Hola mis amados:
Que sería de este mundo sin los niños, son personitas maravillosas que nos enseñan como nadie más, porque ellos tienen la respuesta precisa para lo que les preguntemos, sonríen de una manera abierta y grandiosa, no son rencorosos y el juego y la diversión es su lema, que nuestro corazón tenga mucho de ellos para vivir plenamente viviendo cada día con alegría.
CORAZON DE NIÑO
¿Qué son los niños? Son paquetes de energía que solo dejan de correr y hacer preguntas cuando están completamente exhaustos o caen rendidos de sueño. Suben los árboles, escarban en medio de un riachuelo, y generalmente con solo mirarlos, los adultos se rinden de cansancio. Algunos son más tranquilos que otros, pero todos hacen preguntas.
Al chico no le importa si esto te distrae o produce una gran sonrisa en tus labios. Ellos preguntan y actúan, día tras día, tras día.
Los niños se comportan de esta manera porque desean saber. Son como enormes esponjas que absorben todo a su alrededor. Es un momento valioso cuando ven algo especial. Sus rostros se iluminan como si fuera el día de Navidad. Se les saltan los ojos quedan boquiabiertos de incredulidad, y luego sonríen. A menudo los adultos nos hemos olvidado de sonreír.
Los niños no esconden nada. Si están emocionados o asustados, es muy obvio. Aceptan y devuelven amor y atenciones con imprudente abandono. Podemos dejar de pensar como niños, pero hay una gran recompensa al experimentar el gozo que siente un niño.
Un gran hombre es aquel que no ha perdido su corazón de niño.
Mateo 18:3 Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
PARA, MIRA Y ESCUCHA
Tu tarea principal es escuchar al Rey: ¡Parar, mirar y escuchar!
No le corresponde al Rey ir tras sus súbditos, dándoles voces y gritos para ver si hacen lo que les pide.
¡No esperes de Él que te persiga dándote con una Biblia en la cabeza para obligarte a prestar atención!
Por el contrario, tú debes acudir ante Él callada y respetuosamente, con sinceridad, presentarle temblorosamente tu petición y aguardar en silencio la respuesta.
Si estás en una habitación llena de gente, donde hay un televisor encendido, y todos alzan la voz por encima de su volumen, por más alto que esté, el sonido del aparato se perderá en el bullicio.
¡Y el Señor, a diferencia del televisor, se calla si no le escuchas!
Cuando Israel dejó de escuchar a Dios y de creer lo que le decía, cuando dejó de cumplir lo que le ordenaba, ¡Él dejó de hablarle por espacio de casi trescientos años, entre los dos Testamentos!
¡A Dios no le gusta hablar para oídos sordos, incrédulos o desobedientes! ¡Simplemente se calla!
Sin embargo, si buscas al Señor lo oirás, y Él te guiará.
Él ha dicho:
"¡Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces!" (Jer.33:3)
Cuando vamos en oración ante el Señor esperamos a que Él nos guie, nos diga cómo proceder para no equivocarnos, Él es el sabio y nosotros necesitados de esa Sabiduría para tener una vida que le agrada, que nuestra obediencia sea de grato olor ante El para que sonría complacido al ver que siempre dependemos de Él.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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