Hola mis amados:
A veces en nuestra vida hemos empezado algo y lo dejamos por diversas razones, es propio de nosotros desistir por diferentes circunstancias, pero cuando tenemos clara la meta a seguir, cuando sabemos el propósito de Dios para nuestras vidas es que debemos avanzar a pesar de todo, luchar, perseverar y mantener la fe puesta en El para alcanzar lo que tenemos por delante, así que no nos rindamos en esto que es la meta que esta delante.
EMPIEZA Y NUNCA TE RINDAS
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14)
Alguna vez Dios te ha indicado que debes hacer algo, y tenías la intención de hacerlo, pero, todavía no lo has hecho? Las buenas intenciones no se traducen en obediencia. No has obedecido hasta que hayas hecho lo que Dios te pidió. Te animo a empezar a moverte en la dirección correcta. A orar acerca de tus metas. Si no tienes una definida, búscala y mientras tanto, asóciate con alguien que tenga una meta, un propósito.
Acércate a una persona de propósitos claros y metas altas, y quizás llegues a imitarle.
Comienza a moverte en la dirección adecuada. Habla cosas positivas acerca de ti y de tu vida; cree que Dios te puede utilizar. Se entusiasta! Es mejor que estar aburrida! Si Dios te ha dado una visión, debes comprometerte a realizarla, guiada por el Espíritu Santo. Establece metas a corto y largo plazo y entonces acércate hacia esas metas diariamente en oración y en acción. Las visiones no se realizan en un solo día, así que tienes que tener paciencia, y seguir avanzando, aunque no haya evidencia visible del éxito por mucho tiempo.
Empieza y no te rindas!
Haz esto:
Empieza a moverte en una dirección positiva. Da pasos de obediencia. No tengas solamente buenas intenciones. Sé un hacedor de la palabra.
CON MI CORAZON Y MIS MANOS
Meditaba en su cuarto de estudio un predicador, buscando una ilustración sobre el amor.
De pronto entró en el cuarto su hijita pequeña, diciendo:
-Papá, siéntame un poco sobre tus rodillas.
-No, hijita, no puedo ahora; estoy muy ocupado -contestó el padre.
-Quisiera sentarme un momento en tus rodillas, súbeme, papá -dijo ella.
El padre no pudo negarse a una súplica tan tierna, y tomó a la niña y la subió a sus rodillas, y dijo:
-Hijita mía, ¿quieres mucho a papá?
-Sí que te quiero -contesta la niña-, te quiero mucho, papá.
-¿Cuánto me quieres, pues? -preguntó el padre.
La niña colocó sus manecitas en las mejillas de su padre, y apretándolas suavemente, contestó con afecto:
-Te quiero con todo mi corazón y con mis dos manos.
Esta respuesta encerraba en pocas palabras lo que debe entenderse por una dedicación completa, y dio al predicador el ejemplo que buscaba.
A veces no tenemos palabras para expresar cuanto es el amor que sentimos por alguien, pero aun con todo eso, podemos echar mano de la imaginación del niño para expresar lo que sentimos.
Dios quiere que le amemos a él con todo el corazón y con las dos manos...pero que amemos a quienes nos rodean, con todo el corazón y con las dos manos.
Génesis 24:18 Sírvase, mi señor le respondió. Y en seguida bajó el cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.
Génesis 49:24 Más su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob.
Que hermoso es el amor y poderlo expresar con sinceridad desde el corazón, quien más nos ama es Dios, El dio a Su Hijo amado para que muriese en nuestro lugar y aun así muchos desprecian ese amor eterno y maravilloso, que nos caractericemos por expresarlo, darlo a conocer con nuestros hechos y palabras y que sea el motor de nuestra existencia.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA