Hola mis amados:
Si en nuestro corazón abunda el amor, es la razón más eficaz para que de nuestro rostro no se borre jamás la sonrisa, no hay nada más bello que observarla en cualquier persona y si somos la causa de ello mucho mejor, por tanto que nos distingamos siempre por sonreír y aun en los días difíciles, ahí es cuando ella nos da impulso y ánimo para continuar adelante.
SONRIE PORQUE AMAS
Cuando odias, desfiguras el rostro, pues adquieres apariencia de ogro y ahuyentas a quienes se quieren comunicar contigo.
Hazte siempre simpático. Ama para que sonrías con toda el alma.
Sonríe no sólo con los labios y con los ojos, sino ante todo, con el corazón, para que tu rostro se ilumine con una radiante y acogedora sonrisa.
Acostúmbrate a sonreír amablemente hasta que te hagas experto en simpatía sincera.
HACER O NO HACER ¿QUE HAGO CON MI VIDA?
“Nunca sopla viento favorable para el marino que no sabe en qué puerto echar anclas.”
Proverbio americano
Uno de los asuntos que más llega a nuestro buzón de correos es la pregunta ¿Qué hago con mi vida? Estoy en una encrucijada, no sé qué hacer y si lo debo hacer. Están con indecisiones, no quieren tomar decisiones por temor a equivocarse, a fracasar. Razones tiene el proverbio mencionado arriba. Hay un relato árabe:
“Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía él acostado. Se despidió de su camello, llamado “Indecisión”, acariciándole la cabeza, pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora.
Apenas había conciliado el sueño cuando el camello lo llamó con voz suave, pero insistente. “Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada…” Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.
Pero ocurrió que en cuanto se durmió profundamente, el camello empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto topó con la cabeza del hombre y lo corrió hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero “Indecisión” le hizo ver que eso no era en realidad gran cosa. Pasó poco tiempo para el camello metiera los hombros y empujara a su patrón afuera, hasta las rodillas. Para hacer el cuento corto, “Indecisión” siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro extremo, hasta que finalmente quedó completamente fuera.”
¿Le suena esto conocido? ¿No le ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión ésta lo llenó todo, sacándolo de las cosas buenas de la vida? La indecisión no es buena para nada, la indecisión es el obstáculo que te impide alcanzar ese resultado extraordinario en la vida, en tu matrimonio, en tus finanzas, en tu carrera o en tu ministerio. Debes tomar decisiones.
Día a día las personas enfrentamos el desafío de tomar decisiones y es que la vida es un asunto de decisión. Nos preguntamos: ¿Qué carrera voy a estudiar? ¿Con quién me casaré? ¿Me conviene esta persona? ¿Cuántos hijos tendré? ¿Dónde viviré? ¿Cómo viviré? ¿Cómo pagaré esta deuda? Entre otras preguntas que nos hacemos, es un hecho que todos los días tenemos que tomar decisiones, pero no nos gusta tomarla y esperamos que alguien decida por nosotros. Es tiempo de hacer decisiones, no temas.
La Biblia enseña en el Salmo 32:8: “Tú me dijiste: “Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.”
Las decisiones que tomamos hoy afectarán nuestro rumbo mañana., lo que decidamos hoy no solo impactará nuestro futuro, sino también el de otras personas y todo lo que nos rodea. Tomar buenas decisiones dependerá de los valores que hemos incorporado en nuestra vida. Una carrera, un matrimonio, el estilo de vida que deseo o aun cosas sencillas como qué comeré o cómo me vestiré serán decisiones que tomaré por los valores que poseo. La mayoría de las decisiones no son tomadas en una sola vez. Las decisiones toman tiempo para ser completadas, por ello es importante que aprendas a escuchar a Dios.
Sófocles decía: Las decisiones rápidas son decisiones inseguras. Deje ya de decidir a la ligera y aprenda a hacer buenas decisiones. No siga el camino que le lleva atrás, marche hacia adelante sabiendo y tomando decisiones de manera personal. Quiero compartir contigo algunas ideas que te ayudarán a tomar buenas decisiones:
1. Se lo más PRECISO posible. ¿Qué es lo quieres lograr? Examina y encuentra cuáles son las cuestiones importantes y cuáles no. ¿Qué dice la Biblia respecto a ese asunto?
2. Busque soluciones. Vea todas las POSIBILIDADES existentes en relación con la cuestión que hemos de resolver. ¿Qué es sabio hacer? ¿Qué haría JESUS?
3. ELIGE la solución que más convenga para lograr el resultado que busca. Nunca tomes una decisión basada en una emoción o en un sentimiento. ¿Lo qué decido agrada a Dios?
4. PON EN MARCHA la decisión. No tema al fracaso, este dispuesto a aprender de sus errores, pero decida.
5. EVALUE cómo le está yendo, para rectificar en caso de que los resultados no hayan sido los esperados.
¿Tiene dificultad para hacer decisiones? Dios te ayudará, confía en El. La Biblia enseña en Santiago 1:5, “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”.
“La mejor decisión que podemos tomar es la correcta, la segunda mejor es la incorrecta, y la peor de todas es ninguna.” Theodore Roosevelt
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Recuerda antes de decidir ten presente que es tu decisión, nadie debe decidir por ti. Que puedes hacer lo que quieras, pero lo tienes que hacer tú, y hoy porque el mañana aun no llega, no postergues o no esperes a decidir después. La mejor decisión que puedes hacer hoy es adquirir sabiduría. Hoy tu puedes elegir la persona quien te gustaría ser, la vida que quieres vivir. La decisión es tuya.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA