Hola mis amados:
Para que un arbol sea firme necesita una buena raíz, es la única forma que podrá resistir las tormentas, los vientos y todo lo que venga en contra, en nuestra via la raíz es Jesús y si esta arraigo en el corazón nada nos podrá mover, El es el autor y consumador de la fe, por eso que la nuestra sea como el granito de mostaza, asi echaríamos la montaña fuera si creyéramos sin dudar.
LA RAÍZ DEL LAUREL
Cerca de un arroyo de aguas frescas, había un pequeño bosque. Los árboles eran muy variados.
Todos gastaban las energías en ser más altos y grandes, con muchas flores y perfumes, pero quedaban débiles y tenían poca fuerza para echar raíz.
En cambio un laurel dijo: "Yo, mejor voy a invertir mi savia en tener una buena raíz; así creceré y podré dar mis hojas a todos los que me necesiten".
Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos; ¡en ningún lado había tantos colores y perfumes!
Y no dejaban de admirarse y de hablar de los encantos de unos y otros, y así, todo el tiempo, mirándose y riéndose de los demás.
El laurel sufría a cada instante esas burlas.
Se reían de él, presumiendo de sus flores, perfumes y abundante ramaje. -"¡Laurel!", le decían, "¿para qué quieres tanta raíz?
Mira, a nosotros todos nos alaban porque tenemos poca raíz y mucha belleza. ¡Deja de pensar en los demás! ¡Preocúpate sólo de ti!"
Pero el laurel estaba convencido de lo contrario; deseaba amar a los demás y por eso tenía raíces fuertes.
Un buen día, vino una gran tormenta, y sacudió, sopló y resopló sobre el bosque. Los árboles más grandes, que tenían un ramaje inmenso, se vieron tan fuertemente golpeados que por más que gritaban no pudieron evitar que el viento los tumbara.
En cambio el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y mucha raíz, apenas sí perdió unas cuantas hojas. Entonces todos comprendieron que lo que nos mantiene firmes en los momentos difíciles no son las apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu corazón... allí en tu alma.
ANDANDO POR FE
Por: Charles Stnaley.
En el momento de la salvación recibimos a Jesucristo por fe. Creemos que El existe y que perdona nuestros pecados si nos arrepentimos. Lamentablemente, muchos creyentes nuevos no están educados en lo que es vivir por fe. Estas personas tratan de obedecer un código legalista de obras, y pasan sus vidas angustiadas por no haber hecho lo suficiente para ganar la aprobación de Dios. Pero nunca fue la intención de que viviéramos la vida cristiana con nuestras propias fuerzas.
El apóstol Pablo enseñaba siempre el tema de andar por fe. Para el, eso significaba disfrutar de una relación personal con Jesucristo, lo cual implica confiar en Él en todas las circunstancias de la vida. Nuestra vieja conducta y nuestras viejas actitudes han quedado atrás. Al avanzar en compañerismo íntimo con el Salvador, El crea en nosotros nuevos patrones de conducta y de pensamiento. En nuestra relación con Cristo tenemos todo lo que necesitamos para tener una vida de santidad.
Esto significa confiar cada día en el cuidado y la provisión del Señor, y obedecer Sus preceptos. A veces los mandamientos de Dios no tienen sentido para nosotros por nuestra visión limitada del mundo y el futuro. Pero si andamos por fe, no estamos confiando en lo que vemos o sentimos; estamos esperando con confianza que Dios haga lo mejor para nosotros cada día.
Los creyentes faltos de preparación nunca experimentan lo que es la confianza en Dios, porque la confianza surge del conocimiento. Si usted desea andar por fe, busque una iglesia que enseñe la Biblia y los caminos de Dios.
Caminar con el Señor es lo más especial que podemos tener, como es nuestro mejor amigo nos acompaña con Fidelidad porque nos ama con amor eterno, esta comunión hace que caminemos por fe al creer en Sus promesas que son verdaderas y Él nos las dio para cumplirlas.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA