Mentiras sutiles
"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte" Apocalipsis 21:8.
En su sentido más amplio, el noveno mandamiento condena todo tipo de mentira, pero especialmente la que tiene el propósito de engañar o dañar la reputación de las personas. A veces cuando en la Biblia se condena el falso testimonio se menciona también la mentira: "Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen y homicidio tras homicidio se suceden" (Oseas 4:2). "Rescátame y líbrame de la mano de los hombres extraños, cuya boca habla vanidad, y cuya diestra es diestra de mentira" (Salmo 144:11). Se nos dice: La mentira acrca de cualquier asunto, todo intento o propósito de engañar a nuestro prójimo, están incluidos en este mandamiento. La falsedad consiste en la intención de engañar. Toda exageración intencionada, toda insinuación o palabras indirectas dichas con el propósito de producir un concepro erróneo o exagerado, hasta la exposición de los hechos que den una idea equivocada, todo es mentir. Este precepto prohibe todo intento de dañar la reputación de nuestros semejantes mediante las tersiverjaciones o suposiciones mal intencionadas, mediante calumnias o chismes. Hasta supresión intencional de la verdad con el fin de perjudicar a otros, es una violación del noveno mandamiento.
Hay otras cosas que tanbién están incluidas en el espíritu de este mandamiento. Estas palabras condenan todas las frases y interjecciones que rayen profanidad. Condenan los cumplidos engañosos, las exageraciones, las falsedades en el comercio, que prevalecen en la sociedad y en el mundo de los negocios. Enseñan que nadie puede llamarse veraz si trata de aparentar lo que no es o si sus palabras no llevan el verdadero sentimiento de su corazón.
"Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento" (Prov. 12:22).
Hay otras formas de mentir que están condenadas en el noveno mandamiento, Anotemos esto: Ser cristiano ocasionalmente, ir a la iglesia de cuando en cuando, es una falacia, una mentira viviente. Cuando pretendemos ser cristianos y tratamos de engañar a la gente, estamos actuando con engaño. El engaño y la mentira traen su propio castigo. Durante la justicia de Canaán, ocurrió un incidente interesante que ilustra cómo Dios aborrece la mentira. Una de las ciudades importantes vecinas de Jericó y Hai, era Gabaón. Ante la posibilidades de que fueran conquistados cómo ya lo habían sio otras ciudades, los gabaonitas mintieron para hacer un pacto de paz con Israel. Cuando los israelitas se dieron cuenta del engaño. "Dijeron, de ellos los principes: Dejadlos vivir; y fueron constituidos leñadores y aguadores para toda la congregación, concediéndoles la vida, según habían prometido los príncipes" Josué 9:21. La mentira siempre trae castigo. ¿Ha examindo ud. si está libre de mentiras?.
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FONDO: MARTA VARGAS