Medita en estas cosas
En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré. —Salmo 145:5
Algunos cristianos se vuelven un poquito escépticos cuando se comienza a hablar acerca de la meditación, y no ven la enorme distinción entre la meditación bíblica y algunos tipos de meditación mística. Según una explicación, en la meditación mística, «la mente racional es llevada a un estado neutral… para que la psique pueda tomar el control». El enfoque es hacia adentro y el objetivo es «hacerse uno con Dios».
En contraste, la meditación bíblica se centra en las cosas del Señor y su propósito es renovar nuestras mentes (Romanos 12:2) para que pensemos y actuemos más como Cristo. Su objetivo es reflexionar en lo que Dios ha dicho y hecho (Salmo 77:12;119:15-16,97) y cómo es Él (48:9-14).
En el Salmo 19:14, David escribió: «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová». Otros salmos reflexionan sobre el amor de Dios (48:9), Sus obras (77:12), Su ley (119:97) y Sus testimonios (119:99).
Llena tu mente de las Escrituras y céntrate en los mandamientos, promesas y bondad del Señor. Y recuerda esto: «Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Filipenses 4:8). —CHK