, heredará todas las cosas y el Todopoderoso será Dios de esa Persona vencedora, y esa persona vencedora será Su Hijo. ¿Pero cuál Dios está hablando aquí, ¿Acaso Dios el Padre, quizá el llamado Dios Hijo, o tal vez el llamado Dios Espíritu Santo? ¿O quizá de los tres juntos? Obviamente esa persona vencedora no puede ser hijo del Hijo de Dios, puesto que El Hijo de Dios no tiene Hijos sino hermanos, y mucho menos, del Espíritu Santo, que no procrea humanos. Por tanto, es imposible que ese Dios que habla sea un Dios Trino, sino un Ser único, solo, y sin igual, es decir, el Padre, quien lo adopta como tal.
“Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a DIOS, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!”
Si Dios fuera Trino, es decir, Tres Personas Distintas y un solo Dios, entonces hay un problema con la gramática del pasaje, pues en vez de decir: “Dios, que estaba sentado en el trono, debió decir: “El Dios que ESTABAN SENTADOS en el trono”. Pero el problema gramatical subsiste bajo esta nueva versión. ¿Un problema, no “Trinotercos”?
Mateo 27:41-43:
“De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios”.
En estos versos veremos que los principales sacerdotes, los escribas, los fariseos, y los ancianos no creyeron que el título Hijo de Dios era equivalente a “Dios” como muchos han sostenido que pensaron los líderes políticos y religiosos de los tiempos de Jesús. Si ellos pensaron que Jesús había blasfemado al afirmar que era Dios porque dijo ser “Hijo de Dios”, ¿por qué aquí estos líderes detractores dijeron “Líbrele Dios” y no, más bien, “Líbrese ahora él mismo”, porque ha dicho: Soy Hijo de Dios? ¿Me explico, “Trinotercos”?
Continuará mañana, a esta misma hora, y en este mismo canal.