Hola mis amados:
No dejemos que el amor al dinero nos atrape, que primero sea el Señor y que cada día le demos gracias por lo que tenemos, no desear más de lo que hay porque si a Él le ha placido darnos eso con eso vivir y agradarle solo a Él, el amor al dinero nos aparta de Él y ahí es cuando vienen los problemas, así que Él es nuestro proveedor y Dios, honrémosle con la gratitud y alabémosle siempre por todo lo que hemos recibido por gracia.
YA BASTA!!!
Después que Bob Ritchie se graduó de la universidad pasó las siguientes dos décadas atrapado en el amor al dinero y el progreso. Mudó a su familia cinco veces a causa de su carrera para poder ganar más dinero. Cada vez dejaban atrás cálidas iglesias locales y amigos.
Llegó un momento en que Bob y su familia raras veces tenían tiempo para estar juntos. A medida que Dios se volvió extraño para ellos, también el Señor se convirtió en un extraño. Bob se sentía desesperadamente solo y aislado. Puesto que cada vez estaba más descontento con su vida, dijo finalmente: "¡Ya basta!"
Hoy día, Bob testifica que Dios le enseñó el significado de la palabra reducción. Dejó de ir en pos del dinero, pasaba menos tiempo en el trabajo, compraba menos cosas y aprendió a estar contento con lo que tenía. La familia volvió a ser fiel al Señor y activa en la iglesia.
Santiago nos advirtió que no nos obsesionáramos con amasar riqueza (1:9-11; 5:1-6). Seamos ricos o pobres, el deseo del dinero puede apoderarse de nuestra vida sutilmente. Algunos personas han caído en sus garras sin ser conscientes de ello y se están marchitando en sus empresas (1:11).
¿Necesitas imitar el ejemplo de Bob? Tal vez sea hora de decir: "¡Ya basta!"
Santiago 1:11.. . . así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.
LA PRISION DE LA NECESIDAD
La prisión de la necesidad. Ha visto sus prisioneros. Tienen «necesidad». Siempre necesitan algo. Quieren algo más grande. Más hermoso. Más rápido. Más delgado. Necesitan.
No es mucho lo que necesitan. Sólo quieren una cosa. Un nuevo trabajo. Un nuevo automóvil. Una nueva casa. Una nueva esposa. No quieren mucho. Sólo una cosa.
Con sólo «una cosa» serán felices. Y tienen razón: serán felices.
Cuando tengan «una cosa» saldrán de la prisión. Entonces sucede algo. El olor a carro nuevo se desvanece. El nuevo empleo se envejece. Los vecinos compran un televisor más grande. La nueva esposa tiene malos hábitos. La chispa se esfuma, y antes que usted se dé cuenta, otro ex convicto quebranta su palabra y regresa a la prisión.
¿Está usted en la prisión? Sí, si se siente mejor cuando tiene más y peor cuando tiene menos. Sí, si su gozo está a una entrega de distancia, a un traslado de distancia, a un premio de distancia o a una renovación de distancia.
Si su felicidad procede de algo que deposita, conduce, bebe o come, reconózcalo: usted está en una cárcel, la cárcel de la necesidad.
Esa es la mala noticia.
La buena es que tiene una visita. Y su visita tiene un mensaje que puede darle la libertad. Vaya a la sala de visitas.
Tome asiento, y vea al otro lado al salmista David.
Le hace señas para que se incline hacia él. «Tengo un secreto que contarte», susurra, «el secreto de la satisfacción: "El Señor es mi pastor; nada me faltará"» (Salmo 23.1).
David ha encontrado los pastos donde va a morir el descontento. Es como si dijera: «Lo que tengo en Dios es más grande que lo que no tengo en la vida».
Lucado, M. (2001). Aligere su equipaje. Nashville: Caribe-Betania Editores.
Salga de esa Prisión hoy mismo y viva con alegría y satisfacción. Satisfacción real no está en las cosas, sino en Dios que todo lo llena. NO siga más preso y sea Libre en Él.
Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy El Señor, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. Ezequiel 34:27
Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Daniel 6:16
Que hermoso mensaje que nos enseña a que el Señor es nuestra necesidad que tengamos hambre y sed de Él y que estemos agradecidos con lo que tenemos, que no tengamos ansias por tener más y más, eso ha venido a ser dolor y aflicción a quienes lo han hecho, por tanto tengamos contentamiento con lo que hemos recibido de la mano del Señor que ha sido por amo y pensando siempre en nosotros, a El toda la Gloria y alabanza.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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