Hola mis amados:
En la vida y en las películas, telenovelas y juegos se ven las venganzas que allí proporcionan los protagonistas y en algunos casos el fin es peor que el principio, porque esto genera más sed de vengar, odio, rencillas, egoísmo y todo esto es nocivo para las personas, entonces podemos concluir que no es bueno porque causa más males que bien, por eso el Señor dice que de Él es la venganza, acabemos con todo sentimiento que nos lleve a esto y dejemos que como Juez Justo El obrara.
FIN A LA PELEA
El titular del periódico decía: No Hay Fin al Ciclo de Venganza en el Medio Oriente. A raíz de bombardeos suicidas y represalias militares, el artículo hablaba de un hombre de 28 años consumido por la venganza de la muerte de su tío. «Cuando matan a alguien a quien tú quieres -dijo- no puedes dormir; tienes que hacer algo.» Pero incluso después de matar a dos hombres a quienes él consideraba enemigos, todavía no se sentía satisfecho. Nadie puede ganar tratando de empatar.
¿Hay en tu vida un ciclo de venganza hoy? Tal vez sea una batalla verbal constante con un compañero de trabajo, tu cónyuge o un hijo. Puede ser una lucha encarnizada con un vecino o con alguien de la iglesia. Sea lo que fuere, nuestro Señor quiere que termine.
La venganza es un arma de un poder tan devastador que sólo Dios puede manejarla. Él dijo: «Mía es la venganza, yo pagaré» (Romanos 12:19). El arma que Él nos ha confiado es la bondad: «Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber. . . . No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal» (vv.20-21).
Esto no significa que no debamos apelar a las cortes pidiendo justicia en algunos casos. Pero puesto que Dios es justo, no tenemos que pagar personalmente a los que nos hacen daño. Con bondad y amor, podemos poner fin a la venganza. -David McCasland
UNAS CUANTAS COSAS SOBRE LA DEFINICIÓN DEL ÉXITO
DaRonn Washington
En la sociedad actual, parece que cada vez se pone más énfasis en el concepto del éxito. Al parecer, el éxito es la palabra más importante en el mundo de los negocios y se ha vuelto también una palabra recurrente en la iglesia. Si bien el éxito en sí mismo no es una mala meta, es importante tener en mente que nuestra definición de éxito no es necesariamente la misma definición que el mundo tiene. En este artículo quisiera compartirte algunas de mis opiniones sobre el éxito basado en el punto de vista de una organización cristiana.
1) El crecimiento no es necesariamente una señal de éxito. Muchos de nosotros cometemos el error de pensar que por el hecho de que algo crece, significa que es exitoso. Por ejemplo: organizamos una conferencia y debido a que asiste una gran cantidad de personas, definimos que ha sido un éxito. Pero puede que no haya sido un éxito. Si una gran cantidad de personas viene al evento pero la iglesia no crece en número como resultado de ese evento, esa fue simplemente una actividad más. Una actividad debe ser examinada para ver si ha producido los resultados esperados antes de calificarla como exitosa.
2) El éxito se basa en resultados a largo plazo. Otro error que muchas personas cometen es ser muy rápidos para juzgar si algo es exitoso. Por ejemplo, si tenemos el plan de un programa de discipulado que dure tres años y el primer año es muy requerido pero al segundo año van pocas personas. La actividad no será exitosa porque solo habrá producido resultados durante su lanzamiento.
3) El éxito debe ser medido a partir de los resultados esperados. Muchas veces las personas se desaniman y dejan de hacer algo porque sienten que esa actividad no está haciendo un impacto, pero en eso momento, no sabemos cuánta diferencia podría hacer esa nuestra inversión de aquí a 15 años. Muchos misioneros, pastores y ministros dan frutos años después de lo esperado porque alguien invirtió en ellos.
4) Finalmente, el éxito debe ser medido al hacer lo que Dios quiere que hagamos. A veces, las instrucciones de Dios no se verán muy glamorosas o recibirán el afecto del público en general, pero la única evaluación de deberíamos considerar es si Dios está complacido con lo que hacemos.
Le sugiero que pase tiempo evaluando cuáles son para usted los elementos que definen el éxito. De esa manera, cuando tenga que decidir si algo es o no exitoso, podrá llegar a la conclusión correcta porque estará basado en el proceso de evaluación correcto.
Si estamos en obediencia ante el Señor, si somos receptivos a Su voz y obramos de acuerdo a lo que nos ha pedido, veremos los resultados esperados, si trabajamos en equipo con un mismo sentir, con un objetivo claro y sin creer que fue por nuestro esfuerzo, con gozo observaremos que hay éxito en la labor desempeñada, gracias al Señor por estar a nuestro lado dirigiéndonos y ayudándonos para este fin y propósito.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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