Sí, hermanos, la prueba que nos enseña la paciencia, nos trae una gloriosa recompensa porque "el que es aprobado recibe la corona de vida." Según la Biblia hay una gran recompensa para el que gana almas; hay una recompensa para el pastor y el obrero cristiano. Pero, hay también un premio especial para el hombre y la mujer, que, quizá no ha ganado ni una sola alma o no tiene a su crédito grandes servicios, pero se ha mantenido firme en el lugar difícil, ha guardado su sonrisa en medio de la injusticia y frente la tentación, ha permanecido puro frente a las atracciones del mundo y ha resistido en el día malo. Oh, sí, hermanos, habrá premio grande para la persona paciente. Dios está preparando coronas para las vidas quietas, para los sufridos y martirizados, para las víctimas de la opresión y de la injusticia, para los que han sufrido en silencio la prueba por la causa de Cristo. Así que, mi hermano o hermana, ten ánimo. Algún día te maravillarás del brillo de tu corona.
Leamos una vez más los versículos 2 al 4 porque en realidad tenemos la bendición de resistir la tentación y la prueba. LEE. En realidad la lucha es buena para nosotros. Veamos las muchas y diferentes maneras que las pruebas nos ayudan.
El conflicto de la prueba nos forma, nos fortalece, nos establece. Es necesario que estemos bien fundados para que algún día seamos aprobados y premiado. Un de los más importantes resultados de las pruebas es que muestran lo más profundo de nuestro corazón. Es decir, nos revela a nosotros mismos, demuestra nuestro carácter. Hasta que viene la tentación y la prueba nos sentimos fuertes y confiados, pero cuando ese filo agudo de la prueba ha atravesado nuestra alma, tenemos menos confianza en nuestra propia suficiencia. Nos llegamos a sentir humillados, pobres, e impotentes. Y eso es lo mejor que nos puede pasar. Dios quiere hacernos ver lo débil que somos en nuestras propias fuerzas; es entonces cuando el puede fortalecernos porque dejamos de confiar en la carne, y, por fe, confiamos en la ayuda de Dios mismo. Nos damos cuenta que necesitamos someternos a Dios y encontrar refugio en su poder.
Pablo nos dice en 1 Corintios 10:13 que Dios "proveerá juntamente con la tentación, o la prueba, la manera de escape, para que podamos soportar." Esa salida es Cristo Jesús. El es nuestra salvaguarda; el es nuestro escudo - hay que escondernos tras su gran poder.
"Todo lo puedo en Cristo," fue el testimonio de Pablo y debe ser el nuestro también. Y si hemos tenido mucho conflicto en nuestras vidas, hay que darle las gracias a Dios porque esas pruebas nos han mostrado nuestra insuficiencia y el gran poder de Dios, y también, hermanos, nos ha enseñado a ser comprensivos para con otros.
Hay otras bendiciones que vienen al resistir la tentación. Nos hace ejercer nuestra fe. Nos enseña orar. Nos muestra los recursos de Cristo y las promesas de Dios. Nos enseña a andar conforme al Espíritu Santo y encontrar nuestra suficiencia en El.
Y cada victoria es un nuevo aliento para el próximo ataque del enemigo, de modo que llegamos a ser, no solo victoriosos, sino "más que vencedores." Así que las pruebas nos dan nuevo aliento.
1 Pedro 5:10 dice, "Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después de que hayáis parecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca." Las pruebas nos enseñan a velar y a evitar las cosas que traen la tentación y alejarnos del territorio del enemigo.
En conclusión hermanos, seamos prudentes y sabios cuando las pruebas vienen. Vienen para acercarnos a Dios. Y, al ser más que vencedores algún día recibiremos la corona de la vida, que el Señor ha prometido a los que le aman.
Recordemos las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:12,13, "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." Hay una advertencia más en el v.14, "por tanto, amados míos, huid de la idolatría."
La victoria es nuestra, hermanos. Tengamos fe y pongamos en práctica los mandatos de Dios.