No.1
¡Dichoso aquel a quien tú escoges, al que atraes a ti para que viva en tus atrios! Saciémonos de los bienes de tu casa, de los dones de tu santo templo. Salmos 65:4
No existe actividad más agradable y más llena de satisfacciones que servir al Señor. Especialmente cuando hemos sido llamados para ello. Todos tenemos la potencialidad de ser llamados al servicio de Dios. No todos somos llamados al servicio al mismo tiempo o en el mismo lugar o para la misma tarea por varias razones.
Una de ellas puede ser que no estemos preparados y listos para el servicio. Muchos caen en el error de creer que por haber tenido una emotiva experiencia espiritual ya están perfectamente capacitados para dedicarse a la obra. Esta es una posición riesgosa que puede llevarnos al fracaso ministerial. Ya lo dijo el profeta Oseas, por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido.
Otra razón es que Dios tiene un plan. Nosotros formamos parte de ese plan pero nuestra participación dentro del plan se hará cuando nos corresponda y cuando Dios lo indique. Busquemos siempre la dirección de Dios para estas cosas y nunca nos irá mal.
Otra razón puede ser que no estemos espiritualmente maduros para enfrentar los retos que presenta el servicio a Dios. Crezcamos espiritualmente cada día y pronto recibiremos el llamado y estaremos listos para responder.
Dios quiera que tú pronto estés disfrutando la dicha del servicio a Dios.
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