Hola mis amados:
Lo más especial que puede tener el hombre es la gracia de Dios, solo por ella vivimos, respiramos y disfrutamos de lo que tenemos, como familia, salud, bienestar y recibimos Sus múltiples bendiciones, pero cuando la persona no quiere recibirla y opta más por despreciarla, su vida será horrorosa, en esta reflexión veremos lo que puede pasar.
MENOSPRECIO DE LA GRACIA
En los Estados Unidos, en 1892, dos ladrones llamados Wilson y Porter, fueron condenados a morir en la horca. Porter fue ejecutado, pero a Wilson se le perdonó por causa de una petición de clemencia.
Sin embargo, el criminal condenado rehusó aceptar el perdón. Por consiguiente, el juez del Tribunal supremo, John Masrhall, emitió el siguiente juicio:
“El perdón es un acto cuya ejecución requiere la aceptación de aquel a quien se perdona. Si éste rehúsa, el Tribunal no ve la posibilidad de obligar al interesado a aceptar el perdón”.
De modo que Wilson también fue ejecutado, pese a que había sido perdonado. Esto les ocurrirá igualmente a todos los que hayan despreciado la gracia de Dios al rehusar aceptar al Señor Jesús.
Nadie comparecerá ante Dios porque en primer lugar haya sido pecador, sino a causa de haber menospreciado el sacrificio de Jesucristo en la cruz, mediante el cual Dios quiso perdonarle.
Cierta vez, un hombre respondió al mensaje del Evangelio, diciendo: –No puedo soportar la idea de que se pretenda que alguien haya muerto por mi culpa.
Amigo lector, ¿Cuál es su actitud frente a Cristo? ¿Le parece un disparate la obra de la cruz? No es necesario llegar a ser un criminal para estar perdido para siempre. Simplemente basta que siga con su actual indiferencia.
De esta manera, usted manifiesta desprecio por el amor de Dios y este pecado es de tal magnitud que todos sus demás pecados parecerán pequeños en comparación con él.
Necesitamos arrepentirnos reconociendo nuestro pecado, y aceptar que por los méritos de Cristo en la cruz, nuestros pecados son perdonados.
"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3: 24).
Solo podemos ser salvos aceptando la salvación que Dios ofrece a los que creen en Jesucristo.
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2: 8-9).
Recibe el perdón y amor de Dios y tendrás paz.
"De éste (Jesucristo) dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre" (Hechos 10: 43).
DEJA A UN LADO TU ORGULLO Y RECONOCE TU NECESIDAD
A veces somos tan orgullosos que no podemos reconocer que no estamos llevando la vida que deberíamos llevar delante de Dios.
Pareciera que hay momentos en los que creemos que todo está yendo bien, cuando la realidad es que nuestra vida se está yendo poco a poco en picada hablándolo en el sentido espiritual.
Cuando nos irritamos más fácilmente, cuando no sentimos el mismo gusto a cantar una alabanza o cuando leer la Palabra de Dios se convierte en tedioso es hora de parar y darnos cuenta que algo anda mal.
El mayor problema de nosotros es estar mal y no reconocerlo. Creemos que porque en un tiempo fuimos muy espirituales, siempre seremos así, pero la espiritualidad será el resultado de una comunión diaria y real con Dios y cuando esa comunión deja de ser diaria y real es cuando la convertimos en una simple rutina que con el transcurrir de los días se irá perdiendo hasta convertirse en algo que haremos cada cierto tiempo o que simplemente dejaremos de hacer.
A veces se necesita la suficiente humildad para reconocer que no estamos bien espiritualmente, para reconocer que hemos dejado a un lado aquellas cosas que alimentaban nuestro espíritu, para reconocer que ya no somos los mismos de hace un tiempo y que necesitamos regresar a aquel punto en donde realmente manteníamos una relación diaria y verdadera con Dios.
¿Hacia dónde nos lleva el orgullo?, ¿Por qué no reconocer que no somos los mismos?, ¿Por qué nos cuesta tanto darnos cuenta que estamos alejados de aquella comunión que deberíamos tener con Dios?
Hoy quiero invitarte a dejar a un lado aquel orgullo que no te permite reconocer que has cambiado y que no eres el mismo o la misma espiritualmente hablando.
Hoy quiero invitarte a ser lo suficiente humilde delante de Dios para reconocer tus fallas y al mismo tiempo disponer tu corazón para que Él pueda obrar en tu vida cómo lo ha querido hacer desde hace mucho tiempo, pero que ha sido obstaculizado por ese orgullo que de creer que todo estaba bien.
Dios siempre quiere obrar en tu vida, pero para ello debe haber un reconocimiento de tu necesidad de Él. Hoy es un buen día para reconocer esa enorme necesidad espiritual que hay en ti, hoy es un buen día para pedirle perdón a Dios por mantener durante mucho tiempo ese orgullo que te segaba para darte cuenta lo lejos que estabas de mantener una comunión diaria y verdadera con Él.
“El orgulloso será humillado, y el humilde será alabado.” Proverbios 29:23 (Traducción en lenguaje actual)
Deja a un lado el orgullo y dale paso a la humildad y entonces comenzaras a vivir de una forma diferente y a disfrutar tu vida en el Señor.
¡El orgullo te llevará al fracaso y la humildad a la victoria!
“El orgulloso termina en la vergüenza, y el humilde llega a ser sabio.” Proverbios 11:2 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique Monterroza
El orgullo fue el pecado de satanás por el cual fue arrojado del cielo, quiso ser superior a Dios y eso no es posible, quien ha sido creado por El no podrá jamás ser como El, pero en el corazón del hombre siempre ha estado el orgullo, lo que debemos hacer es reconocer que lo tenemos para que el Señor nos limpie con Su sangra preciosa y aprendamos de El que es manso y humilde de corazón, porque así nos debemos presentar ante el Rey de toda la tierra que reina en poder y Gloria.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA