Si te asusta el fantasma de la derrota sufrida, o si te acorrala el complejo de inferioridad y quieres salir de la cárcel de la mediocridad en la que te ha recluido tu pesimismo, antes de acostarte, borra de tu mente, anula y evita esos pensamientos derrotistas, reemplázalos con la convicción de que puedes hacer más y hacerlo mejor. Actúa convencido de que si trabajas con mayor confianza en ti mismo, lograrás lo que te propones. No lo dudes!